¡El nombre «Judas» significa «dador de alegría» y el nombre «Tadeo» significa «generoso y amable»! ¿Qué más se puede pedir cuando uno se siente desesperado y perdido?.
San Judas Tadeo fue uno de los Doce Apóstoles de Jesús, y se distingue claramente de Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús antes de su crucifixión.

«Judas» es una palabra hebrea que significa: «alabanzas sean dadas a Dios». Tadeo quiere decir: «valiente para proclamar su fe»
El Apóstol Judas Tadeo, «el hermano de Santiago», era probablemente el hermano de Santiago el Menor, se lo menciona así por la notoriedad de Santiago en la Iglesia primitiva «¿No es éste -se preguntan maravillados los habitantes de Nazaret, ante la fama que acompaña a Jesús- el carpintero… el hermano de Santiago y de Judas?».
Después de la Ultima Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le escuchasen, Judas le preguntó porqué no se manifestaba a todos. Cristo le contestó que Él y su Padre visitarían a todos los que le amasen: «Vendremos a él y haremos en él nuestra morada» (Juan, 14, 22-23).
Así murió San Judas Tadeo
Versiones bíblicas coinciden en que San Judas Tadeo fue martirizado en conjunto con San Simón en Persia, por una turba de gente liderada por unos sacerdotes idólatras.
Los eruditos bíblicos concuerdan en que Judas nació en Caná, sus padres eran agricultores, y se dice que era primo hermano de Jesús de Nazaret, ya que su padre, Cleofás, era hermano de José, esposo de la virgen María, y su madre, María de Cleofás, era prima de María, madre de Jesús.
La historia cuenta que San Judas Tadeo visitó Beirut y Edesa, y que pudo haber sido martirizado con San Simón, en Persia.
Según versiones, San Judas Tadeo predicaba en Judeo, luego pasó a Mesopotamia y finalmente en Persia, donde se reunió con el apóstol San Simón y juntos combatieron las herejías de Zaroes y Arfexat, dos sacerdotes paganos que levantaron al pueblo contra las obras de los apóstoles.
Un día antes de que fallecieran, Judas Tadeo y Simón buscaron alojamiento con un discípulo llamado Semme. A la mañana siguiente, una gran turba de gente liderada por dos sacerdotes idólatras rodearon la casa y exigieron a Semme que entregara a los dos apóstoles, de lo contrario, quemarían la casa.
Ante la amenaza, Judas y Simón se entregaron. A Simón lo mataron partiendo su cuerpo en dos, mientras que a Judas Tadeo le cortaron la cabeza con un hacha.

Dicho documento se ha atribuido a un tal Abdías, de quien se dice que fue discípulo de Simón y Judas y consagrado por ellos primer obispo de Babilonia.
La mayoría de los eruditos bíblicos concuerdan en que San Judas Tadeo fue martirizado en el año 65 en el día 28 de octubre. Después de su muerte, el cuerpo de Judas Tadeo fue llevado a Roma y dejado en una cripta en la Basílica de San Pedro.
Actualmente sus restos se encuentran en el transepto izquierdo de la Basílica de San Pedro, bajo el altar mayor de San José, en una tumba que comparte con los restos del apóstol Simón el Zelote.
Después de su muerte, muchos se dirigían a Judas Tadeo para su intercesión en oración. La devoción hacia este apóstol la inspiró Jesús a través de Santa Brígida de Suecia, cuando en una visión le dijo volverse a San Judas con gran fe y confianza.
En la visión, Cristo le dijo a Santa Brígida que de acuerdo con su apellido, Tadeo, el amable y cariñoso, se mostrará muy dispuesto a ayudar.
Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a «luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón son… hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios en ocasión de riña y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo». Es una severa amonestación contra los falsos maestros y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta con esta bella oración: «Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría».
Cada 28 de octubre, católicos celebran el día en honor a San Judas Tadeo.
San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe, especialmente en cuanto a conseguir empleo o casa.
Hay varias leyendas sobre San Judas Tadeo propagadas por Eusebio que son poco confiables.
El devoto debe cuidarse de no caer ciertos abusos, como la «novena milagrosa» a Judas Tadeo que ofrece al devoto grandes recompensas económicas con la condición de que se hagan varias copias de ella y sean enviadas a un número de personas. Esta novena raya en la superstición y está centrada más en interés económico que en la búsqueda de la santidad.
San Judas es representado con una imagen de Cristo en su mano o con una llama alrededor de su cabeza. La tradición dice que el Rey Abgar de Edesa pidió a Jesús que lo curara de la lepra, y por eso, Jesús envió una imagen de sí mismo con San Judas. Cuando el Rey vio la imagen de Jesús, inmediatamente se curó y se convirtió al cristianismo. La llama alrededor de su cabeza representa que estuvo presente en Pentecostés y recibió el Espíritu Santo. San Judas continúa intercediendo y curando nuestras heridas, tanto físicas como espirituales
Oración propia de la Novena |
Glorioso San Judas Tadeo, por los sublimes privilegios con que fuiste adornado durante tu vida; en particular por ser de la familia humana de Jesús y por haberte llamado Él a ser Apóstol; por la gloria que ahora disfrutas en el Cielo como recompensa de tus trabajos apostólicos y por tu martirio, obténme del Dador de todo bien las gracias que ahora necesito (mencione los favores que solicita). Que guarde yo en mi corazón las enseñanzas divinas que nos has dado en tu carta: construir el edificio de mi santidad sobre las bases de la santísima fe, orando en el Espíritu Santo; mante- ner en el amor de Dios y esperando la misericordia de Jesucristo, que nos llevará a la vida eterna; y procurar por todos los medios ayudar a quienes se desvíen. Que yo alabe la gloria y majestad, el dominio y poder de aquel que puede preservar de todo pecado y presentarme si mancha a nuestro divino Salvador, Jesucristo nuestro Señor. Amén. |
Consagración a San Judas |
San Judas, Apóstol de Cristo y Mártir glorioso, deseo honrarte con especial devoción. Te acojo como mi patrón y protector. Te encomiendo mi alma y mi cuerpo, todos mis intereses espirituales y temporales y asimismo los de mi familia. Te consagro mi mente para que en todo proceda a la luz de la fe; mi corazón para que lo guardes puro y lleno de amor a Jesús y María; mi voluntad para que, como la tuya, esté siempre unida a la voluntad de Dios.Te suplico me ayudes a dominar mis malas inclinaciones y tentaciones evitando todas las ocasiones de pecado. Obténme la gracia de no ofender a Dios jamás, de cumplir fielmente con todas las obligaciones de mi estado de vida y practicar las virtudes necesarias para salvarme. Ruega por mi Santo Patrón y auxilio mío, para que, inspirado con tu ejemplo y asistido por tu intercesión, pueda llevar una vida santa, tener una muerte dichosa y alcanzar la gloria del Cielo donde se ama y da gracias a Dios eternamente. Amén. |
Oración final |
¡Oh Dios! Tú diste a conocer tu nombre por medio de los Apóstoles, por intercesión de San Judas, haz que tu Iglesia continúe fortaleciéndose y aumente el número de sus fieles.Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén. |
Puedes Donar de manera segura a través de PayPal:

PATROCINANOS…
Si nos patrocinas podemos seguir evangelizando cada día, le das recompensa a nuestro esfuerzo y podemos llegar a muchas almas.
1.00 $