Los Santos Inocentes, mártires. Los niños inocentes recibieron la muerte por Cristo; ellos siguen al Cordero inmaculado, cantando: Gloria a ti, Señor.
Paraguay “Tierra de María”

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo (2, 13-18)
“LEVÁNTATE, TOMA AL NIÑO Y A SU MADRE, HUYE A EGIPTO Y PERMANECE ALLÍ HASTA QUE YO TE AVISE.”
Después que los magos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al Niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al Niño para matarle». Él se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo».
Palabra del Señor R. Gloria a ti Señor Jesús.
Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen».

Por: MCA Paraguay
MEDITACIÓN
ES UN MORIR CADA DÍA A UNO MISMO, PARA QUE LLEGUE JESÚS A VIVIR EN NOSOTROS CADA VEZ MÁS PLENAMENTE.”
“Desde el siglo IV el recuerdo festivo y luctuoso a la vez del testimonio inocente de estos pequeños niños se mantiene a pesar del tiempo. Ya la liturgia de las horas, con los escritos de san Quodvultdeus nos ilustra en el sentido de la festividad: ´¡Oh gran don de la gracia! ¿De quién son los merecimientos para que así triunfen los niños? Todavía no hablan, y ya confiesan a Cristo. Todavía no pueden entablar batalla valiéndose de sus propios miembros, y ya consiguen la palma de la victoria´”
(La Liturgia Cotidiana, 28/12/2020).

Herodes sabe a través de los “reyes magos” de que nació un nuevo “rey”. Decide matar a los niños de 0 a 2 años de vida. José, advertido en sueños, lleva al Niño y a María a Egipto. Así se cumple la profecía de Jeremías sobre el llanto de Raquel. Se puede situar en el contexto del Éxodo, cuando Israel, que emigró a Egipto, donde sufrió la esclavitud, fue rescatado por Dios y a través de la Alianza lo hace su pueblo.
Anteriormente estaba Moisés, quien es salvado para encabezar luego la liberación, lo mismo ahora Jesús, el Mesías, quien inicia al nuevo Pueblo desde la nueva Alianza con Dios. Podemos ver crueldad y violencia que llevan a la muerte de tanta gente inocente. Es una denuncia al ejercicio del poder para dominar y aplastar desde un súper egoísmo a ultranza. Pero, en definitiva, es el triunfo de Dios, pues su proyecto de salvación se va cumpliendo.
En el texto encontramos cuando el ángel se aparece a José para que lleven a Egipto al Niño, y él inmediatamente se pone en marcha. Resaltamos en este caso la humildad y obediencia de José, el Patriarca. Tan humilde se mostró en todo momento, conociendo profundamente quién era el Niño Jesús y quién era María, su Madre, sabía perfectamente lo que Dios le pide a través del ángel como misión para que custodiase las dos vidas, la de Jesús y la de María. Lo hizo con cariño, con amor, y tanto esmero. Además, la obediencia en persona, que se nos presenta como modelo para todos nosotros. ¿Qué le dice el ángel? Le dice “levántate”.
En el texto notamos que José responde inmediatamente sin titubear, sin preguntar, sin indagar, es decir, obedece la orden de Dios (pues una orden de Dios no se cuestiona, sino que se obedece), aunque no entendiera aún del todo lo que se le estaba pidiendo. Imaginemos con todas las precariedades de la época para ir hasta Egipto, seguramente era penoso afrontar aquello, cansador y muy riesgoso. Él sencillamente dice que sí y se pone en camino para cuidar con responsabilidad el encargo de Dios. Muchas veces, así como Dios, nuestros padres nos piden hacer cosas y nos cuesta obedecer adecuadamente.
Tomemos este ejemplo, pues Dios habla a través de quienes se encargan de nosotros, como nuestros papás, quienes nos aman incondicionalmente y siempre buscarán nuestro bien, aunque en ese momento no lo entendamos de esa manera.
Toda vez que nos pongamos en condiciones y disponibilidad para hacer la voluntad de Dios, todo se facilita, porque lo que venga de Dios será lo mejor del mundo que nos pueda pasar en cualquier situación. Los santos inocentes llegaron a morir en vez de Jesús, por ello los veneramos como mártires. En nuestros tiempos también hay quienes llegan a morir por la fe y el amor a y de Jesús; aunque nosotros podamos no estar llamados a derramar nuestra sangre por la fe, sin embargo, es muy heroico vivir permanentemente en la fe. Es un morir cada día a uno mismo, para que llegue Jesús a vivir en nosotros cada vez más plenamente. Llegar a decir como san Pablo: Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí (Gál 2,20).