En muchas ocasiones necesitamos una oración por nuestros seres queridos. He aquí una muy antigua oración.
Padre Misericordioso, por medio de esta oración
pongo en tus benditas manos,
mi vida, mi hogar, mi familia como
también todos los seres que amo.
Tú que conoces mis batallas,
ayúdame a salir adelante,
con tu gran misericordia,
pongo a mis seres queridos,
cuídalos y no los desampares
en ningún momento.
Señor Jesús, tu viviste en una gran familia feliz,
haz de nuestra casa,
una morada de tu presencia,
un hogar cálido y dichoso,
más que nunca que no
nos falte tu bendita presencia.
Que venga la serenidad y la tranquilidad
como el control a nuestras lenguas y
la salud a nuestros cuerpos.
Asimismo, que los hijos sean amados y se alejen
de todo peligro.
Regálales un corazón bueno,
misericordioso, como también agradecido,
para que sean unos buenos hijos tuyos.
Extiende Señor Dios, un soplo de amor,
para cobijar, refrescar, calentar y también madurar
a todos los hijos de la casa.
Señor Dios que en nuestra casa
no nos falte el pan de cada día.
Aleja de nuestra casa el afán, líbranos de
las vanidades mundanas, que nos aquietan
robándonos la paz y la tranquilidad.
Espíritu Santo, Dios de amor, míranos,
en estas circunstancias
que se encuentran tan difíciles
para nuestras vidas, ten compasión de nosotros.
Confiadamente acudimos ante ti,
pues sé que eres un Dios de bondad
como manantial de amor.
Venimos ante ti, pues sabemos
que no hay nada que no lo pueda
lograr tu misericordia infinita.
Aceptamos tus insondables designios, aunque
no los comprendamos nos
abrazamos a ellos con mucho fervor
y generosidad conque Cristo,
aceptó el misterio del dolor en su vida.
Humildemente te pedimos, nos des la gracia,
de superar, cualquier situación difícil
en estos momentos, igualmente
nuestra existencia y que esta prueba,
esté lejos de separarnos de ti.
Nos hagas experimentar con mayor plenitud,
la omnipotencia, como también esta
prueba esté lejos de separarnos de ti,
Igualmente nos hagas experimentar con
mayor plenitud la omnipotencia
de su gran amor, que limpia, santifica y salva.
Padre amado, tu que enviaste
a tu amado Hijo Jesús,
tu qué eres el creador de todo
cuanto existe, te pido, oh Señor mío,
con todo nuestro corazón, además,
que sanes nuestro dolor y cures toda enfermedad
dejándonos libres de angustias,
Padre mío,
en nombre de tu Hijo amado Jesús
te pido con nuestro amor,
para que busques curación
para nuestras almas, bendícenos
y limpiamos de todo mal.
Para que seamos libres de
toda enfermedad que nos pueda aquejar,
para así poder seguir siendo fieles
a tu gratitud, en especial a tu palabra.
Por eso, ayúdanos Padre amado a serte fieles, a seguir
con el propósito que tienes para con nosotros.
Padre amado, nuestro Señor Jesucristo
que nos amas con un amor desmedido,
grande, y que también fuiste puesto,
en una cruz de madera y condenado
a la muerte más amarga,
consume todos nuestros pecados.
Y concédenos reposar en
tu bendito amor hacia nosotros.
Te lo pedimos Padre de amor.
Amén.