Reflexión al Evangelio de Hoy y Lecturas del día, Sábado 2 de julio de 2022 «Lectio Divina»

“El vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan”

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Santa María en sábado (ML)

Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste al que te creó, y para siempre permaneces virgen.

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Audios Originales de: https://panversia.com/

Primera Lectura

Lectura del libro del profeta Amós

Am 9, 11-15

Esto dice el Señor:

11 Aquel día, yo levantaré la choza derruida de David, repararé sus brechas, restauraré sus ruinas, y la reconstruiré como en los tiempos pasados, 12 para que ellos tomen posesión del resto de Edom y de todas las naciones que han sido llamadas con mi Nombre –oráculo del Señor, que cumplirá todo esto–.

13 Llegan los días –oráculo del Señor– en que el labrador seguirá de cerca al que siega, y el que vendimia al que siembra. Las montañas harán correr el vino nuevo y destilarán todas las colinas.

14 Yo cambiaré la suerte de mi pueblo Israel; ellos reconstruirán las ciudades devastadas y las habitarán, plantarán viñedos y beberán su vino, cultivarán huertas y comerán sus frutos.

15 Los plantaré en su propio suelo, y nunca más serán arrancados del suelo que yo les di, dice el Señor, tu Dios.

P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
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Salmo Responsorial

Sal 84, 9. 11-12. 13-14

R/. Dios anuncia la paz a su pueblo

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón». R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
y sus pasos señalarán el camino. R/.

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Evangelio

Lectura del santo evangelio según San Mateo

Mt 9, 14-17

“TAMPOCO SE PONE VINO NUEVO EN ODRES VIEJOS, PORQUE LOS ODRES REVIENTAN, EL VINO SE DERRAMA Y LOS ODRES SE PIERDEN”

En aquel tiempo, 14 se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: «¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?». 15 Jesús les respondió: «¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

16 Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande. 17 Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!».

P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús

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MEDITACIÓN

“LA VIDA DE DIOS ES UNA VIDA NUEVA, QUE EL HOMBRE RECIBE PARA HACER DE ÉL UN HOMBRE NUEVO”

Jesús aprovecha la pregunta sobre el ayuno para enseñar a comprender el modo nuevo del Evangelio, que debe generar mucha alegría por la Presencia del Esposo en medio nuestro. Este vino nuevo del Evangelio nos ayudará a superar la manera muy superficial y sólo exterior de las prácticas rituales sin un verdadero sentido de misericordia. ¿Son malas las prácticas rituales? No son malas en sí mismas, pero deberían ser experiencias donde se concreta la respuesta del creyente a la voluntad divina, y disfrutar del regalo maravilloso del amor de Dios disponible para nosotros.

Nosotros, Iglesia, somos peregrinos, vamos caminando por este mundo hacia el Padre, hacia la patria celestial, nuestro destino final. En este peregrinar es Jesús quien nos muestra por dónde ir, Él mismo es el Camino. Estando con y en Él estamos seguros y con la certeza de que llegaremos a destino. Cuando lleguemos a destino, el gozo será sin igual, porque estaremos llenos del amor paterno, juntos como comunidad de amor disfrutando del Amor infinito. Pero durante el camino necesariamente nos cansamos, nos agotamos, y nos invade la ansiedad de querer llegar ya a la patria eterna.

Ahí está el sacrificio, las privaciones, las mortificaciones, el ayuno, negarnos algunos gustos, que se deberían convertir en las gotas de sangre que se derrama en el cáliz para nosotros, y tengamos la materia que necesitamos para el sacrificio eucarístico. Son los granos de trigo con los que iremos consiguiendo la harina que se necesita para la hostia del ofrecimiento en la Eucaristía. Esa hostia llegaremos a ser nosotros mismos, y lo que vayamos amasando soportando contradicciones, molestias, cansancios, privaciones de comodidades, etc., que deberían completar cualquier ceremonia o ritual que ofrezcamos o a los que participemos.

El evangelista plantea el tema del ayuno. Como se dirige a una comunidad judeocristiana, presenta la necesidad de redimensionar la costumbre de ayunar, muy valorada en el judaísmo. Jesús, si bien no viene a eliminar lo mandado por la Ley, establece una superación y nueva manera de entenderla. El cumplimiento de lo anunciado en la Ley y los Profetas, lo que está en el Antiguo Testamento, supone un camino, una preparación para redimensionar desde un cambio profundo de actitud. Llega el tiempo en que se cumplirán todas las promesas, el tiempo del reino de Dios. Acá Jesús implícitamente se presenta como el Mesías esperado. Cristo se presenta como el novio, quien trae los bienes de salvación, trae la salud simbolizada por la boda. Es el símbolo del matrimonio en el Antiguo Testamento que Dios lo hacía con su Pueblo, que acá Jesús encarna en su vida; es la novedad del texto. La promesa se cumple en Él. Será fundamental ser parte de los amigos del novio para compartir alegremente en la boda.

Entonces es tiempo de alegría, no de ayuno, de llanto o de luto. Celebremos la alegría de la Presencia del Esposo, quien nos dona su Vida, llena de Amor todo y a todos, y nos impulsa a vivir nuestra fe desde la sencillez y la humildad.

La segunda parábola tiene como base el simbolismo del paño o del manto, que representaba al mundo. En el gran mantel que bajaba del cielo, Pedro ve simbolizado el mundo nuevo, es decir la nueva creación (cf. Hech 10,11ss.). El mensaje de Cristo contiene una novedad absoluta, un espíritu nuevo, tiene entrañas de misericordia, de hermandad, de compasión. Para aceptar el mensaje cristiano y la persona de Cristo, era necesario un continente nuevo, personas nuevas, libres de prejuicios y murmuraciones.

Eso es abrazarse a Cristo Jesús todos los días. El vino nuevo, de Cristo Jesús, requiere odres nuevos, es decir, actitudes, conductas, acciones auténticamente cristianas. Sin esas actitudes radicalmente nuevas por el Amor de Dios, no se podrá soportar el Vino nuevo de la Misericordia. Si no aceptamos a Cristo, quien nos renueva totalmente, seguiremos siendo viejos, queriendo venganza y con una vida lejos del mandamiento del Amor. La Vida de Dios es una Vida nueva, que el hombre recibe para hacer de él un hombre nuevo; y con ese hombre nuevo se puede tener cielos nuevos y tierra nueva que será el signo e instrumento del Reino de Dios. “Purifica, Señor, mi corazón”, mis pensamientos, mi modo de pensar, la manera de entender y vivir la vida, mis criterios de juicio o discernimiento para que las decisiones sean de tu agrado.

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