
María, Madre del corazón lleno de Dios, danos tu misma apertura al Padre, para dejar que Dios entre en nuestro corazón. Danos tu confianza para fiarnos de Dios y dejar nuestra vida en sus manos.
María, Madre de los oídos bien abiertos, abre los oídos de nuestro corazón a la Palabra de Dios que nos habla en las necesidades de los que nos rodean y en las cualidades que Él nos ha regalado y nos llama, como a ti, a hacer su voluntad.
María, Madre de la entrega a Dios, enséñanos a darnos con generosidad al Señor, que está presente en los más pequeños a los que debemos amar con nuestra ayuda […)
María, Madre del corazón siempre dispuesto, danos tu misma disponibilidad para ayudar desinteresadamente y con alegría a los que necesitan nuestro apoyo y nuestra presencia amiga.
María, Madre del camino a casa de Isabel, danos tu misma fuerza de voluntad para salir con prontitud al encuentro de los que están necesitando de nosotros, sin poder o atreverse a pedir ayuda.
María, Madre atenta de Caná, danos tu misma solicitud y preocupación para estar pendientes de los que no tienen el vino de la alegría, de la esperanza y del amor y poder saciarles de esa felicidad que solo da el vino bueno de tu Hijo Jesús.
María, Madre del «haced lo que Él os diga», ayúdanos a decir «Sí» a Dios, un sí generoso y total como el tuyo a la llamada que tu Hijo nos haga a cada uno de nosotros.
Por: TOÑO FERNÁNDEZ SANCHA
Desde el regazo de María, Ed. CCS, Madrid 2000,148s.