Sabes qué es La Cardiomorfosis y el culto al Corazón de Jesús»?

Llamamos Cardiomorfosis a la conversión del Corazón humano según el Sagrado Corazón de Jesús, que es el principio y fin de nuestra reconciliación penitente. 

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Aciprensa

Se podía alcanzar esta conversión siguiendo los diferentes caminos ascéticos propuestos por los maestros espirituales jesuitas del período barroco, a partir de tratados de emblemática espiritual de gran difusión en Europa y el Imperio español.

Las Bellas Artes, la Bibliografía espiritual y las artes menores dan testimonio de cuán exitoso y cuán arraigado estaba en el pueblo fiel el Camino de Cardiomorfosis. Con algunos ajustes e innovaciones realizados de siglo en siglo, se mantuvo vigente durante tres centurias.

Perdió impulso, y empezó a caer en desuso casi inmediatamente después de Concilio Vaticano II, sin otra causa que la avidez por las novedades y el desprecio por las estrategias evangelizadoras precedentes. Incluso el fin al que apuntaba, el culto al Sagrado Corazón de Jesús está languideciendo.

El Papa Francisco, jesuita al fin y al cabo, ha vuelto a traer a primer plano el Camino de Cardiomorfosis, bajo una forma muy moderna, muy atrayente y muy radical. El Señor Apostólico, a donde va, predica “el cambio interior de la `propia vida”, porque la conversión del corazón está destinada a dar frutos de paz, frutos de vida y frutos de unión en la propia vida y en la vida de los demás.

El papa nos enseña que los cambios deben ser interiores y muy profundos, no exteriores, epidérmicos o cosméticos . Lo más importante es la conversión del corazón: Convertir, renovar y transformar nuestra forma de pensar y nuestra forma de vivir, para desterrar el egoísmo y la indiferencia.

La simbología al servicio de la Iglesia

La simbología ha estado al servicio de Cristo y de su Iglesia desde el Monte Calvario. El cartel epigramáticamente infamante que Poncio Pilato mandó fijar en la cruz es, desde entonces, símbolo de la victoria de Cristo y la proclamación de su omnipotencia. La Iglesia primitiva empezó a crear símbolos propios, que remiten a conceptos muy precisos, de modo que bien puede hablarse de “evangelio en imágenes”. Los primitivos epígrafes del siglo I y las pinturas de las catacumbas romanas pusieron ya el arte al servicio de la evangelización.

Para alcanzar la cardiomorfosis perfecta era preciso seguir tres modelos: El Corazón de san José, el Corazón doloroso de María y el Sagrado Corazón de Jesús, que, simbólicamente representados, son el ABC de una pedagogía que encaminará al creyente gradualmente a rendir culto perfecto al Corazón de Jesús:

implican inocencia, mansedumbre, piedad, devoción, ascesis, axiología, teleología y contemplación mística. “Corazón de Jesús yo te adoro; Corazón de María, yo te imploro; Corazón de José, puro y justo; en estos tres corazones pongo mi confianza.”

Piénsese en santa Teresa de Jesús y sus Moradas, sin olvidarnos de que fue herida de amor en el corazón por un serafín (la Transverberación); y en santa Rosa de Lima, que acepta el requerimiento de Dios Niño: “Rosa de mi Corazón: sé mi esposa”, desposorio que inspiró los corazones que ideó. La cardiomorfosis en ambas llega a ser perfecta: amor apasionado, encendido, crucificial y co-oblativo, ellas cargan con sus propias cruces, se niegan a si mismas (comenzando por sus propios nombres), y en adelante no se ocupan sino de aquello que el divino Esposo quiere inspirarles. “Si por una gracia del Señor, dice Santa Teresa, su amor se imprime un día en nuestro corazón, todo se nos hará fácil; rápidamente y sin la menor dificultad pasaríamos a las obras ”. Sor Juana Inés de la Cruz es también una enamorada del Amante; baste recordar el poema “Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba”.

Abundan los casos de hombres de vida santa y esclarecida que quisieron que, aún después de la muerte, su corazón siguiera amando a Cristo. Para tal fin, pedían que se extrajera su corazón con el fin de ser sepultado en las paredes de una iglesia y no en un pudridero con el resto de su cadáver, como ocurrió con santo Toribio de Mogrovejo, arzobispo de Lima, y el conde de Lemos, virrey del Perú.

Estos grabados muestran los modelos a seguir: el Corazón de José, el Sagrado Corazón de María y el Sagrado Corazón de Jesús. La devoción al Corazón de José es posterior al culto de los SS.CC de Jesús y de María. El culto al Corazón de san José fue prohibido en el siglo XIX, pero la prohibición original por el papa Gregorio XVI nunca se ha hallado o publicado y así no está clara la base para la interdicción.

Ejemplos de métodos de cardiomorfosis

Examinaremos ahora algunos ejemplos de los métodos catequéticos (por desgracia olvidados y caídos en desuso, a pesar de ser obras realmente geniales) que son a la vez enseñanza catequética, sinopsis retórica, recurso mnemotécnico, belleza artística, y rotunda prueba de la solidísima formación doctrinal de sus autores, y del celo pastoral que abrasaba su corazones.

Primer Corazón

El corazón del hombre o es casa de Dios o casa del demonio. O se salva o se condena. El protagonista es el corazón de un pecador que ha sido poseído totalmente por el demonio, y que ha obrado según su tentación. Los pecados cometidos están representados simbólicamente por alimañas ponzoñosas, rastreras, inmundas, feroces y emplumadas: los pecados capitales. La representación de los pecados y los vicios en forma de bestias y monstruos puede rastrearse hasta los capiteles románicos, y las gárgolas góticas. El alma, que según san Agustín es un ojo que mira a Dios, no le puede ver porque carece de la luz. Satanás lo domina y una legión de demonios aguarda su turno para ofrecer una nueva seducción e induce a pecar de nuevo. El demonio se ha entronizado en el corazón del hombre pecador. El ángel de la guarda llora desconsoladamente el destino que le espera al alma cuya guarda se le confió.

Segundo Corazón

Aquí se ve lo que ocurre en el interior del corazón del pecador cuando se arrepiente. Se permite la acción de la gracia y de inmediato intervienen los auxilios sobrenaturales. El pecador vuelve en sí y, percatándose del estado de su corazón, invoca al Espíritu Santo. La figura del ángel, además de representar la persona espiritual servidora de Dios, es alegoría de la asistencia sobrenatural que se opera en favor del pecador, y del auxilio eficaz de la gracia, que vemos en forma de lluvia. Se nota la incomodidad de los demonios tentadores, que se dan vuelta y empiezan a retirarse.

Tercer corazón

Se presume la acción de un sacerdote que ha confesado, absuelto y penitenciado al pecador; el demonio ha sido derribado de su trono de iniquidades y las pasiones dominantes empiezan a perder su imperio, como lo indican las bestias que se van retirando de su antigua guarida, sin dejar de acecharlo. Ha tomado conciencia del precio de su perdón, e imprime en sus entrañas la memoria de la Pasión de Cristo, que se muestra en los símbolos del calvario. Adviértase desde ya que, sea cual fuere la manera de tratar la cardiomorfosis, esta escena es la que determina la mudanza de vida, y por tanto se da inicio a la transformación del corazón según del SCJ.

Cuarto Corazón

He aquí un corazón regenerado, que no vive sino para Cristo, y encuentra en Él la paz.

Nada lo turba, ni nada lo espanta. Es un cofre de virtudes:

la bolsa abierta simboliza la largueza y la caridad; el pan y el pez, la moderación, la templanza y la sobriedad. La Iglesia simboliza su constancia en la oración, en la vida sacramental y la escucha de la Palabra. El corazón sanado y orientado al cielo, deja de mirar al mundo que lo sedujo y sólo tiene ojos para mirar la cruz que lo salvó. De ahora en adelante contemplará el Corazón traspasado “que ha amado tanto a los hombres”. Buscará pagar amor con amor.

La serie de corazones que acabamos de describir nos recuerda lo siguiente:

1. No hay culto al Corazón de Cristo sin fe en la Resurrección de su cuerpo crucificado.

2. No hay culto al Corazón de Jesús si el pecado no es reconocido como ofensa personal a la Persona divina;

3. No hay reparación posible frente a la Humanidad de su Persona divina si no se reconoce su ciencia humana y sobrenatural de los pecados del mundo. No se le puede mentir en la confesión.

4. No hay culto al Corazón de Jesús sin reconocimiento de su sacrificio sobre la Cruz, perpetuado por la misa, y si no se come el Pan eucarístico.

La cardiomofosis paso a paso

La fortaleza del corazón humano es asediada, amorosamente combatida y finalmente poseída por Cristo Infante, para volvelo a la inocencia bautismal. Recordemos lo dicho, en nuestros tiempos por el beato Papa Pablo VI: “El Bautismo es donde el cristiano recibe el don fundamental de la metanoia o conversión” 

Ante un corazón cerrado , símbolo del egoísmo, origen de todo pecado, Cristo, en forma de niño pequeño y amigable, toca tímidamente el corazón del pecador. Sabe qué puerta tocar, sabe qué tecla pulsar; sólo necesita que la voluntad humana descorra el cerrojo la puerta. Cristo, Luz del mundo, descubre las oscuridades y el abismo del corazón humano. No viene como juez airado, sino como médico y medicina. “No quebrará la caña cascada ni apagará el pabilo que aún humea” (la vela bautismal). La vela encendida indica que mientras haya vida, habrá posibilidad de arrepentimiento y perdón, pero cuando se apague, cesará la vida; Cristo ya no será médico sino Juez; ya no obtendrá medicina sino administración de Justicia.

Cristo hace “limpieza general” y de un solo golpe limpia hasta las culpas más feas, secretas y abyectas. Los querubines contemplan el poder del Amor y adoran el misterio. Luego de iluminar el entendimiento y fortalecer la voluntad del pecador, una vez eliminadas las culpas debidas a las debilidades más groseras y sensuales, se ocupa, luego de las potencias superiores, de lo sutil, de lo espiritual, de lo intelectivo y lo volitivo: limpia minuciosa y suavemente, con una mota de borrar, las reliquias del pecado para poder imprimir las huellas de su Pasión.

Cristo, de manera amorosa, le enseña cuál fue el precio que permite esa reconciliación: despliega la panoplia de los instrumentos de la Pasión, que ahora son armas de su victoria y que pueden también ser las suyas… si las acepta. Imprime el recuerdo de su Pasión (nótese el pincel y la paleta). El hypogrammon del Sagrado Corazón reemplaza definitivamente, en el corazón arrepentido, los modelos de pestilencia, maldad y muerte que el demonio había impreso con paciencia y esmero, como se aprecia en en los grabados.

Dicho lo anterior, ni el demonio más rabioso, ni la tentación más seductora encontrará puerta por dónde entrar en el corazón reconciliado y perseverante, porque es morada de Cristo, que lo inflama de amor sobrenatural para convertirlo en el jardín en el que se recrea. Al igual que en la barca de sacudida por la tempestad, el corazón que late con y por Cristo no se turba ni se espanta; es permanentemente feliz, porque sabe que no está abandonado, porque se siente saciado por el divino alimento de las Sagradas Escrituras, y la Santísima Eucaristía, manantial de todas las gracias, y, finalmente, porque hay una corona de gloria que lo espera.

 Debía quedar claro que, por las llagas de Cristo y por Preciosísima Sangre, se obtuvo la redención del hombre. El cristiano debe ser irreprensible como José, creyente como María, trompeta como el Bautista, y caminar detrás de las huellas de los Apóstoles, obediente como Cristo, “manso y humilde de corazón”.

En Regia Via Crucis se presenta la dimensión de la vida del cristiano: peregrinar en un valle de lágrimas, amarguras, pruebas y dificultades, camino que –lo deja bien claro– no transitará solo, sino asistido por Cristo.

 Vía Crucis del corazón cristiano

El hombre que consuela a Cristo recibe en pago el consuelo divino.

Frutos de la cardiomorfosis

Permite el consorcio de los corazones puros y los corazones purificados.

Permite el sufragio de los santos que tuvieron un amor esclarecido por la Sagrada Eucaristía

Que conduce a la Adoración Eucarística perfecta

El Ángel de la Guarda presenta al Padre la ofrenda del corazón humano co-oblativo

Por lo tanto, torna al Padre, el alma en estado de inocencia

«Divina transmutación/ha hecho tu Amor Soberano/Pues un corazón humano/te ha cogido el Corazón

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