Sólo en Dios hallaréis la verdadera felicidad
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ORACIÓN INICIAL
Señor, concédenos la disposición de desapegarnos de todo aquello que nos aleja de ti. Regálanos tu Santo Espíritu para que con docilidad e infinita confianza en tu bondad y misericordia, podamos imitar a María Santísima. Que ella nos alcance la gracia de encontrar a Jesús en el silencio de nuestro corazón.
Lectura del libro del Deuteronomio (26,16-19):
MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
Palabra de Dios
«Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos. Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has elegido al Señor para que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos, observes sus mandatos, preceptos y decretos, y escuches su voz. Y el Señor te ha elegido para que seas su propio pueblo, como te prometió, y observes todos sus preceptos.
Él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho, y serás el pueblo santo del Señor, tu Dios, como prometió».
Para meditar mientras hacemos nuestro camino de Fe
Originalmente de: https://haciadios.com/
En nuestra vida, es común que nos demos cuenta que al guardar cierta distancia de un problema, al alejarnos y separar nuestras emociones, podemos ser más objetivos y certeros en encontrar una solución.
Lo mismo sucede en el desierto. El desierto es un lugar donde entramos para salir. No es un sitio en el que se pretende que permanezcamos. Dios nos conduce al desierto para retirarnos de nuestras distracciones, pasiones o egoísmo, para que purifiquemos nuestro corazón y salgamos de él renovados, convertidos y animados a seguir caminando.
En el silencio de este periodo, la voluntad de Dios en nuestras vidas poco a poco se irá aclarando. Nuestra debilidad e incapacidad quedará manifiesta, de forma que sólo podremos continuar si confiamos en Dios, en su fuerza y en su promesa. Nuestras palabras vacías, excusas y pretextos quedarán atrás, abriendo paso a la Palabra y su amor, que debo proclamar a todo aquel que me encuentre.
No tengamos miedo al silencio y la soledad del desierto, en realidad éste representa una oportunidad, una gracia de Dios, para nuestro crecimiento espiritual a través del aumento en la confianza, la renovación de nuestra fidelidad y la práctica del abandono.
Sólo en Dios hallaréis la verdadera felicidad
Adaptación Del Libro de Oro (Agustín del Divino Corazón)
Toda la reflexión Completa Aquí:
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