“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos”

San Esteban de Hungría. San Roque (ML)
Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma, Ocaña Norte de Santander- Colombia
Señor, protector nuestro mira el rostro de tu Ungido, porque vale más un día en tus atrios que mil en otra parte.
Sal 83, 10-11


Audios originales tomados de: panversia.com
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Ezequiel
Ez 28, 1-10
1 La palabra del Señor me llegó en estos términos: 2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así habla el Señor: Tu corazón se llenó de arrogancia y dijiste: «Yo soy un Dios; estoy sentado en un trono Divino, en el corazón de los mares». ¡Tú, que eres un hombre y no un Dios, te has considerado igual a un Dios! 3 Sí, eres más sabio que Daniel: ningún secreto te supera. 4 Con tu sabiduría y tu inteligencia, te has hecho una fortuna, acumulaste oro y plata en tus tesoros. 5 Por tu gran habilidad para el comercio fuiste acrecentando tu fortuna, y tu corazón se llenó de arrogancia a causa de tantas riquezas.
6 Por eso, así habla el Señor:
Porque te has considerado igual a un Dios, 7 Yo traigo contra ti gente extranjera, las más feroces de las naciones: ellos desenvainarán la espada contra tu bella sabiduría, y profanarán tu esplendor. 8 Te precipitarán en la Fosa y morirás de muerte violenta en el corazón de los mares. 9 ¿Te atreverás a decir: «Yo soy un Dios», delante de tus verdugos? Serás un hombre, no un Dios, en manos de los que te traspasen. 10 Tendrás la muerte de los incircuncisos, en manos de extranjeros, porque lo he hablado –oráculo del Señor–.
P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Salmo Responsorial
Dt 32, 26-27ab. 27cd-28. 30. 35cd-36ab
R/. Yo doy la muerte y la vida
Tu trono, ¡Oh, Dios!
permanece para siempre.
De pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir. R/.Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza. R/.Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey,
con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo
Mt 19, 23-30
“El que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna”
En aquel tiempo, 23 Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. 24 Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos».
25 Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?». 26 Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible».
27 Pedro, tomando la palabra, dijo: «Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?». 28 Jesús les respondió: «Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
29 Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna. 30 Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús
MEDITACIÓN
“Sólo el poder de Dios es el que puede salvar. Por tanto, si no se pone la confianza en Dios, no podrá alcanzar la salvación”
“Esteban gobernó Hungría desde el año 997 hasta el 1038. Fue un ejemplo de sabiduría y prudencia en todos los asuntos a los que debió atender como gobernante. Buscó que su pueblo fuera instruido y educado en la fe, por lo cual favoreció la instalación de monasterios benedictinos en todo el territorio de su país, para que los monjes realizaran la evangelización. Roque fue un ermitaño y peregrino que recorrió varios lugares de Europa durante el siglo XIV. Enfermo de peste, se recluyó en un bosque, donde fue alimentado y atendido milagrosamente por un perro. Su culto se extendió como patrono de los afectados de peste” .
(La Liturgia Cotidiana, 16/08/2021, pág. 61)
El encuentro entre el joven rico con Jesús y el no poder responder a las exigencias del discipulado que el Maestro le pidió, da pie para que haga una enseñanza sobre el tema de las riquezas. Se plantea un proverbio sobre el camello y la aguja, que habla no sólo de la dificultad sino de la imposibilidad de salvarse de parte del hombre. El problema de fondo es que el rico pone su confianza en el dinero y, sin embargo, sólo el poder de Dios es el que puede salvar. Por tanto, si no se pone la confianza en Dios, no podrá alcanzar la salvación. De ahí que es fundamental pedir a Dios que aumente nuestra poca fe, para que confiemos plenamente en Él y en sus promesas.
Lo que Pedro plantea en nombre de los discípulos refería al premio en relación a la renuncia que se hacía para seguir a Jesús: doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel, lenguaje figurado que utilizó Daniel 7,9-14, en donde se menciona sobre tronos e Hijo del hombre. La expresión doce tribus de Israel era una forma de decir a todo el pueblo, porque ya desaparecieron esas tribus en esa época, aunque notamos que también se usa para referirse al nuevo Pueblo de Dios (cf. Ap 7,4-8).
¿Cuál sería la promesa que se hace a los discípulos? El premio de la promesa parece condicionado, parece al tema de la regeneración, palabra que aparece en Tito 3,5-6: “Él nos salvó, no por nuestras buenas obras, sino en virtud de su misericordia, por medio del bautismo regenerador y la renovación del Espíritu Santo, que derramó abundantemente sobre nosotros por Jesucristo nuestro Salvador”. Vemos que claramente se refiere al Bautismo. Nuestro texto también refiere a la última intervención de Dios en la historia, pero que ya tuvo lugar con el envío del Hijo al mundo. Sabemos que, con la venida de Jesús al mundo, iniciaron los últimos tiempos, por tanto, no podemos pensar en el juicio final en este caso. Esta regeneración es la nueva vida que el hombre nuevo vive por pura acción divina. Por tanto, nos estamos ubicando en el período de la Iglesia y en ella a todos los creyentes que se someten al señorío de Dios y participan desde el Bautismo de ese reinado. Desde el Bautismo participamos de la misión de Cristo en ser profetas, sacerdotes y reyes. Ser jueces, indica ser dirigentes de otras personas. Vaya responsabilidad, pues al ser dirigentes, o servidores a la cabeza de otros es mucho mayor la responsabilidad en vistas a la salvación de tanta gente. Entonces la promesa de Jesús menciona a los que hayan abandonado todo para seguirlo (entre esas personas estamos los creyentes). Es más: siempre lo que Dios nos dará será incluso impensable desde la perspectiva humana, será tanto el regalo que ni siquiera podremos creer que eso acontece.
Pero atención: nadie tiene asegurada la salvación, pues ya que no depende de nuestros méritos, sino de la pura Gracia misericordiosa de Dios, Él le puede dar primero a los que se convirtieron último y luego a los que se convirtieron de hace tiempo. Lo importante es tener en cuenta que la lógica de Dios no tiene lógica, al menos no dentro de la lógica que nosotros tenemos, porque en la relación con Dios quien más da es el que más recibe, no así el que es mezquino o tacaño, pues el que siembra mezquinamente, mezquinamente cosechará, y quien siembre generosamente, generosamente cosechará (cf. 2 Cor 9,6).
Lo tacaño o generoso no se refiere sólo a las cosas materiales, aunque las incluya, sino fundamentalmente a toda la vida que Dios pide se pueda ofrendar para el servicio de la salvación. ¿Es posible lograrlo con nuestras solas fuerzas? Es imposible. Necesitamos de la Gracia de Dios para que nos regale el don de la generosidad y sin reservas le digamos sí para seguirlo con todas las consecuencias.


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