Lecturas del día y Reflexión al Evangelio de Hoy  jueves  25 de agosto  de 2022 «Lectio Divina»

“Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo”

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San Luis de Francia (ML). San José de Calasanz, presbítero (ML)

Inclina tu oído, Señor, respóndeme; salva a tu servidor que en ti confía. Ten piedad de mí, Señor, que te invoco todo el día.

Sal 85, 1. 3
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Audios originales tomados de: panversia.com

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios        

1 Cor 1, 1-9

Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, 2 saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro. 3 Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

4 No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús.

5 En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento, 6 en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes. 7 Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia. 8 El los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo. 9 Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
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Salmo Responsorial

Sal 144, 2-3. 4-5. 6-7

R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Señor

Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.

Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R/.

Encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tu justicia. R/.

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Evangelio

Lectura del santo evangelio según San Mateo

Mt 24, 42-51

“Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.”

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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 42 Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. 43 Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. 44 Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.

45 ¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno?
46 Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo. 47 Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. 48 Pero si es un mal servidor, que piensa: «Mi señor tardará», 49 y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, 50 su señor llegará el día y la hora menos pensada, 51 y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes

P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús

MEDITACIÓN

“El temor y la angustia no son obras de Dios, ni queridas por Él, sino lo que desea y nos da es la paz y serenidad de espíritu”

Luis IX (Poissy, 1214 – Túnez, 1270), hijo de Luis XVII, apodado ‘el León’ fue coronado rey tras la muerte de su padre y su gobierno fue caracterizado principalmente por su santidad de vida y su espíritu pacificador. Tanto creyentes como no creyentes vieron en él a un rey virtuoso, que sabía ser justo y además caritativo, entregado a la oración sin descuidar la responsabilidad encomendada. Se hizo terciario franciscano, Orden de la cual fue declarado posteriormente patrono, y así, en el día a día fue preparándose para recibir la corona que no se marchita”. “José de Calasanz fue un gran educador que fundó en el año 1597 la Congregación de clérigos de las Escuelas Pías, para dedicarse a la educación de los niños pobres. Comenzó con su actividad en los barrios más humildes de Roma. La congregación fundada por él se extiende hoy en muchos países. Es el patrono de las escuelas cristianas” .

(La Liturgia Cotidiana, 25/08/2021, pág. 82)).

El sentido fundamental de las parábolas que siguen es estar preparado por medio de una vida recta, por la práctica de las buenas obras. Hoy se acentúa el valor de la vigilancia y el seguimiento fiel. La primera advertencia se dirige a los discípulos, llamados a estar siempre vigilantes (cf. 1 Tes 5,2; 2 Pe 3,10; Ap 3,3). En este caso, la exhortación a la vigilancia presenta la imagen del mayordomo que el patrón puso a cargo de los sirvientes para que tuvieran el alimento a su tiempo. Es un llamado a los responsables de las comunidades, a quienes se les pedirá cuenta por el encargo que se les dio en relación a los más pequeños y necesitados. No sabemos el día ni la hora de su venida, aunque no nos tenga que desesperar, o crear en nosotros sentimientos o situaciones de angustia y temor, pero sí permanecer activos y en perpetua vigilancia y en una prudente y confiada espera.

El siervo es alguien elegido para una misión o cargo de responsabilidad. Jesús pide vigilancia a los responsables del nuevo pueblo de Israel, dirigentes de la Iglesia. Esta parábola está describiendo las obligaciones y actitud permanente de servicio del “siervo” elegido por el Señor, sin mencionar sus derechos y poderes. Aunque ciertamente si usa mal esa autoridad se convertiría en un déspota de mando desmedido y señorío ambicioso. Al alejarse del sentido con que Dios da, sería alguien que quiera mandonear y aprovecharse de los demás. Si el siervo se propone ser servido y no servir, se aleja de la misión que se encomendó.El temor y la angustia no son obras de Dios, ni queridas por Él, sino lo que desea y nos da es la paz y serenidad de espíritu, una amorosa confianza en su divina Providencia. Velar, estar atentos y prontos vigilando a través de la permanente oración; estar vigilantes sobre lo que nos podría apartar de Dios y de cumplir con nuestras obligaciones de alguna manera, es una manera de responder a la vocación de ser apóstoles. Estar vigilantes para que no se sujete en tu vida tu entendimiento, absorba tus pensamientos o entorpezca tu corazón y no obres con misericordia.

Vigilancia para que las ocupaciones cotidianas, los deberes de cada día no ocupen todo tu corazón, no lo abatan, por un lado, o no lo encanten, por otro, llevándolo al engaño e inutilizándolo. Pero atención, está fenomenal desarrollar la actitud de vigilancia, pero siempre sometiéndola a la Gracia de Dios, que se puede alcanzar a través de la oración. Que no sepamos el día ni la hora, hace que estemos esperando el momento siempre, lo cual genera en el creyente la posibilidad de ser constantes en responder con fidelidad por obra y gracia del Amor de Dios.

Si su Señor viene y lo encuentra no siendo fiel siervo, entonces se ganará un gran puesto de prestigio, pero entre los impíos, infieles, hipócritas y falsos. Si así resultare, se alejaría definitivamente de su Señor. Si tuviésemos alguna responsabilidad en alguna comunidad, y estamos actuando de esta manera, y no como verdaderos siervos del Señor, estamos a tiempo para corregir nuestra actitud. La parábola pone énfasis en la actitud vigilante del siervo a quien se le confió ser responsables de sus consiervos, de sus hermanos, del pueblo fiel del Señor.

¿Qué tiene que hacer en este caso el siervo? El siervo debe facilitar a sus hermanos (consiervos) las provisiones necesarias para seguir siendo también servidores, fundamentalmente que se cumpla la voluntad de Dios, Señor de todos, y así, todos sean congratulados en la fiesta de bodas, teniendo su lugar en la misma. En el fondo, es como una amonestación para los dirigentes del nuevo pueblo de Israel, para que no les ocurra lo que ocurrió en tiempos de Cristo en relación a los responsables del pueblo (cf. Lc 11,52). Lo que exigían los doctores de la Ley e imponían, su interpretación laxa y ridícula de la Ley, no posibilitaban ver ni su contenido ni al autor de dicha Ley. Y si había una interpretación pobre y minimizada del reino de Dios, no alentaba poder esforzarse para formar parte de él. Por tanto, al siervo responsable de la comunidad se le pide una actitud de permanente vigilancia y una inteligencia de Dios para orientar adecuadamente a los hermanos a entrar a su Reino. Estar preparados significa procurar en que no nos domine las cosas materiales o las obligaciones de orden temporal (de este mundo, sin trascender hacia Dios). “Dos cosas quiere y exige el Señor en sus servidores: la prudencia y la fidelidad; la prudencia para conocer cómo y cuánto dispensará lo que le fue confiado; la fidelidad para no usurpar, ni hacer suyo nada de cuanto pertenece al amo” (san Juan Crisóstomo

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