Sánanos de nuestros temores, los cuales no permiten que las naciones trabajen unidas y que los vecinos se ayuden unos a otros.

ORACIÓN CONTRA EL CORONAVIRUS
By Kerry Weber
Jesucristo, tú atravesaste pueblos y villas “curando toda dolencia y toda enfermedad.” Por tu mandato, los enfermos fueron curados. Acude a nuestra ayuda hoy, en medio de la propagación global del coronavirus, para que podamos sentir tu amor curativo.
Cura a todos los enfermos con el virus. Que puedan recuperar sus fuerzas y sanar mediante un buen cuidado médico.
Sánanos de nuestros temores, los cuales no permiten que las naciones trabajen unidas y que los vecinos se ayuden unos a otros.
Cúranos de nuestro orgullo, el cual nos hace asumir invulnerabilidad ante una enfermedad que no tiene límites.
Jesucristo, sanador de todo, acompáñanos en estos tiempos de incertidumbre y pena.
Acompaña aquellos que han muerto por causa del virus. Que estén descansando a tu lado en tu paz eterna.
Acompaña las familias de quienes están enfermos o que han muerto. En medio de sus preocupaciones y penas, líbrales de enfermedad y desesperación. Permíteles sentir tu paz.
Acompaña los doctores, enfermeras, investigadores y todos los profesionales médicos que andan en búsqueda de sanar y ayudar a los afectados, y que corren riesgos en el proceso. Permíteles sentir tu protección y paz.
Acompaña los líderes de todas las naciones. Dales la visión para actuar con amor, y un verdadero interés en el bienestar de la gente que deben de servir. Dales la sabiduría para poder invertir en soluciones de largo plazo que ayudarán a la preparación o prevención de futuros brotes. Permíteles conocer tu paz en esta tierra, mientras juntos trabajan para lograrlo.
Ya estemos en nuestras casas o en el extranjero, rodeados de muchos o de unos pocos que sufren de esta enfermedad, Jesucristo, acompáñanos mientras soportamos y lamentamos, persistimos y nos preparamos. Sustituye nuestra ansiedad por tu paz.
Jesucristo, sánanos.
ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO POR EL CORONAVIRUS

Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino
como signo de salvación y de esperanza.
Confiamos en ti, Salud de los enfermos, que junto a la cruz te asociaste al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, salvación del pueblo romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que nos diga Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y se ha cargado con nuestros dolores para llevarnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita! ¡Amén!
Una oración de solidaridad

Por todos los que han contraído coronavirus,
Oremos por atención medica inmediata y sanación rápida.
Por los que son particularmente vulnerables,
Oremos por seguridad y protección.
Por todos los que experimentan temor o ansiedad,
Oremos por paz mental y espiritual.
Por las familias afectadas que enfrentan decisiones difíciles entre el alimento en la mesa o la seguridad pública,
Oremos por leyes políticas que reconozcan y protejan la situación de cada
una de ellas.
Por los que no tienen seguro de salud adecuado,
Oremos para que ninguna familia enfrente sola las cargas financieras.
Por los que temen acceder a atención debido a su estatus legal migratorio,
Oremos por el reconocimiento de la dignidad humana de todos dada por Dios.
Por nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo,
Oremos por la solidaridad compartida.
Por los funcionarios públicos y los que toman las decisiones,
Oremos por sabiduría y orientación.
Padre, durante este tiempo, que tu Iglesia sea señal de esperanza, consuelo y amor para todos.
Concédenos la paz.
Concédenos consuelo.
Concédenos sanación.
Quédate con nosotros, Señor.
Amén.
Oración por los fieles laicos y las familias de todo el mundo
P. Francesco Dell’Orco Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida

Oh Dios Padre, Creador y Señor de la vida, Te damos gracias por el don de la vida, fundamento de todo bien. En este tiempo de pandemia, socórrenos en Tu misericordiosa omnipotencia. Con confianza nos abandonamos en tus amorosos brazos, recordando las palabras de tu Hijo Jesús: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Yo he vencido al mundo”. No nos sentimos solos ante la invisible e insidiosa enfermedad, porque contamos con Tu protección, oh Padre clementísimo, que vela por cada uno de nosotros con infinito amor.
Te damos gracias por el don de nuestros hermanos y hermanas, que comparten con nosotros el camino de la vida y la solidaridad en el tiempo presente y venidero, y por el don de Tu Iglesia, comunidad sanadora y posada de esperanza para cada enfermo de Covid-19. Ayúdanos a enfrentar esta emergencia sanitaria internacional con seriedad, serenidad y coraje, estando dispuestos a asumir, si fuera necesario, grandes sacrificios en nuestra vida cotidiana por el bien común.
Protege de todo mal a todos los médicos, enfermeras, socorristas e investigadores científicos, que se dedican a aliviar el sufrimiento y la ansiedad causados por este contagio y a descubrir formas eficaces de tratamiento para esta enfermedad. Dales luz y fuerza para que sigan dedicándose generosamente a su misión, utilizando para esta buena causa las mejores energías y talentos intelectuales que Tú les has dado.
Bendice a las familias, que están llamadas a acompañar en la medida de lo posible a sus miembros afectados por el Covid-19 o a cuidar de los ancianos que no pueden salir de casa por el riesgo del contagio, a velar por los más vulnerables, afectados ya por otra enfermedad y a los niños que tienen que quedarse en casa, ya que las escuelas están cerradas por razones sanitarias. Mira con predilección a las familias que viven en lugares del mundo pobres en recursos económicos y en asistencia social, especialmente a aquellas en las que el marido, la mujer u otros miembros de la familia corren el riesgo de perder sus empleos debido a las consecuencias de la epidemia en la producción, el comercio, el transporte, la educación y otras actividades civiles.
Reconocemos en estas circunstancias tan difíciles que la comunión de amor entre los cónyuges y sus hijos, que Tú les das gratuitamente, es un recurso muy valioso para toda la sociedad y para cada persona que corre el riesgo de experimentar la soledad. Te alabamos y Te bendecimos por haber pensado, en Tu sabia providencia de Creador, en la relación conyugal entre el hombre y la mujer, que despliega toda su verdad en esta dramática hora de nuestra historia. Por tu gracia, que la familia sea la fuerza difusora del sentido de responsabilidad de cada uno, de la solidaridad, de la fuerza y de la prudencia, del compartir y de la ayuda mutua en la gran tribulación.
Oh Padre misericordioso, en nombre de tu Hijo Jesucristo, derrama los dones de tu Espíritu Santo sobre nuestras familias para que crezcan en la unidad y la paz.
¡Sagrada Familia de Nazareth, ruega por nosotros!
Amén.
Oración en Tiempo de Coronavirus

Querido Dios,
En este momento de incertidumbre y miedo, ayúdenos a ser amor, misericordia y paz para nosotros y para los demás al enfrentar el coronavirus en los Estados Unidos y en todo el mundo.
Ayúdanos a mantener cerca de nuestros corazones a los que han muerto y a sus seres queridos que los lloran.
Aquellos que están enfermos o están tratando de buscar atención médica.
Aquellos que no tienen licencia por enfermedad, beneficios o seguridad laboral.
Aquellos cuyas escuelas han cerrado y no tienen acceso a alimentos, hogares seguros o tecnología.
Esos no pueden viajar para estar con sus seres queridos que están enfermos o moribundos.
Quienes enfrentan discriminación y acoso debido a su origen étnico.
Los que luchan con la soledad durante este tiempo de aislamiento social.
Los que están asustados y pierden la esperanza.
- Ayúdanos a encontrar la alegría, por pequeña que parezca.
- Ayúdanos a mantener la esperanza.
- Ayúdenos a recordar que “Todo estará bien, porque hay una fuerza de amor que se mueve a través del universo que nos mantiene firmes y nunca nos dejará ir”.
Amén
Hermosa oración de Adrienne von Speyr († 1967). Laica y doctora suiza, protestante convertida al catolicismo en 1940, fue colaboradora del teólogo Hans Urs von Balthasar.
Señor, bendice a los enfermos, a todos los que sufren. Muéstrales que a través de tu sufrimiento en la cruz todo el sufrimiento tiene un significado, insertado en tu Pasión y puesto al servicio de la redención del mundo. Dales fuerza, coraje y paciencia. Concédeles por tu gracia que brillen en su enfermedad. Y tengan tanto amor, que su sufrimiento contribuya a transfigurar el sufrimiento de los demás.
Amén
ORACIÓN CONJUNTA POR LA SALUD MUNDIAL UNE ONLINE A TODAS LAS RELIGIONES EN JERUSALEM

Oración conjunta, compuesta por los principales rabinos de Israel

«Dios del primero y del último, Dios de todas las criaturas, Señor de todas las generaciones, despierta a los que duermen, cura a los enfermos, abre los ojos de los ciegos y levanta a los que están postrados. Venimos ante ti con la cabeza inclinada, y con estatura inclinada, y suplicamos. Cientos de miles murieron, millones se han enfermado. Sálvanos, te suplicamos, oh Señor. Te suplicamos, oh Señor, ¡envía prosperidad! Envía recuperación completa a los enfermos, evita la plaga de Tu mundo».
«Por favor, Dios, Tú, que nos has alimentado con hambre y nos has provisto de abundancia, nos has sacado de la peste y nos has liberado de enfermedades graves y duraderas. Ayúdanos.
Hasta ahora, su misericordia nos ha ayudado y su amabilidad no nos ha abandonado, por lo tanto, suplicamos y pedimos ante usted que nos sane, Señor y seremos sanados, sálvanos y seremos salvos, porque tú eres nuestra gloria.
Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean agradables ante ti, oh Señor, mi roca y redentor. Como en las palabras del Salmo 121 ‘Una canción para ascensiones’: Dirijo mis ojos a las montañas; ¿De dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene del Señor, Creador del cielo y de la tierra. Él no dejará que tu pie ceda; Tu guardián no dormirá; ¡Mira, el Guardián de Israel no duerme ni duerme! El Señor es tu guardián; El Señor es tu protección a tu diestra. De día el sol no te golpeará, ni la luna de noche. El Señor te protegerá de todo daño; Él cuidará tu vida. El Señor guardará tu ir y venir ahora y para siempre».


Gracias hermanos míos por éstas oraciones por los están. enfermos por el Covid-19 o coronavirus el mundo entero,gracias Dios mío por escuchar nuestras oraciones en nuestro hogar y en todos los hogares del mundo entero amen.
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Amén querido hermano. Seguimos orando los unos por los otros
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