Oraciones de Consagración y Actos de Reparación a los Sagrados Corazones de Jesús y María

Que los Sagrados Corazones cobijen nuestras almas y sean nuestro amparo en los m omentos de tribulación y dificultad.

Oración de Consagración al Sagrado Corazón de San Juan Pablo II

Señor Jesucristo, Salvador del mundo,
te damos las gracias por todo lo que eres y todo lo que haces.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios Vivo,
te alabamos por el amor que has revelado a través de Tu Sagrado Corazón,
que fue traspasado por nosotros
y ha llegado a ser fuente de nuestra alegría,
manantial de nuestra vida eterna.

Reunidos juntos en Tu nombre,
que está por encima de todo nombre,
nos consagramos a tu Sacratísimo Corazón,
en el cual habita la plenitud de la verdad y la caridad.

Al consagrarnos a Ti, los fieles (decir el nombre de la persona o del lugar donde se está rezando)
renovamos nuestro deseo de corresponder con amor
a la rica efusión de tu misericordioso y pleno amor.

Señor Jesucristo, Rey de Amor y Príncipe de la Paz,
reina en nuestros corazones y en nuestros hogares.
Vence todos los poderes del maligno
y llévanos a participar en la victoria de tu Sagrado Corazón.

¡Que todos proclamemos y demos gloria a Ti,
al Padre y al Espíritu Santo,
único Dios que vive y reina por los siglos de los siglos!

Amén.

Acto de consagración y desagravio al Sagrado Corazón de Jesús

¡Oh Corazón de Jesús! Yo quiero consagrarme a ti con todo el fervor de mi espíritu. Sobre el ara del altar en que te inmolas por mi amor, deposito todo mi ser; mi cuerpo que respetaré como templo en que tú habitas; mi alma que cultivaré como jardín en que te recreas; mis sentidos, que guardaré como puertas de tentación; mis potencias, que abriré a las inspiraciones de tu gracia; mis pensamientos, que apartaré de las ilusiones del mundo; mis deseos, que pondré en la felicidad del Paraíso; mis virtudes que florecerán a la sombra de tu protección; mis pasiones, que se someterán al freno de tus mandamientos; y hasta mis pecados, que detestaré mientras haya odio en mi pecho, y que lloraré sin cesar mientras haya lágrimas en mis ojos.

 Mi corazón quiere desde hoy ser para siempre todo tuyo, así como tú, ¡oh Corazón divino! has querido ser siempre todo mío. Tuyo todo, tuyo siempre; no más culpas, no más tibieza. Yo te serviré por los que te ofenden; pensaré en ti por los que te olvidan; te amaré por los que te odian; y rogaré y gemiré, y me sacrificaré por los que te blasfeman sin conocerte. Tú, que penetras los corazones, y sabes la sinceridad de mi deseo, comunícame aquella gracia que hace al débil omnipotente, dame el triunfo del valor en las batallas de la tierra, y cíñeme la oliva de la paz en las mansiones de la gloria.
 Amén.

Consagración de la Familia a los Sagrados Corazones de Jesús y María

Santísimos corazones de Jesús y María,

unidos en el amor perfecto,

como nos miráis con misericordia y cariño,

consagramos nuestros corazones,

nuestras vidas,

y nuestras familias a Vosotros.

Conocemos que el ejemplo bello

de Vuestro hogar en Nazaret fue un modelo

para cada una de nuestras familias.

Esperamos obtener,

con Vuestra ayuda,

la unión y el amor fuerte y perdurable

que Os disteis.

Qué nuestro hogar sea lleno de gozo.

Qué el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia,

y el respeto mutuo

sean dados libremente a todos.

Qué nuestras oraciones

incluyan las necesidades de los otros,

no solamente las nuestras.

Y qué siempre estemos cerca de los sacramentos.

Bendecid a todos los presentes

y también a los ausentes,

tantos los difuntos como los vivientes;

qué la paz esté con nosotros,

y cuando seamos probados,

conceded la resignación cristiana

a la voluntad de Dios.

Mantened nuestras familias cerca

de Vuestros Corazones;

qué Vuestra protección

especial esté siempre con nosotros.

Sagrados Corazones de Jesús y María,

escuchad nuestra oración.

Amén.

Acto de reparación al Inmaculado Corazón de María

¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan tu Santísimo nombre y tus excelsas prerrogativas! Aquí tienes, postrado a tus pies, un indigno hijo tuyo que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con ánimo de reparar las injurias que, a modo de penetrantes flechas, dirigen contra Ti, hombres insolentes y malvados.

Deseo reparar, con este acto de amor y rendimiento que hago delante de tu amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra tu sagrado nombre, todos los agravios que se infieren a tus excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a tu maternal amor e inagotable misericordia.

Acepta, ¡Oh Corazón Inmaculado!, esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de serte fiel en adelante, de salir por tu honra cuando la vea ultrajada y de propagar tu culto y tus glorias. Concédeme, ¡oh Corazón amabilísimo!, que viva y crezca incesantemente en tu santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Amén.

¡Oh, Corazón Inmaculado de María, ¡compadécete de nosotros!
Refugio de pecadores, ruega por nosotros.
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

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