“Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador”

Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación. Inicio del mes de la Biblia
Ten piedad de mí, Señor porque te invoco todo el día. Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan.
Sal 85, 3. 5


Audios originales tomados de: panversia.com
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios
1Co 3, 18-23
Hermanos:18 ¡Que nadie se engañe! Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio. 19 Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. En efecto, dice la Escritura: “El sorprende a los sabios en su propia astucia”, 20 y además: “El Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos”. 21 En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a ustedes: 22 Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro. Todo es de ustedes, 23 pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.
P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Salmo Responsorial
Sal 23, 1b-2. 3-4ab. 5-6
R/. Del Señor es la tierra y cuanto la llena
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Lucas
“No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres”
Lc 5, 1-11
En aquel tiempo, 1 la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. 2 Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. 3 Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes».
5 Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes». 6 Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.
7 Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
8 Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador».
9 El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; 10 y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». 11 Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús
MEDITACIÓN
“Al escuchar la Palabra de Jesús y confiar en Ella obedeciéndola, el resultado será la abundancia”ón.”
“La naturaleza está llena de palabras de amor, pero ¿cómo podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia? Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea, cuya presencia no debe ser fabricada sino descubierta, develada” (Laudato Si’ 255). Oremos porque se cuide y respete la naturaleza y no suceda que se nos vuelva en contra porque la humanidad la va destruyendo.
Encontramos que Simón Pedro con sus compañeros pescadores con experiencia no tuvieron buen resultado en la pesca que estaban haciendo. Jesús sube a la barca de Simón, conocido ya por su suegra (cf. Lc 4,38-39) y enseña desde el lago. Manda a Simón y sus amigos para que no se queden en la orilla (superficie) sino que se adentren a las aguas profundas y enfrenten la adversidad para llegar hasta ahí. Hacen lo que les dice y obtienen un resultado prodigioso. El texto nos muestra que lo estaban haciendo con todas sus fuerzas y con todos los conocimientos y experiencias que tenían, pero el resultado igualmente no fue positivo. Eso nos enseña que nuestras facultades humanas son importantes y necesarias, pero absolutamente insuficientes para lograr el objetivo que Dios nos pide y que sólo con su Gracia y en su nombre se podría lograr.
Sin embargo, al escuchar la Palabra de Jesús y confiar en Ella obedeciéndola, el resultado será la abundancia: pudieron recoger gran cantidad de pescados. Esta situación de un resultado extraordinario, hace que se queden fascinados con la presencia del Maestro en medio de ellos. Entonces Jesús aprovecha para formar el grupo de los discípulos, quienes responden en seguir al Maestro seducidos por la manifestación extraordinaria una vez que confiaron en su Palabra.
Esa misma Palabra eficaz de Jesús convierte a Simón Pedro en “pescador de hombres” (Lc 5,10), para que tanto Pedro como sus compañeros abandonaran todo y siguieran a Jesús. Ciertamente la misión es tan grande y excede a las propias capacidades, lo que hace expresar a Simón su temor y hasta manifestar que es pecador. Es lo que esperaba Jesús: un pecador, que reconociese sus propias debilidades y limitaciones, siendo humilde para que deje obrar la Gracia en su vida. Cuanto más pequeño se haga más grande crecerá en él la Gracia de Dios. Por eso Jesús le dice para que no tenga miedo y se anime a ser misionero. Que enseñe desde la barca (figura de la Iglesia) de Pedro y desde ahí llamarlo para ser parte de su obra, anticipa la figura de roca de la Iglesia. Desde este texto nos muestra que Jesús ya no actúa solo, sino que estará acompañado de sus discípulos quienes lo seguirán y serán pescadores
de otras personas. Es aparente la inutilidad de la misión, pero la Palabra de Jesús hará que el resultado siempre sea “abundancia” si el discípulo es fiel y obediente. La Misericordia de Dios triunfará en quien escucha a Dios en toda su vida, quien se deja iluminar por su Palabra para discernir y tomar siempre las decisiones que reflejen la voluntad de Dios. El discípulo es el mensajero y enviado de Jesús, invitando a que todos avivemos nuestra conciencia misionera; la aparente inutilidad de la misión sigue siendo tan grande como al inicio del cristianismo, enseñándonos a no desesperarnos sino en confiar en la fuerza del envío de Jesús y en la presencia de su Espíritu; los discípulos continuarán lo que Jesús realizó: victoria sobre el mal, ayudar a los necesitados, dar esperanza en la vida eterna. El resultado de la pesca se sigue dando, cuanto más fieles y obedientes seamos, siempre será la abundancia.
No nos quedemos en las superficialidades, sino que vayamos a las profundidades para encontrar desafíos más grandes. Si Jesús es quien nos llama y envía, es porque confía en que seremos capaces de llevar a cabo la misión encomendada. Dios no llama a los inútiles, sino a los valientes, a quienes se arriesguen a enfrentar los sinsabores de las persecuciones en este mundo en que cada vez se vuelve más pagano, pero fundamentalmente anticristiano. Dios no llama a los capacitados para responder ya en plenitud con los principios y valores, sino que va capacitando a quienes llama con su Gracia para que en la medida en que nos dejemos inundar por su Amor nos impulse a entrar en las periferias existenciales y pasar las fronteras que se presenten. Aprovechemos este mes de la Biblia para leer, meditar, orar, contemplar y obrar desde la Palabra de Dios. Si se ofrecieren cursos bíblicos, acudamos y crezcamos en conocer más las Sagradas Escrituras, pues nadie ama lo que no conoce.

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