“El mayor entre ustedes será el que los sirve.”

San Bernardo, abad y doctor de la Iglesia (MO)
El Señor colmó a San Bernardo con el espíritu de entendimiento, para servir al pueblo de Dios con abundante doctrina.


Audios originales tomados de: panversia.com
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Ezequiel
Ez 43, 1-7
En aquellos días, 1 un ángel me llevó hacia la puerta del templo que miraba al oriente, 2 y yo vi que la gloria del Dios de Israel venía desde el oriente, con un ruido semejante al de las aguas caudalosas, y la tierra se iluminó con su Gloria. 3 Esta visión era como la que yo había visto cuando el Señor vino a destruir la ciudad, y como la que había visto junto al río Quebar. Entonces caí con el rostro en tierra. 4 La gloria del Señor entró en la Casa por la puerta que daba al oriente. 5 El espíritu me levantó y me introdujo en el atrio interior, y yo vi que la gloria del Señor llenaba la Casa.
6 Y oí que alguien me hablaba desde la Casa, mientras el ángel permanecía de pie junto a mí. 7 La voz me dijo: «Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde se asienta la planta de mis pies. Aquí habitaré para siempre en medio de los israelitas.»
P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Salmo Responsorial
Sal 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14
R/. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que le temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo
Mt 23, 1-12
“Porque el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado”
En aquel tiempo,1 Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: 2 «Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; 3 ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. 4 Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. 5 Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; 6 les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, 7 ser saludados en las plazas y oír ser llamados “mi maestro” por la gente. 8 En cuanto a ustedes, no se hagan llamar “maestros”, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. 9 A Nadie en el mundo llamen “padre”, porque no tienen sino uno, el Padre Celestial. 10 No se dejen llamar tampoco “doctores”, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. 11 Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, 12 porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado».
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús
MEDITACIÓN
“Si Dios te regala un cargo importante para ser autoridad, sea en la Iglesia o en el gobierno, procura humillarte, como lo hizo Jesús”
Bernardo“(Francia, 1090 – 1153). Ingresó a la vida monástica cisterciense, incrementando su vida ascética y devota en plenos años de juventud. Fue elegido abad del monasterio de Claraval, allí mostró su carácter afable, conciliador y sobre todo, apostólico. Fue un gran defensor de la fe y su devoción a María le hizo ser autor de más de una obra en su honor. Se le considera el último de los Padres de la Iglesia, con el apelativo de ‘Doctor Melifluo’ (boda de miel)” “Durante treinta y ocho años fue abad del monasterio cisterciense de Claraval. Sus escritos reflejan a un gran místico, devoto de la Virgen María, a la cual dirigió bellas oraciones y reflexiones. Al mismo tiempo, supo estar al tanto de los asuntos de la Iglesia y asesoró a los Papas en la conservación de la doctrina y la lucha contra las herejías. Su espiritualidad se centra en la humildad de Cristo esplendor del Padre”
(La Liturgia Cotidiana, 20/08/2021, pág. 70).
El texto de hoy presenta atacando duramente a los fariseos y escribas. El evangelista Mateo coleccionó y sistematizó las recriminaciones que Jesús hizo a los dirigentes espirituales de su pueblo. Los escribas o letrados eran los doctores de la Ley de Moisés con reconocimiento oficial. Tenían gran influencia en la sociedad por su tarea específica de formar a los demás, dictar sentencias en los tribunales y determinar el sentido de la Ley y las normas de conducta. Era una clase que iba desplazando a la antigua aristocracia judía. El estudio de la Ley se hacía compatible con otra profesión que le favorecía para el sustento. Aunque el origen de los fariseos es un tanto oscuro, nos remontamos al tiempo de los Macabeos, siglo II antes de Cristo. Le antecedieron los Hasideos, defensores más entusiastas e intransigentes de la Ley, cuando tuvo lugar la helenización de Palestina (cf. 1 Mac 2,42).
Lo notable es que los fariseos del tiempo de Jesús estaban en esta misma línea: la Ley era absolutamente válida e intangible para ellos. Estaban convencidos de que en ella tenían todas las normas reguladas del orden religioso y civil, a nivel social como individual. Ellos mismos se consideraban como los puros, separados de los demás, constituyendo un grupo compuesto por laicos piadosos en general, y algunos especializados en la Ley, aunque llevándola a la interpretación literal, considerando su validez hasta en los mínimos detalles. Como se encargaban de la formación de los demás y de la administración de la justicia, tenían mucha influencia dentro de la estructura social. En esto tenían un punto de contacto con los escribas, es más, algunos escribas pertenecían a la secta de los fariseos.
Ambos grupos eran muy criticados por Jesús porque en el fondo eran opresores del pueblo: los escribas aplicando el peso de la Ley a los demás, aunque ellos eran poco escrupulosos y no presumían de ser santos; los fariseos por su puritanismo exclusivista, que habían quitado a la Ley todo su humanitarismo y prescindía de las necesidades del prójimo. Por ello, Jesús les menciona como hipócritas. Así como Moisés, los escribas y fariseos interpretaban la Ley y juzgaban a los transgresores. En este sentido, eran los continuadores de Moisés, de ahí que se dice que se sientan en la cátedra de Moisés, desde donde se daba la enseñanza. Lo que pasa es que estos jueces no eran un modelo de conducta a seguir.¿En qué cosas se les echa en cara? 1) Hicieron de la Ley un yugo insoportable para los demás (cf. Hch 15,10), pero los escribas que son especialistas en ella, siempre ponían alguna excusa para no cumplirla; 2) Obraban para ser vistos, para la apariencia y ser alabados, sin un principio interior y determinante de la conducta humana; 3) Las filacterias eran cajitas en las que llevaban escritos algunos pasajes cortos de la Ley (cf. Dt 6,11; Ex 13); se hacía así para enseñar la obediencia de la Ley y que no se olvidasen de sus preceptos; así también los flecos del manto (cf. Núm 15,38ss.), que el mismo Jesús se adaptó a ello (cf. Mt 9,20); 4) Ambición de figurar y ser respetados, con mucha soberbia y vanagloria por razón de su influencia. 5) Les gustaba que se les llame “Maestro”. La prohibición de Jesús que se lea desde Jer 31,34: cuando llegue la plenitud de los tiempos, todos serán enseñados por Dios. 6) ¿A quién llamaban padre? En este caso se ataca el privilegio del que tanto se gloriaban los judíos: porque llamaban padre a los patriarcas, como Abraham, (cf. Jn 8,33). Con Jesús se revela la paternidad de Dios y nuestra filiación, pues somos sus hijos amados.
Para los discípulos de Jesús la máxima dignidad es el servicio, cuanto mayor sea el servicio prestado, mayor dignidad y a mayor dignidad, mayor será el servicio exigido. El que se ensalza o se enorgullece será humillado por Dios y el que se humilla ante él será por él exaltado. Recordemos que a Dios le repugna la hipocresía y la soberbia. Esta crítica que hace Jesús a los escribas y fariseos es para que todo discípulo pueda estar en alerta, en vigilancia permanente. Quien esté buscando ser servido, no está en la línea de lo que enseña el Maestro, quien enseña a no mandonear, a no buscar ser jefe y querer dominar a los demás, sino ponerse a su servicio. Por eso enseña a no buscar los puestos de dignidad, alimentando la vanidad. Si Dios te regala un cargo importante para ser autoridad, sea en la Iglesia o en el gobierno, procura humillarte, como lo hizo Jesús, a quien se le llama Maestro y también lo es, pero que se puso a lavar los pies a sus discípulos, mostrando el ejemplo que se debe seguir en la vida cotidiana (cf. Jn 13,13-15).
Si eres miembro de la jerarquía, ponte al servicio de los hermanos, como nos lo enseña el Maestro diciéndonos “el mayor entre ustedes será el que los sirva”. Nunca nos equivocaremos si somos discípulos del Maestro Jesús, oyéndolo, obedeciéndolo, siguiendo sus preceptos y aprendiendo sus lecciones con actitudes de misericordia sirviendo siempre y a todos. No busquemos ser ensalzados ante los hombres, sigue la voz de tu conciencia que es la voz de Dios para no equivocarte. Las humillaciones muchas veces nos ayudan a estar bien ante los ojos de Dios, si las vivimos con amor y sin espíritu de venganza, lo ideal es vivir cada instante con sencillez el llamado y envío de ser sus discípulos misioneros de estos tiempos.


SÍGUENOS EN TODAS LAS REDES SOCIALES A TRAVÉS DE:

