Una vida admirable, por corta que sea, puede dejar su sello indeleble. Este es el caso de Rosa de Viterbo: nació en 1233 en una familia pobre, con una malformación ósea que le impidió entrar en el cercano monasterio de las Clarisas.

6 DE MARZO
En Viterbo, en la Toscana, santa Rosa, virgen de la Tercera Orden de San Francisco, que, asidua en las obras de caridad, a los dieciocho años de edad consumó rápidamente el breve curso de su vida († 1253).
Los que nacen sin el esternón están condenados a morir dentro de tres años porque su esqueleto no puede sostenerse. Rosa alcanzará a vivir por 18 años, siempre agradeciendo a Dios, con una sonrisa, por el grande don de la vida. Al no poder llevar el hábito religioso, entró en la Tercera Orden Franciscana y comenzó a recorrer su ciudad, a lo largo y a lo ancho, con una cruz al cuello, llevando una vida de penitencia y de caridad hacia los pobres y los enfermos. El contexto histórico en el que se movió fue el de la amarga lucha entre los güelfos y los gibelinos, es decir, los partidarios del Papa Inocencio IV y los defensores del Emperador Federico II respectivamente. Fueron años de contrastes entre el Imperio y la Santa Sede y la ciudad de Viterbo estaba en el centro de ellos: debido a su firme decisión de apoyar al Papa, Rosa y su familia fueron exiliados en Soriano en el Cimino, hasta que, en 1250, el Emperador murió y la ciudad regresó bajo el gobierno del Papa.
Postrada por su debilitada condición física, Rosa también murió, probablemente el 6 de junio de 1251. Fue sepultada sin ningún féretro en la tierra desnuda de la iglesia de Santa María en Poggio. Ya en 1252 el Papa Inocencio IV pensó en hacerla santa y ordenó un proceso canónico, el cual, sin embargo, nunca comenzó. Su sucesor, Alejandro IV, que, al no sentirse ya seguro en Roma, se trasladó entretanto a Viterbo, recibió varias veces en sueños la visita de la joven Rosa y ordenó el traslado de sus restos a la iglesia de las Clarisas, monjas a las que se les confió la custodia y el culto y donde todavía es posible venerar su cuerpo, completamente incorrupto que permaneció ileso también después de un incendio en 1357.
Uno de los más brillantes ornamentos de la Tercera Orden de san Francisco, y de la santa Iglesia, fue la penitente y maravillosísima doncella santa Rosa, natural de Viterbo.
A los tres años recogiendo los pedazos de un cántaro que se le rompió a una niña, se lo devolvió entero; queriendo su padre ver el alimento que llevaba para los pobres, se convirtió el pan en rosas.
A los siete años se recogió en un aposento de su casa muy retirado, donde gastaba muchas horas en oración y maceraba su delicado cuerpo con tan ásperas penitencias, que se puso en grave peligro de perder la vida, y la hubiera perdido de no haberle traído del cielo la salud la Santísima Virgen, que, acompañada de coros de vírgenes se le apareció, y le ordenó que tomase el hábito de la tercera Orden seráfica.
La Santa al momento lo vistió con singular devoción. redobló sus admirables austeridades, mayormente después que se le apareció Jesús crucificado, cuya dolorosa imagen le quedó tan impresa en la mente y en el corazón, que la violencia del amor la traía como fuera de sí y la hacía correr por calles y plazas desahogando los ardores de su pecho y cantando las divinas alabanzas.
Por aquel tiempo afligían a la Iglesia numerosos enemigos, favorecidos por el emperador Federico Barbarroja; y santa Rosa teniendo solamente doce años, ilustrada con ciencia infusa, rebatió y confundió a los herejes con los más sólidos e irrefutables argumentos, despreciando los terrores de los sectarios, y la muerte misma que le quisieron dar.
Avergonzados, obtuvieron del gobernador de Viterbo que la arrojase de la ciudad so pretexto de que conmovía al pueblo. Caminando entre nieves y expuesta a perecer, llegó a Salerno, donde profetizó los prósperos sucesos que a poco se verificaron con la muerte del emperador.
Vuelta a su patria fue recibida por sus conciudadanos con increíble regocijo. Quiso retirarse a la soledad en el monasterio de santa Clara; y como no fuese admitida, dijo que, puesto que no la recibían viva, la recibirían muerta.
Para que no saliesen defraudados sus deseos de soledad y recogimiento, continuó en el retiro de su casa sus acostumbrados ejercicios de oración y penitencia, atormentando su inocente cuerpo con ayunos, cilicios y disciplinas, y esto con tanto mayor espíritu y fervor cuanto sentía más cercano el fin de su vida, que esperaba como el principio de otra eterna y bienaventurada en el cielo, adonde voló el alma purísima de la santa, el día 6 de marzo de 1252, a la temprana edad de sólo diez y ocho años.
Sepultaron el sagrado cadáver en el templo de santa María de Podio; pero a los pocos meses Alejandro VI, que se hallaba en Viterbo, amonestado tres veces por la santa, que trasladase su cuerpo al monasterio de santa Clara, lo hizo con triunfal magnificencia, cumpliéndose entonces el vaticinio que había hecho la santa cuando no fue admitida en aquel convento.
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CÓMO SOLICITAR LA RELIQUIA EN PEREGRINACIÓN
COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE
10/01/2022 | Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre «Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación», del 16 de diciembre de 2017. En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas. Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís. Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio. Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación. Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado. Dr.Nicola Gori Postulatore della Causa. |

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