“Ustedes tienen la mente enceguecida. Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen”
Señor, sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre, guíame y condúceme.
Sal 30, 3-4
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos (8,13-21)
“Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.”
Jesús volvió a embarcarse hacia la otra orilla del lago. Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les hacía esta recomendación: “Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan. Jesús se dio cuenta y les dijo: “¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida. Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?”. Ellos le respondieron. “Doce”. “Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?”. Ellos le respondieron: “Siete”. Entonces Jesús les dijo: “¿Todavía no comprenden?”.
Palabra del Señor R. Gloria a ti Señor Jesús.
UNA FRASE DE AMOR

SANTORAL
MEDITACIÓN
“Despójense de la vieja levadura, para que sean una masa nueva, pues ustedes son como panes sin levaduras.”
Sabemos nosotros que la levadura es la que hace fermentar la masa para la elaboración del pan. La levadura al comenzar su proceso de transformación, hace que toda la harina quede afectada y crece. Cuando habla de la levadura de los fariseos refiere a esa hipocresía, discusión estéril que no lleva al amor verdadero hacia los hermanos, a ser tan legalistas que se olvidan de la misericordia, a su doctrina calculadora y desconfiada; o la levadura de Herodes, con su afán de poder, que nos llevará a la corrupción. La levadura que Jesús plantea es el amor generoso, compasivo, solidario, sobreabundante, misericordioso, totalmente gratis, que no pide nada a cambio, incondicional, y hará que alcance a todos e inclusive sobre para tantos hermanos que también necesitan de ese amor misericordioso que nos trae el Maestro.
Encontramos en el texto que los discípulos suben a la barca, pero se olvidaron de llevar pan, aunque tenían un pequeño pedazo. Que se cuiden de la levadura de los fariseos y de la de Herodes no es fácil de entender, necesitamos remitirnos a la fiesta de pascua de la época, en donde se comían pan sin levadura. La levadura era considerada como signo y causa de corrupción, mientras que la pascua, la fiesta de la novedad, de la renuncia a lo viejo, de la búsqueda de Dios que se revela en lo nuevo. En el Nuevo Testamento profundiza este sentido de la novedad y encuentra en Jesús el ácimo fundamental, el hombre nuevo frente al viejo (cf. 1 Cor 6,6-8; 15,20-23; Rom 6,1-11). Es decir, la levadura se pone en relación con la maldad y la bondad: “Despójense de la vieja levadura, para que sean una masa nueva, pues ustedes son como panes sin levaduras, ya que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Por ello, celebremos la Pascua no con la vieja levadura, la de la maldad y la corrupción, sino con los panes sin levadura de la sinceridad y la verdad” (1 Cor 5,7-8). En la literatura judeo-helenista la metáfora de la levadura se refería no a cualquier corrupción moral, sino específicamente al orgullo, a la soberbia, a la hipocresía: “¡Cuídense de la levadura de los fariseos, que es su hipocresía!” (Lc 12,1). Los fariseos enseñaban a cuidar mucho los más mínimos detalles de la Ley y descuidaban lo esencial (cf. Mt 16,12). La levadura de Herodes, escandalizaba con su vida sensual. Por eso, también refiere a purificarnos de la vieja levadura del pecado para celebrar mejor la Eucaristía. Nos sugiere entonces, que Jesús está poniendo en guardia a sus discípulos ante el orgullo y la soberbia de los fariseos, quienes pensaban más bien en un mesías triunfalista meramente terrenal, un gran jefe que con prodigios impresionantes y grandiosos sometía al mundo al nuevo superpoder de Israel. Va en contra de lo que Jesús está enseñando, pues Él no se refiere al poder de dominio por encima de los demás ni de sometimiento, sino al servicio a las personas que necesiten.
Jesús, por tanto, plantea que eso del servicio con humildad a quienes necesiten es la Buena Noticia con la presencia del Mesías quien proclama el Reino de Dios. Les habla que en los servicios prodigiosos de la multiplicación de los panes y peces, se recogieron sobras, por tanto, siempre habrá abundancia donde esté Cristo vivo, obrando en el corazón de la gente, que llega a creer en Él, a adherirse a su proyecto y convertirse en su discípulo misionero. Les enseña que el compartir el pan les enriquece y no empobrece a nadie, mostrándoles que nos falta compartir todo el amor y no competir entre nosotros. Para nosotros también es importante estudiar, profundizar, meditar, contemplar mejor la Palabra de Dios, para entender el significado que trae detrás de cada mensaje. Es lo que hace Jesús saliendo al paso porque ellos entendieron sólo en relación al pan material, y Él les explica que ya fueron partícipes de dos prodigios con la multiplicación de los panes, y que, por tanto, no deben preocuparse por las cosas materiales teniendo a Dios Providente, quien nos da esperanza; no deben ser como los fariseos que no creían en su divinidad, sino que crean que Él es el Mesías y los milagros que hace en nuestra vida. No temamos preguntarle al Señor y predispongámonos a acoger lo que nos quiere comunicar para nuestro bien y el del mundo entero.
GOTAS DE AMOR

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