“Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió.”

Día penitencial (ayuno y abstinencia)
Señor, sálvame por tu nombre y líbrame con tu poder. Señor, escucha mi plegaria, presta oídos a las palabras de mi boca. Sal 53, 3-4

EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN san Juan (7,1-2.10.14.25-30)
“Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen”
Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Chozas. Cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver. Promediaba ya la celebración de la fiesta, cuando Jesús subió al Templo y comenzó a enseñar. Algunos de Jerusalén decían: “¿No es este Aquel a quien querían matar? ¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es”. Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: “¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió”. Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti Señor Jesús
MEDITACIÓN
“El gran responsable de lo que enseñaba era el mismo Padre, quien lo envió para comunicar todo eso a los seres humanos”
Los judíos estaban buscando a Jesús para matarlo. Encontramos que en Galilea había fracasado; también sus discípulos lo abandonaron porque presentó el discurso sobre el pan de vida (cf. Jn 6,61-70); y en el pórtico de su traslado definitivo a Judea, de donde ya no saldrá, están quienes lo buscan para matarlo. En el evangelio según san Juan permanentemente vamos a encontrar la amenaza de muerte contra Jesús. Es difícil entender si por qué no pudieron lograr los enemigos eliminar a Jesús todas las veces que quisieron. Jesús es una realidad muy compleja de la que es muy difícil prescindir cuando a algunas personas se les antoja. Siempre quisieron y quieren eliminar a Jesús. Muchas personas que lo escuchaban quedaban fascinadas y algunas escandalizadas. Y esto hasta nuestros días.
Hasta los guardias, o policías, del templo se sintieron impotentes para retenerlo, incluso teniendo encima las órdenes de sus superiores para actuar. Decían que nadie habló jamás como habla este hombre. La exasperación y el respeto son como el armazón de las controversias sobre Jesús. Él va a la fiesta de los Tabernáculos, era una fiesta judía de mayor concurrencia que celebraba el final de la cosecha y preparaba la próxima sementera. Es llamativo, pues las solemnidades en el templo se prolongaban por ocho días. El texto nos dice que Jesús fue de incógnito, pero es imposible que pase de incógnito. Donde vaya siempre llamará la atención.
La controversia principal está en el Mesías y sus orígenes. Popularmente se creía que el Mesías era un gran misterio y su origen totalmente desconocido, quien aparecería desde un lugar secreto del mundo en el momento oportuno para llevar a cabo su obra. Y ellos sabían de la patria y el origen de Jesús, que contradecían esa creencia que estaba muy impregnada en la gente sobre el Mesías; y como tenían esos conocimientos sobre Jesús, por tanto, que fuera y quisieran que fuese el Mesías, caía por tierra. Entonces, corrían esos comentarios en aquellos días en Jerusalén, llevando a la gente a mirar con recelo dicha realidad. En ese contexto, Jesús se ve obligado a intervenir, contradiciendo lo que se estaba expresando en ese momento por la gente. Les explica que conocer sobre su patria y origen de donde Él procedía pasa a ser totalmente secundario, pues no es lo esencial, lo más importante de la verdadera cuestión. Pasa que Jesús nunca se había presentado como alguien famoso que procedía de alguna ciudad. Jesús se presenta como el enviado de Dios, y así es el representante de Quien lo envía. Es la verdadera cuestión de nuestra narración, la que Jesús está planteando, diciéndoles que su origen es oculto, nadie lo conoce; no lo conocen porque los judíos sobre la verdad de las afirmaciones de Jesús, de ahí que, la conclusión sería que no quieren escuchar el testimonio de Dios porque están cerrados a la fe, encerrándose en su orgullo. En este sentido será importante para nosotros dar testimonio a favor de Jesús, pero no porque Él necesite de nuestro testimonio, sino porque nosotros necesitamos vivir dentro del ámbito de la vida para alcanzar la salvación que ya está dada, pero que es necesario antes decirle sí con gestos y palabras.
Lo que Jesús dijo de los judíos que nunca escucharon la voz del Padre es muy triste y fuerte, además les dice que “su Palabra no habita en ustedes” (Jn 5,37), justamente porque se cerraron a que la Gracia obre en sus corazones. Jesús vino para que tengamos vida y vida en abundancia (cf. Jn 10,10), que sólo se logra tenerla cuando la Vida de Dios plenifica nuestra vida, es decir, esa vida eterna ya comienza “en nuestro aquí y ahora” en la medida en que vivamos en Gracia de Dios, obedientes a su Voluntad. Ojalá que ayudemos a que esa vida de Dios se comunique a las almas, seamos ese instrumento del que Dios se valga para llegar al corazón de las personas.
Nuestra vida cristiana debe dar testimonio claro de Jesús. Imaginémonos que la razón por la que vino Juan el Bautista al mundo fue dar testimonio de Jesús, nuestra razón debe ser dar ese testimonio haciendo que el Espíritu Santo, el Espíritu de Jesús llegue a los corazones del mundo entero. Seamos los portadores de Jesús, mejor aún, seamos Cristo mismo en medio de las tinieblas de la incertidumbre y adversidades. Llevemos la vida de Cristo, iluminando cualquier situación que se nos presente en la historia, misionando con amor siempre y con todos.

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