“Una niña, buena como un ángel”: Los habitantes del pueblo donde vivió al preguntar por ella, se expresaban de esta manera.

El 6 de julio recordamos a Santa María Goretti, la santa niña que murió para preservar su inocencia. Así es como nació su culto.
Martirologio Romano: Santa María Goretti, virgen y mártir, que en el transcurso de una infancia difícil, ayudando a su madre en las labores de la casa, se distinguió ya por su piedad. Cuando no contaba más que doce años, murió en defensa de su castidad, a causa de las puñaladas que le asestó un joven que intentaba violarla cuando se hallaba sola en su casa, cercana a la localidad de Nettuno, en la región del Lacio, en Italia († 1902).
La devoción a Santa María Goretti comenzó inmediatamente después de su trágica muerte, el 6 de julio de 1902. Para comprender las razones de este culto nacido tan rápidamente, y dirigido a una chica hija de campesinos, que murió en circunstancias trágicas, pero también frecuentes, por la época, debemos entender el contexto en el que María vivió y murió. Fue precisamente entre los estratos más humildes de la población donde la devoción a esta santa chica se desarrolló en el corazón y el alma de hombres, mujeres y niños acostumbrados al sufrimiento y las privaciones, pertenecientes al mundo rural, el mismo en el que ella había vivido su corta vida.
María Goretti fue proclamada santa por haber perdonado a su asesino y haber provocado su conversión.

Es patrona de Latina, de las Lagunas Pontinas, de las Hijas de María y de la juventud, con San Luis Gonzaga. No es la única santa víctima de estupro, y por ello ha sido asociada en los últimos tiempos por el Papa Benedicto XVI y luego por el Papa Francisco, con Santa Dimpna, mártir irlandés que murió en Bélgica en el siglo VII, protectora de las víctimas de incesto y de violación.
La historia de Santa María Goretti nos remite a los muchos santos jóvenes de la historia del Cristianismo. Estos jóvenes y muy jóvenes santos y mártires que murieron demasiado pronto, al igual que Santa María Goretti, tienen una lección importante que transmitirnos a todos, y es que no es necesario vivir una vida larga y adquirir una gran experiencia para sacar lo mejor de uno mismo. La bondad, la misericordia, el espíritu de sacrificio no tienen edad, y son estas virtudes las que marcan la diferencia, las que nos hacen inmortales en la memoria de quienes nos amaron, de quienes nos conocieron. Del mismo modo, la santidad no tiene edad, y nos lo demuestran estos chicos especiales, que han quedado en la memoria de los siglos como ejemplos a seguir y venerar.
Testimonio de la fe incluso en medio de las dificultades
La pequeña María era afable, generosa y pura de corazón, dedicada siempre a las tareas domésticas y cuidando sus hermanos más pequeños, mientras sus padres trabajaban sin descanso en el duro trabajo del campo. La fe, la continua oración, especialmente el Rosario acompañaban a la niña incluso cuando a los diez años perdió a su amado papá, debido a la malaria. El sufrimiento no debilitó la voluntad de Mariíta, más bien desde ese momento sintió que tenía que apoyar a su mamá que se quedó sola cuidando a la familia.
El deseo de recibir la Santa Comunión
Las precarias condiciones económicas empujaron a la familia Goretti a asociarse en el trabajo con la familia Serenelli que vivían en la misma granja, y que también ellos trabajaban en el campo propiedad del conde Mazzoleni. Mientras los Serenelli, padre e hijo, se dedicaban al cultivo y Assunta cuidaba a los niños, María se ocupaba de vender los huevos hasta Nettuno, preparaba las comidas de los campesinos y remendaba los vestidos. La intensa actividad cotidiana no apagó en la niña su deseo de orar, aunque no había estudiado, en 1902 con apenas once años, un año antes del previsto, pidió recibir el sacramento de la Comunión. Estaba dispuesta a renunciar horas de sueño con tal de poder participar en la misa dominical en Campomorto, distante varios kilómetros de su casa.
La cruz y el silencio
Su paz espiritual se vio turbada cuando desarrolló, y el joven Alejandro Serenelli, que María consideraba su hermano, se dio cuenta de su cambio de niña a mujer y comenzó a molestarla con morbosas atenciones. Alejandro la acosó varias veces, María puntualmente le decía que no ofendiera a Dios actuando de esta manera. El joven amenazó de muerte a María si lo denunciaba a la familia. El silencio fue una cruz pesada que comenzó a cargar, pero la niña no quería que empeoraran las relaciones entre ambas familias, que ya eran tensas por otros motivos. María encontró consuelo confiándose a la Virgen.
El martirio y la canonización
El cinco de julio de 1902 mientras las familias Serenelli y Goretti estaban trabajando en los campos y María estaba sola en casa, Alessandro la agredió intentando violarla. La niña le advirtió que lo que estaba haciendo Dios no lo prohibía que se iría al infierno, esperando así poder proteger su castidad. El joven ciego de la rabia, la apuñaló repetidamente con un punzón, hiriéndola mortalmente. María fue transportada a un hospital, en donde perdonó a su asesino de todo corazón, invocó a la Virgen y murió veinticuatro horas después. Al día siguiente, antes de morir, la niña lo perdonó confiando a la Madre su íntimo deseo que también él la alcanzara en el Paraíso.
Alejandro fue condenado a 30 años de prisión. Por largo tiempo, fue obstinado en no arrepentirse de su pecado, hasta que una noche, tuvo un sueño en el que vio a la niña María, recogiendo flores en un prado y luego ella se acercaba a él y se las ofrecía. A partir de ese momento, cambió totalmente y se convirtió en un prisionero ejemplar. Se le dejó libre al cumplir 27 años de su condena. Al salir de la cárcel, una noche de Navidad, la de 1938, pidió perdón a la mamá de María, y aquella noche, en la misa de Gallo, comulgaron juntos.
El papa Pío XII quiso que Maríita fuera proclamada santa el 24 de junio de 1940. Hoy día el santuario de la Virgen de las Gracias en Neptuno, que custodia sus restos mortales es una meta constante de peregrinaciones.

El caso de María Goretti se extendió por todo el mundo. En 1947, el Papa Pío XII la beatificó y en 1950 la canonizó. En la ceremonia estuvieron presentes su madre, de 82 años, dos hermanas y un hermano. Y, aunque parezca increíble, también asistió Alejandro, el arrepentido asesino de la santa.
Santa María Goretti fue santa no por el hecho de tener una muerte injusta y violenta, sino porque murió por defender una virtud inculcada por la fe cristiana. A esta santa se la llama la “Mártir de la pureza”. Sus imágenes la representan como una campesina con un lirio en la mano, que es el símbolo de la virginidad, y con la corona del martirio.
María Goretti era una muchacha soltera que conocía el valor del matrimonio y de las relaciones sexuales. Sabía que la complementariedad de los sexos se manifiesta plenamente en el acto sexual, en el cual el hombre y la mujer se unen íntima y totalmente en alma y cuerpo por el amor que existe entre ellos. Entendía que el acto sexual sólo puede efectuarse dentro del matrimonio ya que es una manifestación de amor entre los esposos y para la procreación de los hijos.
Los jóvenes podrán preguntarse: ¿Hasta el matrimonio? ¡Faltan “miles de años”! Y mientras… ¿qué? Pueden aprovechar el tiempo del noviazgo para conocerse, tratarse, vivir en amistad y hacerse felices el uno al otro. El noviazgo es una preparación para el futuro matrimonio.

¿Qué hacer para vivir esta virtud?
Debes cuidar todo lo que ves y oyes. Y, recordar que tú eres una persona que tiene dignidad, inteligencia y voluntad y que eres diferente de los animales que tienen relaciones sexuales por puro instinto. La virtud de la castidad te dará fuerza para dominar y controlar tu impulso sexual.
Es más persona quien sabe dominarse, quien sabe controlarse, quien sabe guardarse íntegro para entregarse sin reservas a su futura esposa o esposo, que aquel cobarde y sin fuerzas de voluntad que entrega su cuerpo a cualquiera ante el primer estímulo que pasa frente a sus ojos.
¿Qué nos enseña la vida de María Goretti?
- La principal enseñanza es la vivencia de la virtud de la pureza: pureza de alma y cuerpo.
- A perdonar a nuestros enemigos, a pesar de que nos hayan causado un daño irreparable. Como también lo hizo el Papa Juan Pablo II, al perdonar a Alí Agca, quien tratara de asesinarlo en 1981.
- María Goretti nos enseña a ser fuertes ante situaciones difíciles, confiando siempre en Dios.
Oración
Santa María Goretti, este día te pido que me ayudes a vivir la virtud de la pureza, para entender que la castidad es un medio para cultivar mi voluntad y así, lograr la santidad en el estado de vida al que Dios me llama.
Amén.
Oración para perdonar de corazón
Teniendo en cuenta el gran ejemplo de nobleza de esta pequeña de tan solo 11 años de edad, pues pudo perdonar al hombre que tanto daño le causó y que terminó arrebatándole la vida, con la fortaleza que le era enviada por Dios, puedes rezar a ella esta hermosa oración.
Oh pequeña María Goretti que sacrificaste la vida para conservar tu pureza, y que muriendo perdonaste a quien te hizo daño, prometiendo rezar por él desde el cielo. Ayúdanos a superarnos en el difícil camino de este mundo tan profundamente revuelto por las más violentas pasiones. Intercede ante Dios para obtener la gracia de la pureza y del amor hacia nuestros hermanos.
Tu que por tu heroica victoria sobre el mal y por y tu glorioso martirio volaste al cielo con gran santidad, danos la paz, la fe, la capacidad del trabajo fecundo hecho con amor. Obtiene del Señor todas las gracias necesarias para nuestro bien espiritual y material, para nuestra vida terrena y para la eterna. En particular la gracia de saber perdonar y tener serenidad en el corazón. Amén.
Oración para hacer una petición
Oración dedicada a Santa María Goretti para solicitar su intercesión ante Dios y hacerle una petición especial.
Niña de Dios, tú que has conocido tan pronto la dureza y el cansancio, el dolor y las breves alegrías de la vida; tú que has sido pobre y huérfana, y que has amado al prójimo incansablemente, haciéndote sierva humilde y diligente; tú que has sido buena sin enorgullecerte y que has amado al Amor por encima de todo lo demás.
Tú que has derramado tu sangre por no traicionar al Señor, y que has perdonado a tu asesino, deseando para él, el paraíso, intercede y ruega por nosotros al Padre, para que digamos “SÍ” al designio de Dios sobre nosotros.
Tú que eres amiga de Dios y lo ves cara a cara, consíguenos de Él el favor especial que te pedimos: (hacer la petición). Te agradecemos, Santa María Goretti, Niña de Dios, el amor a Dios y a los hermanos que has sembrado ya en nuestro corazón. Amén.
Oración a Santa María Goretti, Mártir de la pureza
Señor Dios, que eres fuerza de las almas inocentes y te complaces en los corazones limpios, tú que otorgaste a santa María Goretti la palma del martirio en la edad juvenil, concédenos, por su intercesión, la constancia en tus mandamientos, el perdonar a los que nos ofenden… y darnos a nosotros tambien, así como a esta virgen le diste la victoria en el combate, la posibilidad de que podamos librar el nuestro, tomados de la mano de Maria Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo y Señor Nuestro Que vives y reina en unidad con el Espiritu Santo Por los siglos de los siglos…. Amén