Normalmente cuando nos disponemos a entregarnos en oración, terminamos en la monótona y larga lista de peticiones; de por sí, siempre egoísta,
muy personal y de los nuestros.
Nos hemos detenido a dar gracias?… A sólo decirle a Nuestro Señor: ! Gracias!
Qué bueno es Nuestro Señor que tanto y más nos ama. Hoy lo recibiste en santa comunión, lo llevas dentro de tí… Por ello, medita y comparte.
Gracias Oh mi Buen Jesús.
Un paso al día 👣 Luis Alberto Sánchez Serrano
Qué bueno eres, ¡oh mi Jesús!
Si tuviese que tratar con hombres tendría que usar palabras para expresarles mis sentimientos y afectos porque ellos no entienden el lenguaje del corazón. Mas, Vos oh Jesús mío, conocéis mi corazón mucho mejor que yo.
Veis muy bien, cuán feliz me siento de haberos recibido.
Sabéis que me faltan palabras para expresaros mi gratitud.
Recoged, oh Jesús mío, todos mis sentimientos y encerradlos todos en la llaga de vuestro dulcísimo Corazón. ¡Os doy gracias, oh buen Jesús! Soy tau feliz, en este momento! Mirad, si halláis algo de bueno o hermoso en mi alma, es para Vos. Si acaso encontráis un poquito de buena voluntad, deseos de santificación, una virtud, algún sacrificio, una oculta lágrima de arrepentimiento, mirad, todo es vuestro, aceptadlo en prueba de gratitud.
Os doy gracias, ¡oh buen Jesús! Toda mi gratitud se encierra en estas palabras. Antes creía que tenía tanto que deciros y ahora no acierto pronunciar palabra. Pero, Vos, oh Jesús, no esperáis de mi hermosas palabras y profundos pensamientos. Solo queréis que os ofrezca como digno regalo todas las facultades de mi alma, todos los afectos de mi corazón. ¡Os doy gracias, oh Señor, y os amo, oh mi buen Jesús!
¡Gracias, oh Jesús! ¡Cuán feliz me siento! Ayer he cometido muchas faltas. Cómo me oprimían el corazón. Me parecía que estabais triste, ¡oh buen Jesús! No pude hallar completa paz Pero esta mañana, desde que habéis entrado en mi alma, todo ha cambiado como por encanto. Una dulce paz ha entrado en mi alma. Cuánto os agradezco, ¡oh dulcísimo Corazón de Jesús!
¡Oh dulce Huésped de mi alma! os habéis dado todo entero a mí, he aquí, que yo me entrego todo entero y sin reserva, a Vos. Me habéis dado vuestra alma santísima, y yo os doy la mía, aunque pobre y llena de defectos. Puede que aún me queden varios años de vida. Si os place acortar el tiempo de mi destierro, lo acepto gustoso de vuestra mano paternal. Aún gozo de buena salud, disponed de ella según vuestro divino beneplácito y para vuestra mayor gloria. Es verdad, soy pobre; pero Vos, divino Rey de amor, aceptáis gustoso nuestros pobres presentes, siempre que vengan de un corazón humilde y agradecido. Pues bien lo poco de bueno que yo tenga; todo cuanto posea en bienes espirituales y materiales os lo ofrezco gozoso y sin reserva alguna.
Una palabra todavía, amado de mi alma. Por el amor inmenso que os hace prisionero de mi alma, concededme la gracia que la comunión de mañana sea más fervorosa que la de hoy. Dadme esta gracia cada día de nuevo. Así seré más santo cada día, más perfecto y os amaré con más ardor.
Abrid vuestros tesoros y adornad mi alma con la hermosura de la vuestra. ¡Gracias, oh buen Jesús!
Un paso al día 👣


Me mueve el alma todos lo que he leído y la reflexión que me dan, gracias Dios le bendiga mucho gracias
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Gracias por tan bellas palabras. Te invito a seguir dando *un paso al día 👣*
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Todos los temas son muy interesantes y me dejan siempre animada.
Me encanta su lenguaje sencillo y sus reflexiones muy prácticas.
Bendiciones y gracias por su tiempo y dedicación para aumentar por este medio la evangelización.
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