Encontrarás las oraciones de nuestros Grupos de Whatsapp: Fiat, Amando a la Santísima Virgen, Conociendo a San José, Adoradores Eucarísticos, Por las Benditas Almas del Purgatorio, Aumentando Nuestra Fe, Oración por los Sacerdotes, Meditando con los Santos, Devocionario, Actos de Reparación, Sanación y Liberación

FIAT
Súplica
Dios te Salve, Reina de Cielos y tierra, queridísima Madre de los pecadores!
Llenos nuestros corazones de absoluta confianza, acudimos a tu maternal afecto. Somos pecadores y no merecemos tu protección. Pero al contemplarte en la Medalla Milagrosa con los brazos abiertos, invitándonos a acercarnos a Ti y con las manos derramando a torrentes tus bendiciones, animosos acudimos a tus pies, para exponerte durante esta novena nuestras urgentes necesidades.(Pídase privadamente la gracia que se desea, o dése gracias por el favor recibido)
¡Oh María! Tú eres después de Dios, nuestra única esperanza.
Escucha benigna la confiada oración, que en la presente necesidad, elevamos a tu misericordia, si es para gloria de Dios y bien de nuestras almas.
Al mismo tiempo, deseando ser verdaderos cristianos, y por ello, merecedores de las miradas de Dios y de tu protección, te suplicamos humildemente, tierna Madre nuestra llenes nuestra alma del espíritu de oración, de humildad y de mortificación de nuestras pasiones. Obtennos fidelidad en el cumplimiento de nuestros deberes religiosos y constancia en el bien hasta la muerte.
Ruega por nosotros. ¡ Oh María ! y haznos participantes de los tesoros divinos de que fuiste colmada en tu Purísima Concepción. Así Sea.
AMANDO A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
ORACIÓN A LA REINA DE LOS ANGELES
¡Oh Augusta Reina de los Cielos y Señora de los Ángeles! Pues has recibido de Dios el
poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, le suplicamos humildemente, envíanos las legiones angélicas, para que bajo tu mando, persigan a los demonios, combatan contra ellos en todas partes, repriman su audacia y los sepulten en el infierno.Santos ángeles y arcángeles; defiéndenos, guárdanos- ¡Oh buena y tierna Madre! Tú eres
siempre nuestro amor y nuestra esperanza. ¡Oh divina Madre! envía los santos ángeles para
defenderme y para rechazar lejos el demonio, mi cruel enemigo.San Miguel Arcángel, ruega por nosotros
San Gabriel Arcángel, ruega por nosotros.
San Rafael Arcángel, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rueguen por nosotros,
Coros Angélicos, rueguen por nosotros.Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
CONOCIENDO A SAN JOSÉ
CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
ANTE LAS TRIBULACIONES
¡Oíd, querido San José, una palabra mía !… Yo me veo abrumada de aflicciones y cruces, y a menudo lloro… Despedazada bajo el peso de estas cruces, me siento desfallecer, ni tengo fuerzas para levantarme y deseo que mi Bien me llame pronto. En la tranquilidad, empero, entiendo que no es cosa difícil el morir… pero si el bien vivir. ¿A quién, pues, acudiré sino a Vos, que sois tan bueno y querido, para recibir luz… consuelo… y ayuda? A Vos, pues, consagro toda mi vida, y en vuestras manos pongo las congojas, las cruces, los intereses de mi alma… de mi familia… de los pecadores… para que, después de una vida tan trabajosa, podamos ir a gozar para siempre con Vos de la bienaventuranza del Paraíso. Amén.
Jaculatoria. San José, Protector de atribulados y de los moribundos, rogad nosotros.
ADORADORES EUCARÍSTICOS
ACTOS DE CARIDAD
R: ¡JESÚS MÍO, YO TE AMO!
Te amo, Jesús mío, y te amo con todo mi corazón y como a nadie. R.
Porque Tú me amas infinitamente. R.
Porque Tú me has amado desde la eternidad. R.
Porque Tú has muerto para salvarme. R.
Porque Tú me amas tanto que no podrías amarme más. R.
Porque me haces participante de tu Divinidad y quieres que lo sea también de tu Gloria. R.
Porque te entregas del todo a mí en la Comunión. R.
Porque me das en manjar tu Cuerpo y en bebida tu Sangre. R.
Porque estás siempre por amor a mí en la Santa Eucaristía. R.
Porque me recibes siempre y nunca me rechazas. R.
Porque eres mi mejor Amigo. R.
Porque me colmas de tus dones. R.
Porque me tratas siempre con misericordia a pesar de mis pecados e ingratitudes. R.
Porque me has enseñado que Dios es mi Padre y que me amas mucho. R.
Porque me has dado por Madre a tu propia Madre. R.
Dulce Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más. R.
Dulce Corazón de Jesús, sé mi Amor. R.
Te amo por los que no te aman; R.
Te amo por los que nunca piensan en Tí; R.
Te amo por los que no te visitan; R.
Te amo por los que te ofenden e injurian. R.
¡Qué pena por todo esto! R.Te amo y te digo con aquél tu siervo: “¡Oh, Jesús, yo
(San Juan Eudes.)
me entrego a Tí para unirme al amor eterno, inmenso
e infinito que tienes a tu Padre Celestial! ¡Oh, Padre
Adorable! Te ofrezco todo el amor eterno, inmenso e
infinito de tu amado Hijo Jesús”.
POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO
ORACIÓN A LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO:
“Esposas muy queridas del Señor,
que encerradas en la cárcel del purgatorio sufrís indecibles penas,
careciendo de la presencia de Dios hasta que los purifiquéis,
como el oro en el crisol, de las reliquias que os dejaron las culpas.
Con cuanta razón, desde aquellas voraces llamas,
clamáis a vuestros amigos pidiendo misericordia.
Yo me compadezco de vuestro dolor y quisiera tener caudal suficiente
para satisfacer por vosotras a la Justicia Divina.
Pero siendo más pobre que vosotras mismas,
apelo a la piedad de los justos,
a los ruegos de los bienaventurados,
al tesoro inagotable de la Iglesia,
a la intercesión de María Santísima
y al precio infinito de la Sangre de Jesucristo.
Concédeles Señor, a esas pobres almas, el deseado consuelo y descanso,
pero confío también, almas agradecidas,
que tendré en vosotras poderosas medianeras
que me alcancen del Señor gracia con que deteste mis culpas,
adelante en virtud, sojuzgue mis pasiones
y llegue a la eterna bienaventuranza por toda la eternidad.
Amén”.
AUMENTANDO NUESTRA FE
Que mi fe no se hunda nunca en la rutina
«Señor, yo antes quería que me ayudaras a luchar contra mi naturaleza escéptica. Ahora, quiero otra cosa: conservar este escepticismo. No quiero una fe fácil y simplista. Haz que mi fe sea audaz, impetuosa, plenamente asumida, pero también haz que logre entender a aquellos que dudan. Quiero, a toda costa, mantenerme cerca de aquellos que viven al margen de la Iglesia, de aquellos que no entienden de ninguna forma, de aquellos que no pertenecen al círculo de los “habituales”, de aquellos que dudan, buscan, de los excéntricos, de los que no encajan en la sociedad. Líbrame, Señor, de una Iglesia-club, de una iglesia de “acostumbrados”, que cómodamente están acomodados en sus certezas de rutina».
(Hermana Theresa Alethiea Noble)
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
Oración por los Sacerdotes
Autor: Santa Teresita del Niño Jesús
Oh Jesús!
Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes,
por tus sacerdotes tibios e infieles,
por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones,
por tus sacerdotes que sufren tentación,
por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación,
por tus jóvenes sacerdotes,
por tus sacerdotes ancianos,
por tus sacerdotes enfermos,
por tus sacerdotes agonizantes
por los que padecen en el purgatorio.
Pero sobre todo, te encomiendo a los sacerdotes que me son más
queridos,
al sacerdote que me bautizó,
al que me absolvió de mis pecados,
a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido y que me dieron tu Cuerpo
y Sangre en la Sagrada Comunión,
a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y
aconsejaron,
a todos los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud,
especialmente a…
¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón y concédeles
abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad!
Amén
MEDITANDO CON LOS SANTOS
Del Tratado de san Ireneo, obispo, Contra las herejías
Si no fuese verdad que nuestra carne es salvada, tampoco lo sería que el Señor nos redimió con su sangre, ni que el cáliz eucarístico es comunión de su sangre y el pan que partimos es comunión de su cuerpo. La sangre, en efecto, procede de las venas y de la carne y de todo lo demás que pertenece a la condición real del hombre, condición que el Verbo de Dios asumió en toda su realidad para redimirnos con su sangre, como afirma el Apóstol: Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Y, porque somos sus miembros, nos sirven de alimento los bienes de la creación; pero él, que es quien nos da estos bienes creados, haciendo salir el sol y haciendo llover según le place, afirmó que aquel cáliz, fruto de la creación, era su sangre, con la cual da nuevo vigor a nuestra sangre, y aseveró que aquel pan, fruto también de la creación, era su cuerpo, con el cual da vigor a nuestro cuerpo.
Por tanto, si el cáliz y el pan, cuando sobre ellos se pronuncian las palabras sacramentales, se convierten en la sangre y el cuerpo eucarísticos del Señor, con los cuales nuestra parte corporal recibe un nuevo incremento y consistencia, ¿cómo podrá negarse que la carne es capaz de recibir el don de Dios, que es la vida eterna, si es alimentada con la sangre y el cuerpo de Cristo, del cual es miembro?
Cuando el Apóstol dice en su carta a los Efesios: Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos, no se refiere a alguna clase de hombre espiritual e invisible -ya que un espíritu no tiene carne ni huesos-, sino al hombre tal cual es en su realidad concreta, que consta de carne, nervios y huesos, que es alimentado con el cáliz de la sangre de Cristo, y que recibe vigor de aquel pan que es el cuerpo de Cristo.
Y del mismo modo que la rama de la vid plantada en tierra da fruto a su tiempo, y el grano de trigo caído en tierra y disuelto sale después multiplicado por el Espíritu de Dios que todo lo abarca y lo mantiene unido, y luego el hombre, con su habilidad, los transforma para su uso, y al recibir las palabras consecratorias se convierten en el alimento eucarístico del cuerpo y sangre de Cristo; del mismo modo nuestros cuerpos, alimentados con la eucaristía, después de ser sepultados y disueltos bajo tierra, resucitarán a su tiempo, por la resurrección que les otorgará aquel que es el Verbo de Dios, para gloria de Dios Padre, que rodea de inmortalidad a este cuerpo mortal y da gratuitamente la incorrupción a este cuerpo corruptible, ya que la fuerza de Dios se muestra perfecta en la debilidad.
san Ireneo, obispo
DEVOCIONARIO
Himno de Pascua
Oh Rey perpetuo de los elegidos,
oh Creador que todo lo creaste,
oh Dios en quien el Hijo sempiterno
es desde antes del tiempo igual al Padre.Oh tú que, sobre el mundo que nacía,
imprimiste en Adán tu eterna imagen,
confundiendo en su ser el nobre espíritu
y el miserable todo de la carne.Oh tú que ayer naciste de la Virgen,
y hoy del fondo de la tumba naces;
oh tú que, resurgiendo de los muertos,
de entre los muertos resurgir nos haces.Oh Jesucristo, libra de la muerte
a cuantos hoy reviven y renacen,
para que seas el perene gozo
pascual de nuestras mentes inmortales.Gloria al Padre celeste y gloria al Hijo,
que de la muerte resurgió triunfante,
y gloria con entrambos al divino
Paracleto, por siglos incesantes. Amén.
ACTOS DE REPARACIÓN
Oración de reparación a Jesús sacramentado
Las plegarias al Jesús Sacramentado son orientadas a dar gracias a Jesucristo Crucificado y aceptado en la comunión, en esta oración, ofrecemos reparación por pecados contra este sacramento y en general, por toda ofensa echa. Después de invocación decimos: ¡Ten piedad de nosotros!
“Señor perdona todos los sacrilegios eucarísticos.
Amén.
Señor perdona todas las santas comuniones indignamente recibidas.
Señor perdona todas las profanaciones al santísimo sacramento del altar.
Señor perdona todas las irreverencias en la Iglesia.
Señor perdona todas las profanaciones,
desprecios y abandono de los sagrarios.
Señor perdona todos los que han abandonado la iglesia.
Señor perdona todo desprecio de los objetos sagrados.
Señor perdona todos los que pasaron a las filas de tus enemigos
Señor perdona todos los pecados del ateísmo
Señor perdona todos los insultos a tu santo nombre.
Señor perdona toda la frialdad e indiferencia contra tu amor de redentor
Señor perdona todas las irreverencias y calumnias contra el Santo Padre
Señor perdona todo desprecio de los obispos y sacerdotes.
Señor perdona todo desprecio hacia la santidad de la familia.
Señor perdona todo desprecio a la vida humana”
SANACIÓN Y LIBERACIÓN
Oración para enfrentar la enfermedad
Jesucristo, tú atravesaste pueblos y villas «curando todo mal», por tu mandato los enfermos fueron curados. Te llamamos hoy, llénanos con todo tu amor curativo y cura a todos los que padecen virus y enfermedades para que puedan recuperar sus fuerzas y sanar mediante el esfuerzo de los médicos.
Te pedimos que sanes nuestros temores, que evitan que las naciones trabajen unidad y que los vecinos se ayuden mutuamente. Cúranos de nuestro orgullo, el cual nos hace asumir invulnerabilidad ante todas esas enfermedades que avanzan sin control.
Jesucristo, sanador de todo, guíanos en estos tiempos de incertidumbre y pena, y acoge a todos aquellos enfermos que desgraciadamente han muerto; que estén descansando a tu lado en tu paz eterna.
Acompaña a las familias de los enfermos o fallecidos en medio de sus preocupaciones y penas, líbrales de más enfermedad y desesperación, permíteles sentir tu paz.
Acompaña a los doctores, enfermeras, investigadores y todos los profesionales médicos que luchan en la búsqueda de sanar y ayudar a los afectados, corriendo riesgos en el proceso; permíteles sentir tu protección y paz.
Acompaña a los líderes de todas las naciones, ilumínalos para que actúen con amor, y vean el verdadero interés en el bienestar de la gente que deben de servir. Dales la sabiduría para poder encontrar soluciones de largo plazo que ayuden en la preparación o prevención de futuras enfermedades.
Permítenos conocer tu paz en esta tierra, ya estemos en nuestras casas o en el extranjero, rodeados de muchos o de unos pocos que no tienen salud, Jesucristo; acompáñanos mientras soportamos y lamentamos, mientras persistimos y nos preparamos. Cambia nuestra ansiedad por tu paz. Amén.