Durante un exorcismo en Italia en 1823, dos sacerdotes dominicos hicieron reconocer al diablo el dogma que sería promulgado 30 años después
El demonio, aparte de tenerle un odio profundo a María, también le teme, pues sabe que ella pisó su cabeza una vez cuando nos trajo la salvación a través de su vientre puro y maternal y lo hará de nuevo en el enfrentamiento descrito en el apocalipsis.

Testimonios de experimentados sacerdotes exorcistas han demostrado ser valiosos para la Iglesia católica. Somos testigos de que Jesucristo es victorioso sobre todos y cada uno de los espíritus diabólicos. Pero también es importante creer y testificar que la Santísima Trinidad eligió a la Virgen María para ser el vaso más sagrado y puro que trajo esa victoria contra los demonios.
*Según los testimonios de muchos exorcistas, aquí están algunos de las declaraciones de que los demonios fueron forzados a confesar sobre la Virgen María durante varios ritos importantes de exorcismo: «María es el terror del infierno. Ella ama soberanamente a los seres mortales. Su amor por los mortales es inconcebible. Nos arrebata más almas que todos los ángeles y todos los santos juntos».
«Comparo a María con un formidable ejército. El que ama a María es un amigo de Dios. Dios está complacido con María. Él da evidencia de ello al no rechazar nunca una gracia de todas las que ella le pide. Cuando una persona le reza a María, no lo hace con suficiente respeto.
Uno no reconoce que honrar a María honra a Dios que la hizo como es». «Ella es solo carne. ¡Yo soy puro espíritu! ¡No, no lo es! ¿Ella, más alta que yo? No, no lo es. Ella, ¿más alta que yo? ¡Yo soy espíritu!»
*Contenido extraído y publicado originalmente en Píldoras de fe, bajo el pildorasdefe.net
La Inmaculada Concepción y el demonio.

Era el año 1823. El diablo había poseído a un joven analfabeto de apenas 12 años de edad, residente en la actual provincia italiana de Avellino, en la región de Apulia.
Estaban en la ciudad dos religiosos dominicos, el p. Gassiti y el p. Pignataro, ambos autorizados por el obispo a realizar exorcismos.
Ella nunca estuvo bajo su poder
Los sacerdotes hicieron una serie de preguntas al diablo que poseía al muchacho, entre ellas, una sobre la Inmaculada Concepción.
El diablo confesó que la Virgen de Nazaret jamás había estado bajo su poder: ni siquiera desde el primer instante de su vida, pues ella ya fue concebida “llena de gracia” y toda de Dios.
Aunque sea el “padre de la mentira”, el diablo puede ser obligado en el exorcismo a decir la verdad, incluso en materia de fe.
Fue así que los dos sacerdotes exorcistas le obligaron a reverenciar a la Virgen y a alabar su Concepción Inmaculada en forma de versos.
Humillado, el diablo se vio forzado en nombre de Cristo a cantar la gloria de María, y lo hizo mediante un soneto en italiano, ¡perfecto en construcción y en teología!
El poema
Reproducimos el original italiano y, a continuación, la traducción al español:
En italiano:
Vera Madre son Io d’un Dio che è Figlio
e son figlia di Lui, benché sua Madre;
ab aeterno nacqu’Egli ed è mio Figlio,
in tempo Io nacqui e pur gli sono Madre.Egli è mio creator ed è mio Figlio,
son Io sua creatura e gli son Madre;
fu prodigo divin l’esser mio Figlio
un Dio eterno, e Me d’aver per Madre.L’esser quasi è comun tra Madre e Figlio
perché l’esser dal Figlio ebbe la Madre,
e l’esser dalla Madre ebbe anche il Figlio.Or, se l’esser dal Figlio ebbe la Madre,
o s’ha da dir che fu macchiato il Figlio,
o senza macchia s’ha da dir la Madre.
En español:
Soy verdadera madre de un Dios que es Hijo,
Y soy su hija, aun al ser su madre;
Él desde la eternidad existe y es mi Hijo,
y yo nací en el tiempo y soy su madre.Él es mi Creador y es mi Hijo,
y yo soy su criatura y su madre;
Fue divino prodigio ser mi Hijo
un Dios eterno y tenerme a mí por madre.
El ser de la madre es casi el ser del Hijo,
Visto que el Hijo dio el ser a la madre
Y fue la madre la que dio el ser al Hijo;Si, pues, del Hijo tuvo el ser la madre,
O hay que decir que está manchado el Hijo
O hay que decir Inmaculada a la madre.