Un hombre valiente con un corazón pacífico

Texto original: Hozana.org
11 de Noviembre
Año 304
Martín es un santo muy conocido en toda la cristiandad europea, que marcó a muchos cuando decidió compartir su manto de oficial con un hombre pobre, en una tarde fría de invierno. Nació en Hungría, y en un momento de su vida hizo parte del ejército Romano por obediencia a su padre. Se destacó por ser un hombre valiente, pero sobre todo, un gran discípulo de Cristo. Martín tenía muchos valores, y su principio de objeción de conciencia le hizo desacatar leyes y órdenes, pues tenía presente que un cristiano no puede derramar la sangre de sus semejantes, ni siquiera en la guerra. Además, su bondad lo llevó a convertirse voluntariamente en un escudo humano ante el adversario que amenazaba en aquel entonces. Sin armas, de manera sorprendente pudo ver al ejército enemigo dar la espalda y huir muy lejos. Posteriormente, dejó el ejército y se convirtió en ermitaño. No pasó mucho tiempo para que numerosos discípulos se le unieran en Ligugé, dando nacimiento a la primera comunidad monástica de Galia (Europa occidental). Mientras tanto, sus seguidores querían que fuera su guía, al haber recibido muchos favores y gracias del Señor por medio de él. Por tal motivo, el pueblo lo proclamó obispo de Tours, aunque se sentía indigno para ocupar dicho cargo. Fue así como Martín se convirtió en un gran evangelizador del territorio francés
Lo que se sabe de San Martín de Tours procede principalmente del libro «Vida de San Martín«, escrito por su discípulo Sulpicio Severo en 397, el cual fue un gran éxito en la Edad Media.
Martín nació en Sabaria, Panonia (una provincia romana de Hungría que hoy se conoce cómo Szombathely), en el seno de una familia pagana. De hecho, era hijo de un veterano del ejército romano quien estuvo al mando de una legión de 6.000 hombres, y tenía grandes ambiciones militares para su hijo. Por tal razón, lo hizo ingresar al ejército con tan sólo quince años de edad. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que Martin sintiera un profundo deseo de convertirse al cristianismo y dedicar su vida a Dios por completo.
En el invierno de 338, sucedió un acontecimiento que marcaría su vida para siempre: mientras estaba de servicio en Amiens (Francia), Martín encontró en su camino a un pobre hombre sin ropa y con mucho frío. Al no tener dinero para darle, decidió cortar su manto por la mitad y compartirlo con este necesitado. La noche siguiente, tuvo un sueño en el que Jesús se le apareció vistiendo la parte del manto que le había dado al pobre y le dijo: «Martín, hoy me cubriste con tu manto». Muy conmovido, Martín tomó la decisión de bautizarse unos meses después durante la vigilia de Pascua; para ese entonces tenía 22 años. Dos años más tarde, durante una batalla contra los francos, Martín se rehusó al llamado que le hizo el emperador para acabar con los invasores, y mostró su firme decisión de luchar para el ejército del Señor al presentarse ante el enemigo sin una sola arma. Milagrosamente, los francos pidieron la paz y la guerra cesó. Posteriormente, cuando por fin pudo dejar el ejército, Martín se hizo discípulo de San Hilario y acogió firmemente la vida religiosa.
A los 45 años, Martín fundó el primer monasterio de Galia en Ligugé (Francia), gracias a la ayuda de San Hilario de Poitiers. En el año 371, cuando tenía 55 años, los habitantes de Tours fueron a buscarlo al monasterio para nombrarlo obispo de Tours. No obstante, su nuevo cargo no le impidió seguir siendo un monje de corazón y fundar otro monasterio en Marmoutier (Francia), un lugar al cual acudía frecuentemente para meditar. Durante 26 años, Martín ejerció su cargo de obispo con gran caridad, ganándose así el cariño y respeto de todos. De hecho, en una ocasión volvió a regalar una de sus pertenencias a un pobre: esta vez entregó uno de sus ornamentos sacerdotales a un necesitado en la sacristía de la catedral. Cabe destacar que Martín evangelizó y luchó contra el paganismo en todo el territorio de Galia (Europa occidental), obtuvo muchas sanaciones y condujo muchas personas al cristianismo gracias a sus continuos actos de amor y misericordia,
Finalmente, murió el 8 de noviembre de 397, pronunciando sus últimas palabras: «Señor, si en algo puedo ser útil todavía, no rehuso ni rechazo cualquier trabajo y ocupación que me quieras mandar». Tras su muerte, miles y miles de personas procedentes de diferentes partes llegaron a Tours para ver su cuerpo, pues allí había sido llevado. Sorprendentemente, comenzaron a suceder muchos milagros en su tumba, la cual se convirtió en un lugar de peregrinación por excelencia. En el año 460 se construyó una hermosa basílica, mientras el culto a San Martín comenzó a extenderse rápidamente por toda Europa. De hecho, en varios países como Italia, Alemania, Inglaterra e incluso España, se pueden encontrar diversas dedicatorias a San Martín.
San Martín de Tours, también es conocido como San Martín de Loba o San Martín Caballero. Su fiesta se celebra el 11 de noviembre, y es considerado como el santo patrono de los herreros y de varias profesiones: de la guardia pública (policías, comisarios del ejército, soldados, guardia suiza pontificia), de los tejedores, de los fabricantes textiles y de los comercios. Además, es patrono en diversos países (Francia y Hungría) y ciudades del mundo (Buenos Aires- Argentina y Orense- España).
Influencia espiritual de San Martín
La vida de San Martín, tal como nos la cuenta Sulpicio Severo, muestra una espiritualidad caracterizada por varios aspectos:
La caridad: el memorable gesto de compartir el manto con un necesitado guió toda la vida de Martín, un hombre que aprendió a ver a Cristo en todos y a servir como se sirve a Cristo. No en vano durante la fiesta de San Martín se leen las palabras de Jesús en el evangelio «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo” (versión del Libro del Pueblo de Dios).
El anuncio de la fe verdadera: Martín fue un predicador incansable, instruido por el gran teólogo San Hilario de Poitier. Sus principios bíblicos lo llevaron a recordar la doctrina y luchar contra las herejías (especialmente el arrianismo y el paganismo, los cuales estaban muy presentes en la región de Galia en aquel entonces).
Misericordia: a lo largo de su vida, en condición de monje y obispo, Martín mostró misericordia con los pobres, los que sufrían y los que estaban necesitados, y llevó incansablemente las Buenas Nuevas por toda Galia. Además, era un hombre que tenía el poder de Cristo: hizo muchos milagros, sanó muchos enfermos (leprosos, paralíticos), expulsó demonios, resucitó a los muertos. Este poder taumatúrgico fue puesto en evidencia cuando los enfermos acudían a su tumba, pedían la intercesión del santo y recibían muchos milagros.
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COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE
10/01/2022 | Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre «Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación», del 16 de diciembre de 2017. En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas. Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís. Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio. Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación. Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado. Dr.Nicola Gori Postulatore della Causa. |

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