“Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres”

Santos Cornelio, papa, y Cipriano, obispo, mártires (MO
Los Santos derramaron su sangre por el Señor, amaron a Cristo en su vida, lo imitaron en su muerte y por eso merecieron la corona de gloria.

Audios originales tomados de: panversia.com
Primera Lectura
Lectura de la primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios
1 Cor 15, 12-20
Hermanos: 12 Si se anuncia que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo algunos de ustedes afirman que los muertos no resucitan? 13 ¡Si no hay resurrección, Cristo no resucitó! 14 Y si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes. 15 Incluso, seríamos falsos testigos de Dios, porque atestiguamos que él resucitó a Jesucristo, lo que es imposible, si los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. 17 Y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil y sus pecados no han sido perdonados. 18 En consecuencia, los que murieron con la fe en Cristo han perecido para siempre. 19 Si nosotros hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solamente para esta vida, seríamos los hombres más dignos de lástima.
20 Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos.
P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor

Salmo Responsorial
Sal 16, 1. 6-7. 8 y 15
R/. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor
Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R/.Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha. R/.Guárdame como a la niña de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R/.
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según San Lucas
Lc 8, 1-3
“Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios”.
En aquel tiempo, 1 Jesús recorría las ciudades y los pueblos predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce 2 y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; 3 Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que lo ayudaban con sus bienes.
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús

MEDITACIÓN
“Jesús tuvo un trato digno tanto con los varones como con las mujeres y les comunicó el mismo mensaje de salvación, de vida y de libertad”
En la época de Jesús las mujeres no podían participar en muchas actividades de la sociedad ni tampoco de las actividades del templo. Se tenían que quedar en casa, podían salir sólo con el permiso de su marido, y se les prohibía terminantemente hablar con varones. Sin derecho a la enseñanza de la Palabra de Dios ni podían ejercer liderazgo en sociedad ni en lo religioso. Tampoco podían entrar al interior del templo ni acudir al templo cuando estaban menstruando, ni tampoco cuando tenían recién hijo porque tenían las leyes de pureza ritual.
Ciertamente Jesús hizo progresos muy significativos en referencia a las mujeres, pero la situación legal no llegó a cambiar. Muchas mujeres llegaron a convertirse en fieles seguidoras de Jesús. Fue María, su mamá, quien lo educó e hizo posible para que respondiera con su primer milagro (cf. Jn 2,11); fue la samaritana quien proclamara la Buena Noticia (cf. Jn 4,1-26); muchas mujeres le acompañaron en la experiencia de la Pasión y Muerte (cf. Lc 23,49ss.), y las primeras en ser testigos de la Resurrección (cf. Lc 24,9ss.). Jesús siempre iba acompañado de los discípulos. La misión de Jesús era anunciar la Buena Noticia del Reino, proclamar el Mensaje de salvación, lo que le alimentaba de verdad y le motivaba a seguir concretando la voluntad del Padre. Predicaba por ciudades y pueblos, a todos les anunciaba la Buena Noticia de la salvación, aunque sabemos que privilegiaba hacia los pecadores. Anunciaba con hechos y palabras, haciendo signos y prodigios para el bien de las personas. Lo distinto a los otros maestros de su tiempo es que también tenía discípulas. En esa época consideraban que no estaba bien instruir a las mujeres (Lc 10,38-42). El evangelista Lucas es el único que cuando le menciona a Tabita, lo refiere con “discípula”, que es de la ciudad de Jafa (cf. Hch 9,36). Lo que nos muestra este texto es que las mujeres lo servían y lo ayudaban con sus bienes (cf. Lc 8,3), e incluso se dirá que fueron las primeras en hacer el anuncio de la Buena Nueva de la Resurrección de Jesús (cf. Lc 24,9.22-23).

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