Encuentra una oración para tu Devoción preferida: Amando a la Santísima Virgen, Conociendo a San José, Adoradores Eucarísticos, Por las Benditas Almas del Purgatorio, Aumenta tu Fe, Orando por los Sacerdotes, Meditando con los Santos, Devocionario, Actos de Reparación, Oraciiones de Sanación y Liberación

FIAT / AMANDO A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Oración a Jesús
San Luis María Grignion de Montfort
Dejadme, amabilísimo Jesús mío, que me dirija a Vos, para atestiguaros mi reconocimiento por la merced que me habéis hecho con la devoción de la esclavitud, dándome a vuestra Santísima Madre para que sea Ella mi abogada delante de vuestra Majestad, y en mi grandísima miseria mi universal suplemento. ¡Ay, Señor! tan miserable soy, que sin esta buena Madre, infaliblemente me hubiera perdido.
Sí, que a mí me hace falta María, delante de Vos y en todas partes; me hace falta para calmar vuestra justa cólera, pues tanto os he ofendido y todos los días os ofendo; me hace falta para detener los eternos y merecidos castigos con que vuestra justicia me amenaza, para miraros, para hablaros, para pediros, para acercarme a Vos y para daros gusto; me hace falta para salvar mi alma y la de otros; me hace falta, en una palabra, para hacer siempre vuestra voluntad, buscar en todo vuestra mayor gloria.
¡Ah, si pudiera yo publicar por todo el universo esta misericordia que habéis tenido conmigo! ¡Si pudiera hacer que conociera todo el mundo que si no fuera por María estaría yo condenado! ¡Si yo pudiera dignamente daros las gracias por tan grande beneficio! María está en mí. Haec facta est mihi. ¡Oh, qué tesoro! ¡Oh, qué consuelo! Y, de ahora en adelante, ¿no seré todo para Ella? ¡Oh, qué ingratitud! Antes la muerte. Salvador mío queridísimo, no permitáis tal desgracia, que mejor quiero morir que vivir sin ser todo de María.
Mil y mil veces, con San Juan al pie de la Cruz, la he tomado en vez de todas mis cosas. ¡Cuántas veces me he entregado a Ella! Pero si todavía no he hecho esta entrega a vuestro gusto, la hago ahora, mi Jesús querido, como Vos queréis la haga. Y si en mi alma o en mi cuerpo veis alguna cosa que no pertenezca a tu Bienaventurada Madre, arrancadla, os ruego, arrojadla lejos de mí; que no siendo de María, indigna es de Vos.
¡Oh, Espíritu Santo! Concededme todas las gracias, plantad, regad y cultivad en mi alma el Árbol de la Vida verdadero, que es la amabilísima María, para que crezca y florezca y dé con abundancia el fruto de vida.
¡Oh, Espíritu Santo! Dadme mucha devoción a María, vuestra Inmaculada Esposa; que me apoye mucho en su seno maternal y recurra de continuo a su misericordia, para que en Ella forméis dentro de mí a Jesucristo, al natural, grande y poderoso, hasta la plenitud de su edad perfecta. Amén.
CONOCIENDO A SAN JOSÉ
Oh benignísimo Jesús así como consolaste a tu padre amado en las perplejidades e incertidumbres que tuvo, dudando si abandonar a tu Santísima Madre su esposa, así te suplicamos humildemente por intercesión de San José nos concedas mucha prudencia y acierto en todos los casos dudosos y angustias de nuestra vida, para que siempre acertemos con tu santísima voluntad.
Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado en la pobreza y desamparo de Belén, con tu nacimiento, y con los cánticos de los Ángeles y visitas de los pastores, así también te suplicamos humildemente por intercesión de San José, que nos concedas llevar con paciencia nuestra pobreza y desamparo en esta vida, y que alegres nuestro espíritu con tu presencia y tu gracia, y la esperanza de la gloria.
ADORADORES EUCARÍSTICOS
Oración Para Obtener La Gracia De Todas Las Misas En El Mundo
Padre Eterno, humildemente Os ofrecemos nuestra pobre presencia, y la de toda la Humanidad, desde el principio hasta el fin del mundo. Deseamos asistir a TODAS las Misas que ya se han celebrado en el mundo, y a todas las que se celebrarán el el futuro. Os ofrecemos todas las penas, los sufrimientos, oraciones, alegrías y horas de reposo en nuestra vida. Ofrecemos todo en unión con estas mismas acciones de nuestro dulce Jesús, durante su estancia aquí en la tierra. Esperamos que toda la preciosísima Sangre de Cristo, todas Sus Llagas, y toda Su agonía nos salven. Os ofrecemos esta petición por medio del Doloroso e Inmaculado Corazón de María. Amén.
POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO
Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres, imploramos tu clemencia para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos, concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores, que han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad.
Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio; vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado una oración en favor de las almas benditas que sufren en el lugar de expiación. Dígnate escucharla, clementísima Señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo. Amén.
María, Reina del Purgatorio, te ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia.
Dios te salve María…
Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.María, Reina del Purgatorio: te ruego por las almas más abandonadas y olvidadas y a las cuales nadie recuerda; tú, Madre, que te acuerdas de ellas, aplícales los méritos de la Pasión de Jesús, tus méritos y los de los santos, y alcancen así el eterno descanso.
Dios te salve María…Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.María, Reina del Purgatorio: te ruego por aquellas almas que han de salir más pronto de aquel lugar de sufrimientos, para que cuanto antes vayan a cantar en tu compañía las eternas misericordias del Señor.
Dios te salve María…Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.María, Reina del Purgatorio: te ruego de una manera especial por aquellas almas que han de estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la divina Justicia. Ten compasión de ellas, ya que no pueden merecer sino sólo padecer; abrevia sus penas y derrama sobre estas almas el bálsamo de tu consuelo.
Dios te salve María…Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.María, Reina del Purgatorio: te ruego de modo especial por aquellas almas que más padecen. Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no podemos imaginarlas siquiera. Intercede Madre nuestra por ellas, y Dios escuchará tu oración.
Dios te salve María…Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.Virgen Santísima, te pido que, así como me acuerdo de las benditas ánimas del Purgatorio, se acuerden de mí los demás, si he de ir allá a satisfacer por mis pecados. En ti, Madre mía, pongo toda mi confianza de hijo, y sé que no he de quedar defraudado.
Amén
AUMENTANDO NUESTRA FE
ORACIONES A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Yo te prometo, en el exceso de la misericordia de mi corazón, que mi amor omnipotente concederá a todos los que comulguen los primeros viernes de mes, durante nueve meses consecutivos, la gracia de la penitencia final, y que no morirán en mi desgracia, ni sin recibir los Santos Sacramentos, asegurándoles mi asistencia en la hora postrera.
¡Oh buen Jesús, que prometisteis asistir en vida, y especialmente en la hora de la muerte, a quien invoque con confianza vuestro Divino Corazón! Os ofrezco la comunión del presente día, a fin de obtener por intercesión de María Santísima, vuestra Madre, la gracia de poder hacer este año los nueve primeros viernes que deben ayudarme a merecer el cielo y alcanzar una santa muerte. Amén.
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
Guardadlos, Os pido, amado Señor.
Protegedlos, Jesús, con Divino Amor.
Cada día se ofrecen a Vos sin cesar.
Consumiendo la vida ante Vuestro altar.
Guardadlos del mundo, Señor, donde están.
Pues, aun separados, los persigue satán.
Si placeres mundanos les llegase a tentar,
Corazón de Jesús, favor de abrigar.
Confortadlos, Dios mío, en pena y dolor.
Disipad de sus almas angustia y pavor.
En el desaliento y la soledad,
acercaos, Jesús, y socorro prestad.
Guardad, proteged, defendedlos, Señor,
cuando solos y tristes se encuentren.
También son humanos con ánimo frágil.
A veces se abruman, sintiéndose débiles.
Guardadlos sin mancha cual Hostia sin par,
que acarician diario en el Santo Altar.
Ahora, dignaos, Señor, bendecir
sus obras, palabras, y todo sentir.
MEDITANDO CON LOS SANTOS
San León Magno, papa
Sermón 1, sobre la Ascensión del Señor
Aquellos días, queridos hermanos, que transcurrieron entre la resurrección del Señor y su ascensión no se perdieron ociosamente, sino que durante ellos se confirmaron grandes sacramentos, se revelaron grandes misterios.
En aquellos días se abolió el temor de la horrible muerte, y no sólo se declaró la inmortalidad del alma, sino también la de la carne. Durante estos días, gracias al soplo del Señor, se infundió en todos los apóstoles el Espíritu Santo, y se le confió a San Pedro, después de las llaves del reino, el cuidado del redil del Señor, con autoridad sobre los demás.
Durante estos días, el Señor se juntó, como uno más, a los dos discípulos que iban de camino y los reprendió por su resistencia a creer, a ellos, que estaban temerosos y turbados, para disipar en nosotros toda tiniebla de duda. Sus corazones, por él iluminados, recibieron la llamad de la fe y se convirtieron de tibios en ardientes, al abrirles el Señor el sentido de las Escrituras. En la fracción del pan, cuando estaban sentados con él a la mesa, se abrieron también sus ojos, con lo cual tuvieron la dicha inmensa de poder contemplar su naturaleza glorificada.
Por tanto, amadísimos hermanos, durante todo este tiempo que media entre la resurrección del Señor y su ascensión, la providencia de Dios se ocupó en demostrar, insinuándose en los ojos y en el corazón de los suyos, que la resurrección del Señor Jesucristo era tan real como su nacimiento, pasión y muerte.
Por esto, los apóstoles y todos los discípulos, que estaban turbados por su muerte en la cruz y dudaban de su resurrección, fueron fortalecidos de tal modo por la evidencia de la verdad que, cuando el Señor subió al cielo, no sólo no experimentaron tristeza alguna, sino que se llenaron de gran gozo.
Y es que en realidad fue motivo de una inmensa e inefable alegría el hecho de que la naturaleza humana, en presencia de una santa multitud, ascendiera por encima de la dignidad de todas las criaturas celestiales, para ser elevada más allá de todos los ángeles, por encima de los mismos arcángeles, sin que ningún grado de elevación pudiera dar la medida de su exaltación, hasta ser recibida junto al Padre, entronizada y asociada a la gloria de aquel con cuya naturaleza divina se había unido en la persona del Hijo.
DEVOCIONARIO
Himno de Pascua
Cristo ha resucitado!
¡Resucitemos con él!
¡Aleluya, aleluya!Muerte y Vida lucharon,
y la muerte fue vencida.
¡Aleluya, aleluya!Es el grano que muere
para el triunfo de la espiga.
¡Aleluya, aleluya!Cristo es nuestra esperanza
nuestra paz y nuestra vida.
¡Aleluya, aleluya!Vivamos vida nueva,
el bautismo es nuestra Pascua.
¡Aleluya, aleluya!¡Cristo ha resucitado!
¡Resucitemos con él!
¡Aleluya, aleluya! Amén.
ACTOS DE REPARACIÓN
REPARACION A LA PRESENCIA REAL EN EL TABERNACULO
Divino Corazón de Jesús, real y verdaderamente presente en el Sacramento del Altar donde por nuestro amor permanecéis hace veintiún siglos expuesto a la indiferencia, las burlas, profanaciones e impiedades de los pecadores, dignáos recibir en desagravio de tantas iniquidades, el sincerísimo dolor y contrición con que os pedimos perdón por todas ellas.
¡La humillación extrema a que por la maldad de los hombres se ve reducido un Sacramento tan admirable! Perdónanos, Señor.
¡Tantas comuniones indignamente recibidas! Perdónanos, Señor.
iTantas irreverencias cometidas en vuestra adorable presencia!. Perdónanos, Señor.
¡La profanación de vuestros santuarios! Perdónanos, Señor.
¡Las profanaciones sacrílegas de que sois objeto en el Sacramento admirable de vuestro amor! Perdónanos, Señor.
¡El olvido, indiferencia y menosprecio con que os tratan tantos cristianos tibios! Perdónanos Señor.
¡La falta de responsabilidad de los padres de familia! Perdónanos, Señor.
¡La frialdad de nuestro amor al prójimo! Perdónanos, Señor.
¡Nuestro poco fervor y devoción en serviros! Perdónanos, Señor.
¡La imperfección con que ahora os ofrecemos estas mismas reparaciones! Perdónanos, Señor.
Señor Jesús, que habéis querido permanecer con nosotros en vuestro Sacramento admirable hasta la consumación de los siglos, a fin de tributar a vuestro Eterno Padre una incesante gloria en esa tierra con la renovación siempre continuada de vuestra amarguísima Pasión, y dar al mismo tiempo a los hombres el alimento de la vida inmortal, dignaos concedernos la gracia de una perfecta contrición para llorar de continuo tantas injurias como recibís en este adorable Misterio, de parte de los impíos, herejes y malos cristianos: e inflamadnos en un ardentísimo celo por reparar tantos oprobios a los que generosamente os habéis quedado expuesto sólo por amor a nosotros.
Os pedimos por Vos mismo que vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo, en unidad de naturaleza, Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
SANACIÓN Y LIBERACIÓN
ORACIÓN PETICION AL PADRE PIO POR NECESIDAD
Bienaventurado P. Pio, testigo de fe y de amor. Admiramos tu vida como fraile Capuchino, como sacerdote y como testigo fiel de Cristo. El dolor marcó tu vida y te llamamos «Un crucificado sin Cruz».
El amor te llevó a preocuparte por los enfermos, a atraer a los pecadores, a vivir profundamente el misterio de la Eucaristía y del perdón.
Fuiste un poderoso intercesor ante Dios en tu vida, y sigues ahora en el cielo haciendo bien e intercediendo por nosotros.
Queremos contar con tu ayuda. Ruega por nosotros.
Lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.