¿ Quién negará de este Pan el Misterio, cuando un mudo pez nos predica la fe?
El día de julio de 1348 estaba tormentoso en Alboraya, poblado de la región de Valencia (España). Numerosos relámpagos, seguidos de truenos aterradores, acentuaban el peligro del fuerte aguacero. Ahí estaba sentado junto a la ventana, el párroco, que preparaba el sermón de la misa dominical, confiado en que la inclemencia del tiempo lo libraría de interrupciones. Pero no fue así y la interrupción se convirtió en lo que luego se llamó el milagro eucarístico de “Dels Peixets”.