“Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: “Alégrense”.

He resucitado, y estoy de nuevo contigo, aleluya.
Pusiste tu mano sobre mí, aleluya: ¡Qué admirable es tu sabiduría! aleluya, aleluya.
Sal 138, 18. 5-6

EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN san Mateo (28,5-15)
“No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán.”
Las mujeres, que habían ido al sepulcro, después de oír el anuncio del ángel, se alejaron rápidamente de allí, atemorizadas pero llenas de alegría, y fueron a dar la noticia a los discípulos. De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: “Alégrense”. Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: “No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán”. Mientras ellas se alejaban, algunos guardias fueron a la ciudad para contar a los sumos sacerdotes todo lo que había sucedido. Estos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero, con esta consigna: “Digan así: ‘Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo, mientras dormíamos’. Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos encargaremos de apaciguarlo y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo”. Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna. Esta versión se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti Señor Jesús
MEDITACIÓN
“la venida final de Jesucristo con poder y gloria es una consecuencia de su condición de resucitado”
Estamos dentro de la octava de Pascua, que durante este tiempo celebramos el mismo día de la Pascua. Es imposible asimilar todo el misterio con tantos signos y símbolos en estos días. El Evangelio nos está presentando el pasaje de las mujeres que fueron al sepulcro de Jesús y lo encuentran vacío, pero ven ahí a un ángel, quien les anuncia que Jesús ha resucitado. Mientras corren para comunicar la noticia a los discípulos, el mismo Jesús sale a su encuentro y les dice: “Avisen a mis hermanos que vayan a Galilea: allí me verán”. Sabemos que Galilea es la periferia donde Jesús comenzó a predicar, y normalmente pasan por ahí muchos paganos. Es notable que desde ahí, iniciará de nuevo el Evangelio de la Resurrección, para ser anunciado a todos hasta el confín de la tierra.
Del sepulcro vacío parten dos embajadas, la de las mujeres, convertidas en mensajeras de la Resurrección, y la de los guardianes del sepulcro, que se dirigen a los sumos sacerdotes para comunicarles lo ocurrido. Hay un hecho cierto que nadie se atreve a negar: el sepulcro vacío. Lo afirman las mujeres mensajeras, lo declaran los guardianes del sepulcro; no lo pueden negar los sumos sacerdotes. Aunque, este hecho, admitido por todos, tiene diversas posibilidades de explicación, es decir, del sepulcro vacío no se deduce con evidencia, como tantas veces se ha afirmado, la resurrección de quien había sido colocado con él. Las dos posibilidades que surgen es que Jesús ha resucitado o que el cadáver has sido robado. Debemos preguntarnos si ¿es evidente el argumento dado por los sumos sacerdotes?, claramente se nota que no. Las mensajeras, las mujeres son más creíbles, los argumentos son más sólidos para adherirse a creer en lo que dicen.
La resurrección de Jesús no es un hecho controlable, sino un hecho sobrenatural admisible desde la fe. Cuando el corazón se cierra a la fe, entonces el hecho de la resurrección pasa al ámbito de la leyenda para muchos, ya ni siquiera a entrar a profundizar los argumentos.Las mujeres son anunciadoras o mensajeras de la resurrección, comunicando la noticia a los discípulos (a diferencia de Marcos, donde se nos dice que, por el gran temor, no dijeron nada a nadie). Hay también en Mateo como un miedo ante lo sobrenatural, de ahí que junto al miedo también hay alegría. Tanto el miedo, como la alegría, son factores comunes a todas las apariciones del resucitado. Jesús se aparece a las mujeres, y éstas caen de rodillas ante el Señor, en actitud de adoración y reciben de Él la misión de transmitir la noticia a sus discípulos. Jesús les llama “sus hermanos”, como en otras ocasiones (cf. 12,49; 25,40). Tal vez es utilizado aquí el salmo 22: “Anunciaré tu nombre a mis hermanos, te alabaré en plena asamblea” (v. 23). Les ordena que vayan a Galilea. Es ahí donde tendrán las apariciones más importantes.
La Resurrección del Señor es el acontecimiento central y la meta adonde se dirigen todos los eventos sucedidos, es el núcleo y punto culminante de la historia que le otorga su sentido último y definitivo. Es más, la venida final de Jesucristo con poder y gloria es una consecuencia de su condición de resucitado. Un detalle es que además del mensajero que pide a las mujeres llevar el anuncio a los discípulos, el mismo Jesús sale a su encuentro y les reitera el mensaje para que sus discípulos vayan a Galilea (cf. Mt 28,9-10), lugar donde les había llamado para seguirle (cf. Mt 4,18-22).
Les recuerda su primer amor, donde comenzaron a dejarlo todo para emprender una nueva vida, pero surgió la condena de Jesús y se alejaron de la misión, por ende, Jesús le sale al encuentro para que recuerden esa experiencia y les hace un segundo llamado, Él ya resucitado, y con la certeza en mano de lo que les había anunciado, todo se va cumpliendo. La Galilea también representa el lugar por donde pasan muchos paganos, desde ahí reiniciarán la misión hasta llegar al confín de la tierra (cf. Mt 28,19).
El modo hostil de proceder de los adversarios, aunque el trasfondo sea oscuro, sale la luz y la esperanza a jugar un papel preponderante a favor de la verdad. El dinero ofrecido como soborno a los guardias (cf. Mt 27,62-66), a semejanza del que le había dado a Judas (cf. Mt 26,14-16), lleva la infamia al colmo. Como la mentira de que se robó el cuerpo caló hondo, muy fuertemente Mateo presenta que Jesús Vivo, es quien convoca y envía a los suyos.

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