“Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”

San Bartolomé, Apóstol (F)
Proclamen, día tras día, la salvación de Dios; anuncien su gloria entre los pueblos.
Sal 95, 2- 3


Audios originales tomados de: panversia.com
Primera Lectura
Lectura del libro del Apocalipsis
Ap 21, 9-14
9Un Ángel me dijo: «Ven que te mostraré a la novia, a la esposa del Cordero». 10 Me llevó en espíritu a una montaña de enorme altura, y me mostró la Ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios. 11 La gloria de Dios estaba en ella y resplandecía como la más preciosa de las perlas, como una piedra de jaspe cristalino. 12 Estaba rodeada por una muralla de gran altura que tenía doce puertas: sobre ellas había doce ángeles y estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel. 13 Tres puertas miraban al este, otras tres al norte, tres al sur, y tres al oeste. 14 La muralla de la Ciudad se asentaba sobre doce cimientos, y cada uno de ellos tenía el nombre de uno de los doce Apóstoles del Cordero.
P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Salmo Responsorial
Sal 144, 10-11. 12-13ab. 17-18
R/. Tus santos, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y la majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan
Jn 1, 45-51
“Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.”
En aquel tiempo, 45 Felipe encontró a Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret». 46 Natanael le preguntó: «¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?». «Ven y verás», le dijo Felipe. 47 Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez». 48 «¿De dónde me conoces?», le preguntó Natanael. Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera». 49 Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». 50 Jesús continuó: «Porque te dije: “Te vi debajo de la higuera”, crees. Verás cosas más grandes todavía». 51 Y agregó: «Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús
MEDITACIÓN
“Al saber que Cristo es el Camino seguro para llegar al Padre, haremos lo posible para que también los demás se dejen encontrar”
“(Siglo I) Bartolomé (hijo de Tolmai) fue uno de los doce apóstoles de Cristo y por lo tanto, testigo de muchas partes de su vida. Es identificado también como Natanael, cuyo llamado leemos en los evangelios (cf. Jn 1,47-51). Tras la ascensión del Señor y Pentecostés, algunas tradiciones marcaron su terreno de misión específico en Asia, habiendo pasado también por Egipto, Persia, Mesopotamia y la India, antes de morir desolado y decapitado en Armenia a manos del rey Astyages” “Fue uno de los primeros discípulos de Jesús, natural de Caná de Galilea. No tenemos más datos ciertos acerca de él, fuera de los poco que aparece en los evangelios. Hay muchas y numerosas leyendas sobre su muerte, que lo sitúan evangelizando en India, en Armenia o en alguna región de África”
(La Liturgia Cotidiana, 24/08/2021, pág. 80).
Dios puede valerse de muchos medios para llamar a alguien para seguirlo. A algunos los llama directamente, a otros los llama a través de acontecimientos de la historia, y a otros, a través de terceras personas. Cualquiera que reciba el llamado de Dios, se convierte luego en testigo del amor recibido y en un canal para que Dios siga llamando a otras personas. Si recibimos una gracia tan grande, seguro querremos que otros también la reciban. Al saber que Cristo es el Camino seguro para llegar al Padre, haremos lo posible para que también los demás se dejen encontrar. En el Evangelio según san Juan los discípulos son quienes toman la iniciativa de encontrar a Jesús, excepto en el caso de Felipe, a quien le dice “sígueme”. Andrés le confesó como Mesías y Felipe dice lo mismo con distintas palabras: hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés, en la Ley, y también los profetas, Jesús, el hijo de José, de Nazareth.
Existía una creencia de que el Mesías iba a aparecer de incógnito. ¿Este incógnito llegaría hasta el extremo de que viniese de Nazareth? Nazareth era un pueblo lejano y desconocido, sin nombrársele en el Antiguo Testamento, ¿podría llegar a ser el lugar del origen del Mesías en quien se cumpliesen las esperanzas de Israel? Es para ellos absolutamente increíble.Ser un verdadero israelita significaba reconocer a Yahvé por el único y verdadero Dios y ser fiel a la Ley de Dios (a su Palabra). Lo elogia diciendo que era “un hombre sin doblez”, es decir, alguien auténtico, quien no tenía malicia alguna en su corazón porque era fiel a Dios y a su Palabra. Es como decirle que era alguien sencillo, simple, veraz. Natanael le da a Jesús los dos títulos más importantes que un judío podía dar a alguien: “Hijo de Dios” y “Rey de Israel” (Jn 1,49). Con esto se confirma que Jesús reunió consigo a los verdaderos israelitas para iniciar a construir el nuevo pueblo de Israel. Es como un reclamo que está haciendo hacia aquéllos que no lo consideran como el Mesías, y por tanto actúan no como Natanael, sino con doblez y falsedad. Las palabras de la autopresentación de Jesús sobre el Hijo del hombre tienen su base en la visión de la escala de Jacob, quien llegó a ver una escalera que, apoyada en el suelo, alcanzaba el cielo y los ángeles de Dios subían y bajaban por ahí (cf. Gén 28,12). También se puede entender que subían y bajaban sobre él, pues Jacob es Israel. Además, en la creencia de ellos estaba que el Israel de la tierra (sería Jacob) tenía su representación en el cielo. Así como Jesús es la presencia del hombre celeste; sería como que el Jesús terreno es presencia del Jesús celestial, es su identidad. Así se nos manifiesta como el mediador entre el cielo y la tierra. Jesús es el “lugar” de la presencia de Dios, donde Dios se hizo presente. Y en un segundo momento, que presente al Hijo del hombre que viene en su gloria acompañado de sus ángeles (cf. Mc 8,38). Así, Jesús va cumpliendo todo lo que se había anunciado en el Antiguo Testamento y da sentido en unir en nuestra tierra la vida del cielo. Invitación a vivir en nuestra tierra el cielo.
Cierto que Dios toma la iniciativa de venir a nuestro encuentro, pero en tantas ocasiones lo hace a través de otras personas, utilizando la mediación humana para llegar a nuestro corazón. Más que nunca nosotros somos llamados a ser dóciles a hacer la voluntad de Dios, y no sólo sino a que la misma voluntad de Dios nos posea y nos conduzca hacia donde más quiere. Es dejarse todo en plena confianza y abandono a Dios, respondiendo al llamado de ser sus discípulos.


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