San José, el hombre de los sueños

Tomado de: https://catequesis.archimadrid.es/san-jose-el-hombre-de-los-suenos/

Archivo:El sueño de San José, de Antonio Palomino.jpg - Wikipedia, la  enciclopedia libre

Dice el Papa Francisco que San José era un hombre concreto, pero con el corazón abierto, “el hombre de los sueños”, no “un soñador”:

«El sueño es un puesto privilegiado para buscar la verdad, porque allí no nos defendemos de la verdad. Vienen y… Y Dios también habla en los sueños. No siempre, porque generalmente es nuestro inconsciente que viene, pero Dios tantas veces eligió hablar en los sueños. Lo hizo tantas veces, en la Biblia se ve, ¿no? José era el hombre de los sueños, pero no era un soñador ¿eh? No era fantasioso. Un soñador es otra cosa: es aquel que cree…va… está en el aire, y no tiene los pies plantados en la tierra.«

También el Papa Francisco pide que no se pierda la capacidad de soñar, la capacidad de abrirse al mañana con confianza, no obstante las dificultades que puedan surgir:

No perder la capacidad de soñar el futuro: cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros: soñar sobre nuestra familia, sobre nuestros hijos, sobre nuestros padres. Mirar como yo quisiera que anduviera su vida. También los sacerdotes: soñar sobre nuestros fieles, qué queremos para ellos. Soñar como sueñan los jóvenes, que son descarados en el soñar, y allí encuentran un camino. No perder la capacidad de soñar, porque soñar es abrir las puertas al futuro. Ser fecundos en el futuro.

Los sueños religiosos

Además de esta acepción de “soñar”, que hace referencia a vivir con proyectos, con ilusiones, con esperanzas, con la mirada puesta en el futuro y en la búsqueda de un futuro mejor para todos, esta el “valor religioso” del sueño, tan reiterado en la Sagrada Escritura como espacio de manifestación de Dios.

Del valor religioso del sueño nos habló, entre otros, Víctor Frankl, el padre de la logoterapia, la psicoterapia del sentido. Al igual que Freud, Frankl estaba convencido del valor revelador del sueño con respecto a las profundas experiencias, emociones e inquietudes humanas. También que en los sueños se manifiesta muchas veces el yo reprimido: el inconsciente expresa en el sueño lo que el subconsciente censura. Para Frankl esto ocurre sobre todo en nuestro tiempo en el que la presión anti-religiosa de la cultura dominante reprime la búsqueda de Dios. El sueño religioso vendría así a ser la válvula de escape de la “nostalgia de Dios” de la que hablaba Steiner, reprimida por el yo que se ha subido al “carro del vencedor” (Noelle Newman) de la cultura secularista dominante.

3.- San José, modelo para dar la vuelta al dolor

De San José podemos aprender al menos cuatro cosas: su confianza en Dios, su capacidad para sufrir y ver el “hilo de oro” del plan de Dios, su laboriosidad, y su silencio.

En los Evangelios encontramos también cinco grandes dolores de San José. Pero a cada dolor le corresponde una inmensa alegría:

  1. El primer dolor: Ver nacer al Niño Jesús en una pobrísima cueva en Belén, y no lograr conseguir ni siquiera una casita pobre para el nacimiento. A este dolor correspondió la alegría de ver y oír a los ángeles pastores llegar a adorar al Divino Niño.
  2. El segundo dolor fue el día de la Presentación del Niño en el Templo, al oír al profeta Simeón anunciar que Jesús sería causa de división y que muchos irían en su contra y que por esa causa, un puñal de dolor atravesaría el corazón de María. A este sufrimiento correspondió la alegría de oír al profeta anunciar que Jesús sería la luz que iluminaría a todas las naciones.
  3. El tercer dolor fue la huida a Egipto. Tener que huir por entre esos desiertos, sin sombras ni agua, y con el Niño recién nacido. A este sufrimiento le correspondió el gozo de ver crecer al Divino Niño.
  4. El cuarto dolor fue la pérdida del Niño Jesús en el templo y la angustia de buscarlo por tres días. A este sufrimiento le siguió la alegría de encontrarlo sano y salvo y de tenerlo en su casa hasta los 30 años y verlo crecer ante Dios y ante los hombres.
  5. El quinto dolor fue la separación de Jesús y de María al llegarle la hora de morir. Pero a este sufrimiento le siguió la alegría, la paz y el consuelo de morir acompañado de los dos seres más santos de la tierra.

4.- San José, el santo del silencio

  • Pero además de orante y paciente, San José es silencioso. Con María su esposa, hizo grandes cosas dejándose hacer por Dios. San José, el santo del Silencio.
  • Es un caso excepcional en la Biblia: no se le escucha ni una sola palabra. No es que haya sido uno de esos seres que no hablaban nada, pero seguramente fue un hombre que cumplió aquel mandato del profeta antiguo: “Sean pocas tus palabras”.
  • Quizás Dios ha permitido que de tan grande amigo del Señor no se conserve ni una sola palabra, para enseñarnos a amar también nosotros en silencio. San José, Patrono de la Vida interior, enséñanos a confiar, a sufrir, y a callar amando.

5.- San José obrero

  • El Concilio de Calcedonia, en el año 451, afirmó que “Jesús fue con respecto a nosotros semejante en todo menos en el pecado”. El mismo vivió junto a pescadores, campesinos y artesanos, recibió la formación en un oficio y hasta los treinta años trabajó como carpintero en el taller de San José.
  • El trabajo remunerado es para la gran mayoría la fuente de ingresos más importante y, con frecuencia, la única. Y no sólo eso: el trabajo es además una dimensión esencial de la propia realización del hombre y de la participación social. Esta razón hace que desempleo suponga algo más que una mera pérdida material de los ingresos. El desempleo suele traducirse a menudo en aislamiento, en un dudar de sí mismo y en la exclusión social o la enfermedad. La Doctrina Social de la Iglesia habla por eso un derecho moral al trabajo. Todas las fuerzas sociales -empresas, sindicatos, grupos políticos- tienen la obligación de hacer realidad este derecho al trabajo y de perseguir el objetivo del pleno empleo.
  • La Iglesia celebra dos días san José, el 19 de marzo, y el 1 de mayo, San José Obrero, haciéndolo coincidir el papa Pío XII con el día del trabajo. Él es el modelo del trabajador y el intercesor en la lucha por los derechos de los trabajadores.
  • Un día preguntaron a tres canteros qué hacían. El primero dijo que labrar la piedra, el segundo construir un arco de medio punto, el tercero levantar una catedral. ¿Cuál de las tres respuestas habría dado San José?

6.- San José, patrono de la Iglesia, intercesor de su comunión

  • San José es el patrono de la Iglesia. Razón por la cual, el Papa Francisco, que le tiene una gran devoción, quiso incluirle de modo explícito junto a la Virgen María en las intercesiones de todas las plegarías litúrgicas (“Por intercesión de la bienaventurada Virgen María, y de San José su esposo”).
  • Si es patrono de la Iglesia, lo es de la Iglesia en su profundo misterio, la Iglesia comunión (sacramento de la comunión trinitaria), y de su misión (la Iglesia no vive para si misma, sino para su misión).
  • Fijémonos en la Iglesia misterio de comunión. La primera y determinante Iglesia doméstica fue la familia de Nazaret, en la que cada uno de los tres miembros veía en los otros dos el punto de apoyo de la comunión en la relación entre ellos.
  • San José es así el principal intercesor para pedir sin descanso que no caigamos en la tentación de la división, para que procuremos la unidad en la diversidad, para que no vuelvan los fantasmas de los cismas, porque sin comunión no hay misión.

Así piensa el Papa Francisco sobre San José

Fuentes varias

«San José: el hombre de los sueños, con los pies en la tierra»

El San José del Papa Francisco

«un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde enamorado de María»

No perder la capacidad de soñar el futuro

Cada uno de nosotros: soñar sobre nuestra familia, sobre nuestros hijos, sobre nuestros padres. Mirar como yo quisiera que anduviera su vida. También los sacerdotes: soñar sobre nuestros fieles, qué queremos para ellos. Soñar como sueñan los jóvenes, que son “descarados” en el soñar, y allí encuentran un camino. No perder la capacidad de soñar, porque soñar es abrir las puertas al futuro. Ser fecundos en el futuro.

“ Cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema… ”

“Yo también quisiera decirles una cosa muy personal. Yo quiero mucho a San José. Porque es un hombre fuerte y de silencio. Y tengo en mi escritorio una imagen de San José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo. Nosotros no. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema”…

“ Al igual que San José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y actuar ”

Al igual que San José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y actuar. En la familia hay que levantarse y actuar. La fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él. Es muy importante”…

“ A San José el regalo de la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante ”

El Papa Bergoglio prosiguió diciendo: “Del mismo modo que el don de la Sagrada Familia fue confiado a San José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. Lo mismo que con San José. A San José el regalo de la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante. A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan el plan de Dios para llevarlo adelante. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret”…

“ José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de Dios a cuidar de Jesús y María ”

“Y (debemos) pedirle a San José, que es amigo del ángel, que nos mande la inspiración de saber cuándo podemos decir ‘sí’, y cuándo debemos decir ‘no’. Las dificultades de las familias son muchas”…

“ José llegó a ser una bendición, no sólo para la Sagrada Familia, sino para toda la humanidad ”

“José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de Dios a cuidar de Jesús y María. De esta manera, cumplió su papel en el plan de Dios, y llegó a ser una bendición, no sólo para la Sagrada Familia, sino para toda la humanidad. Con María, José sirvió de modelo para el niño Jesús, mientras crecía en sabiduría, edad y gracia”.

El Papa Francisco se refirió a San José como “el hombre de los sueños, con los pies en la tierra”. Y a partir de ambas expresiones habló de las características de este gran Santo.

“San José: un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”

Comenzó recordando que gracias a las Sagradas Escrituras lo conocemos como “un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”. Quien, además, en un primer momento, ante lo incomprensible, “prefiere hacerse a un lado”. Pero después “Dios le revela su misión”. Y así José la acepta, abraza su papel y acompaña el crecimiento del Hijo de Dios “en silencio, sin juzgar y sin hablar de más, en una palabra sin chismorrear”.

La sabiduría de los buenos padres

En las Sagradas Escrituras, conocemos a José como a “un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”. En un primer momento, ante lo incomprensible, “prefiere hacerse a un lado” pero después “Dios le revela su misión”. Y así José abraza su misión, su papel, y acompaña el crecimiento del Hijo de Dios “en silencio, sin juzgar, sin hablar de más, sin chismorrear”.

«Ayudar a crecer, a desarrollarse. Así buscó un lugar para que el hijo naciera, lo cuidó, lo ayudó a crecer, le enseñó el oficio: tantas cosas… En silencio. Nunca se apropió de su hijo: lo dejó crecer en silencio. Deja crecer: sería la palabra que nos ayudaría tanto, a nosotros que por naturaleza siempre queremos poner nuestras narices en todo, especialmente en la vida de los demás. «¿Por qué hace eso? ¿Por qué el otro…? Y empiezan a chismorrear, diciendo… Y él lo deja crecer. Él lo protege. Ayuda, pero en silencio».