Santos Protomártires de la Iglesia de Roma
Los primeros santos mártires de la Iglesia de Roma (ML)
Todos los pueblos aplaudan y aclamen al Señor con gritos de alegría.
Sal 46, 2

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Amós
Am 7, 10-17
En aquellos días, 10 Amasías, el sacerdote de Betel, mandó a decir a Jeroboam, rey de Israel: «Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; el país ya no puede tolerar todas sus palabras. 11 Porque él anda diciendo: “Jeroboam morirá por la espada e Israel irá al cautiverio lejos de su país”».
12 Después, Amasías dijo a Amós: «Vete de aquí, vidente, refúgiate en el país de Judá, gánate allí la vida y profetiza allí. 13 Pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque este es un santuario del rey, un templo del reino».
14 Amós respondió a Amasías: «Yo no soy profeta, ni hijo de profetas, sino pastor y cultivador de sicómoros; 15 pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: «Ve a profetizar a mi pueblo Israel». 16 Y Ahora, escucha la palabra del Señor. Tú dices: «No profeticen contra Israel, no vaticines contra la casa de Isaac». 17 Por eso, dice el Señor: “Tu mujer se prostituirá en plena ciudad, tus hijos y tus hijas caerán bajo la espada; tu suelo será repartido con la cuerda, tú mismo morirás en tierra impura e Israel irá al cautiverio lejos de su país”».
P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Salmo Responsorial
SALMO 18
R/. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. R/.Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo
Mt 9, 1-8
“¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o ‘Levántate y camina’?”
En aquel tiempo, 1 Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad. 2 Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados». 3 Algunos escribas pensaron: «Este hombre blasfema. 4 Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: «¿Por qué piensan mal? 5 ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o “Levántate y camina”? 6 Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». 7 El se levantó y se fue a su casa. 8 Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús
MEDITACIÓN
“JESÚS LEE LAS INTENCIONES DEL CORAZÓN Y SI NUESTRA INTERCESIÓN ES SINCERA Y LLENA DE AMOR, SIEMPRE NOS FAVORECERÁ CON UNA GRAN BENDICIÓN”
Hoy estamos recordando las persecuciones contra los cristianos y que tuvo como consecuencia tantos mártires (personas que dieron testimonio de su fe hasta derramar su sangre por no renegar en Quien creían). Celebramos a los primeros santos mártires de la Iglesia de Roma. Los recordamos; cruentas persecuciones contra los cristianos que iniciaron con el Emperador Nerón, en el año 64 y continuó hasta el año 313, cuando el Emperador Constantito, con el Edicto de Milán, dio libertad de culto y, por tanto, levantó la prohibición de ser cristiano. Recordamos a los mártires de todos los tiempos, también a los que hoy día están dando testimonio de la fe en situaciones tan adversas, sin que sea de modo cruento También a los mártires anónimos que dan su vida por un mundo mejor, y creo que están por todas partes.
En el evangelio según san Mateo, Marcos y Lucas se nos narra esta escena, pero ciertamente es en Marcos donde encontramos mucho más amplia, anecdótica y llena de detalles. Nos dice cómo los portadores de la camilla en que yacía el enfermo, al no poder acercarse a Jesús a casa de tanta gente, quitaron parte del techo para poder presentarlo ante Jesús. Sabemos que Mateo va a lo esencial, prescindiendo de los detalles que tanta plasticidad dan a la narración de Marcos. Jesús sale del territorio pagano y regresa a Cafarnaúm, donde vivía (cf. Mt 4,13). Acá el tema principal no es la curación de la persona con parálisis, sino el perdón de los pecados, poder que sólo Dios tiene y se manifiesta en este caso a través del Mesías. Él interviene para confirmar la afirmación de su poder sobre el pecado, así el enfermo pasa a un segundo plano: “Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados…” (Mt 9,6).
Acá pasa la salud eterna a ser más importante que la salud corporal, pero ese perdón le libera totalmente al enfermo de su incapacidad, le da la vida que viene de Dios y así el paralítico se levanta y va a su casa. Puede moverse por sí mismo y ya no será considerado impuro que lo marginaba de la estructura de la sociedad. Descubrimos en el paralítico a una persona que recibe algo más que la sanación física de una enfermedad, pues el perdón de los pecados significa entrar en la experiencia de la Salvación de Dios. Es el poder de Jesús: un poder maravilloso que perdona y levanta, que restaura e inserta.
Es más: es fascinante ver un argumento más potente aún: Jesús descubre que aquellos escribas estaban pensando no tan favorable a lo que Él estaba haciendo, aunque nadie se lo haya dicho. Nos muestra así que Él posee un conocimiento sobrehumano, sobrenatural, facilitado por el Espíritu. Este mismo conocimiento sobrenatural es una razón más para hablar de su dignidad única y que justifica su poder. Pero atención: no confundamos con la adivinación, que se valen de otros elementos, principalmente de los espíritus del mal para saber algunas cosas, pero no así identificando incluso lo que estaban pensando, como lo hace Jesús. La fe de esos hombres le conmovió al Señor y decidió ejercer su poder de perdonar, de ser justo con el paralítico, manifestando la presencia de un Dios justo y misericordioso. Es la fe de las personas que interceden para que la Gracia pueda llegar a destino. ¿Acaso si nos dirigimos con humildad, sencillez y mucha fe, nuestro Padre Dios, no escuchará y responderá ante lo que le pedimos, si lo que le pedimos es para otra persona y realmente necesita? Ciertamente siempre pedimos que se haga su voluntad en la tierra como el cielo cada vez que rezamos el Padrenuestro, pero Él sabe lo que cada uno necesita.
Tenemos el ejemplo del Centurión Romano, quien intercede a favor de su criado; la mujer cananea (pagana), quien pide por su hija; los 4 hombres que llevaron ante Jesús a un paralítico en camilla metiéndolo por el techo. Jesús lee las intenciones del corazón y si nuestra intercesión es sincera y llena de amor, siempre nos favorecerá con una gran bendición. Jesús comparte ese poder de perdonar con su Iglesia. Lo dirá al final del Evangelio que se le dio todo poder (cf. Mt 28,18), aunque los fariseos y maestros de la Ley se resistían a creer en el Mesías (en Jesús), encontramos en tantos momentos ejerciendo ese poder.
Es la experiencia de compasión y misericordia la que resalta, el Dios que se compromete, se compadece, esto es, padece-con su gente y entra en su realidad total para sanarla y liberarla cumpliendo su voluntad a través de su Palabra. Esta acción liberadora, así como levanta al paralítico, nos levanta a nosotros de cualquier parálisis que podamos tener, de cualquier situación de postración, justamente para reconocer con gozo la maravillosa obra de Dios en nosotros y en el mundo entero (cf. Mt 9,7-8). Lo que más nos paraliza y no nos deja levantarnos y caminar para seguirle a Jesús, es el pecado, que obstaculiza, en uno mismo y en los demás, que la voluntad de Dios se realizara en la humanidad. El pecado contamina los pensamientos, palabras y acciones del creyente, por tanto, se paraliza la oportunidad de obrar en fidelidad y con amor. Opaca la Luz que el Señor quiere irradiar en cada persona que tiene fe y termina por alejarla de Dios, enfriándose su fe y no sintiendo el fuego de su amor. Es tan necesario acercarnos a que Jesús nos perdone a través de sus ungidos los sacerdotes y renovarnos total y permanentemente para compartir esa alegría con los hermanos necesitados.
Tenemos testimonios de santos que nos conmueven, obrando con sencillez, hacían posible que Dios estuviera en la vida de tantas personas. San Juan Bosco a unos jóvenes les dijo que, si estaban en Gracia, podrían ir a misionar en la zona donde había cólera que apareció en 1854 en Turín. Dijo a los jóvenes que estén tranquilos. Pidió que cumplan con lo que él les diga y se librarán del peligro, pero que vivan en Gracia de Dios, lleven una medalla bendecida de la Virgen en el cuello, recen el Padrenuestro cada día, un Avemaría y Gloria, que se confiesen y comulguen, así les entregará a la Virgen y les protegerá. Que la causa de todo es siempre el pecado, si están sin pecado mortal ninguno se contagiará por el cólera. Cuentan que ningún joven que misionó en esa zona, luego de hacer lo que les dijo, se contagió. Porque Dios es el dueño de nuestra historia y de nuestra vida..
