Bienaventurados…

Las Bienaventuranzas son el programa de vida del cristiano.

‘¿Qué hay que hacer para convertirse en un buen cristiano?’

“Las riquezas no aseguran nada. Es más, cuando el corazón es rico, está tan satisfecho de sí mismo, que no deja lugar para la Palabra de Dios”.

Nos dice el Papa Francisco

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados: “Pero el mundo nos dice: la alegría, la felicidad, la diversión, eso es lo bello de la vida. Pero ignora, mira hacia otro lado, cuando aparecen problemas de enfermedad, de dolor en la familia”.

“El mundo no quiere llorar, prefiere ignorar las situaciones dolorosas, taparlas. Sólo la persona que ve las cosas como son, y llora en su corazón, es feliz y será consolada. El consuelo de Jesús, no el del mundo”.

“Bienaventurados los mansos en este mundo que desde el principio es un mundo de guerras, un mundo donde se pelea en todas partes, donde en cualquier lugar se da el odio. Jesús dice: nada de guerras, nada de odio, sino paz y mansedumbre”.

Si yo soy “manso en la vida”, prosiguió, “pensarán que soy tonto”. Que piensen lo que quieran, dijo el Papa, “pero tú sé manso, porque con esa mansedumbre recibirás de herencia la Tierra”.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: bienaventurados “los que luchan por la justicia, para que haya justicia en el mundo”, proclamó.

“Es muy fácil entrar en las garras de la corrupción”, en esa “política cotidiana del do ut des. Todo es un negocio”. Y “¡cuántas injusticias! ¡cuánta gente que sufre por estas injusticias!”. Jesús dice: “bienaventurados los que luchan contra estas injusticias”.

Bienaventurados los misericordiosos porque ellos encontrarán misericordia. Los misericordiosos, “los que perdonan, los que entienden los errores de los demás”. Jesús, no dice “bienaventurados los que se vengan, los que recurren a la venganza”.

“Bienaventurados los que perdonan, los misericordiosos. ¡Porque nosotros somos un ejército de perdonados!. Todos nosotros hemos sido perdonados. Y por esto es bienaventurado el que va por el camino del perdón”.

Bienaventurados los puros de corazón, que tienen un corazón sencillo, puro, sin porquería, un corazón que sabe amar con esa pureza tan bella.

Bienaventurados los que trabajan por la paz. “Pero, lo común para nosotros es ser agentes de la guerra o trabajadores de malentendidos. Cuando escucho una cosa y voy a otro y la digo haciendo una segunda edición un poco más elaborada y la cuento… El mundo de la maledicencia. Esta gente que murmura, no hace la paz, son enemigos de la paz. No son bienaventurados”.

Bienaventurados los perseguidos por la justicia: Cuánta gente “es perseguida simplemente por haber peleado en pro de la justicia”, recordó.

Esto de las Bienaventuranzas, “es el programa de vida que nos propone Jesús”, “muy sencillo, pero muy difícil”.

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