“Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús.”
CUARTA SEMANA DE CUARESMA

Este es el servidor fiel y prudente, a quien el Señor ha puesto al frente de su familia.
Lc 12, 42

Audios originales tomados de: panversia.com
Primera Lectura
LECTURA DEL SEGUNDO LIBRO DE SAMUEL
2Sa 7, 4-5a.12-14a.16
En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: “Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: ‘Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino.
Él me construirá una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente’ “.
P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor

Salmo Responsorial
Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29
R/. Su linaje será perpetuo
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad». R/.«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades». R/.Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”.
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R/.
Segunda Lectura
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS
Rm 4, 13.16-18.22
Hermanos:
Si Abrahán y su posteridad recibieron la promesa de ser herederos del mundo, no fue por la ley, sino por la justicia que viene de la fe. Para que fuese un don, la promesa tenía que depender de la fe, y así quedar asegurada para toda la posteridad; no sólo para los de la ley, sino también para los de la fe de Abrahán, padre de todos nosotros.
Dice de él la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones.
Es decir, lo hizo padre nuestro el Dios a quien creyó, el Dios que da la vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen.
Abrahán esperó contra toda esperanza; creyó, y eso le valió para ser padre de muchas naciones, según le había sido dicho: Así será tu posteridad. Por eso le fue reputado como justicia.
P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor

Evangelio
Lectura del santo Evangelio según SAN MATEO
Mt 1, 16.18-21.24a
“José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo ´”
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús

MEDITACIÓN
“Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.”
“La Iglesia celebra hoy a su Patrono Universal: José de Nazaret, aquel varón justo y prudente a quien el Señor eligió como custodio del Redentor. Del linaje de David, según lo narran los evangelios, vivió con fidelidad su fe, tanto en el trabajo de cada día, como en el silencio del hogar nazareno, enseñando al propio Jesús los elementos esenciales para ser un hombre de bien. Desde su rol de padre adoptivo, vivió ejemplarmente su ser discípulo y servidor del Reino” (La Liturgia Cotidiana, 19/03/2022, San Pablo, Paraguay, pág. 64). “Es muy poco lo que sabemos de san José.
El evangelio nos cuenta que vivió en la aldea de Nazareth; era uno de los tantos hombres que se mantenían con sus trabajos de artesanos. Por lo tanto, podemos imaginar que habrá vivido como la gente de su pueblo, alternando el trabajo con las prácticas de fe, ‘peleando’ para que el taller rindiera entre los impuestos romanos y los tributos religiosos. El Evangelio narra el importante papel que tuvo para posibilidad la llegada de Jesús a nuestro mundo, pero nada nos dice de él durante el ministerio público de Jesús. Es el patrono de los padres de familia, de los tesoreros y de los trabajadores. Su protección se invoca especialmente sobre los matrimonios que adoptan niños” (La Liturgia Cotidiana, 20/03/2023, pág. 62).
San José fue elegido por Dios para custodiar la vida de Jesús y podríamos decir que también recibió la misión de custodiar la vida del Cuerpo de Jesús, la Iglesia (cf. Juan Pablo II, Exhortación apostólica, Redemptoris Custos, Introducción -15/08/1989-). El tema es que José fue obediente a lo que le dijo el ángel (es gráfica la imagen de José durmiendo y recibe en revelación por el Ángel lo que debía hacer, que se ha promocionado en estos últimos tiempos) y llevó con él a su mujer (cf. Mt 1,24). José fue encargado de la educación y protección de Jesús y María. Su paternidad la ejerce en servir a la Persona y Misión de Jesús, cooperando en estos últimos tiempos en el misterio de la Redención como ministro de la salvación como lo dijo San Juan Crisóstomo. Se donó totalmente para servir con su vida y trabajo sacrificándose a que se concrete la salvación. Es considerado varón justo y prudente, quien recibe el mandato de Dios para cuidar como papá puro, casto, con augusta dignidad, acompañar en la educación de Jesús, quien le obedeció en todo como papá legal en la tierra. El Papa Francisco, en Patris Corde, expresa así una oración a san José: “Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén”. El nacimiento de Cristo se narra como algo milagroso, pues María concibe a Jesús sin tener relaciones con varón, sino por obra del Espíritu Santo, remitiendo esto al poder creador de Dios. Se pone énfasis en esa concepción milagrosa y hablando de las consecuencias de ese hecho. Lo primero que se menciona es el desconcierto de José. María y José estaban desposados, que según la ley judía significaba un contrato o compromiso para el matrimonio que ya se había sellado seriamente. El compromiso llegaba a concretarse totalmente con la ceremonia de la boda llevando luego a la novia a vivir a la casa del novio. Mencionamos que la ley judía no consideraba pecado serio la relación sexual tenida entre los novios desposados en este tiempo que transcurría entre el desposorio y el casamiento. Y si eventualmente naciese un hijo en ese tiempo intermedio, de contrato o compromiso, ese hijo era considerado legítimo.
Si tenemos en cuenta la ley judía, que María esté embarazada le generaba problemas a José. Suponemos que él sabía de lo ocurrido, pues no existe razón alguna para que María le ocultase la situación. ¿A qué se debe entonces la duda? La duda no fue sobre la culpabilidad o inocencia de María, sino sobre el papel que él tenía que desempeñar en todo aquello. Aunque no se hayan casado todavía María y José, el compromiso hacía que, al estar embarazada, ella fuera considerada que cayó en adulterio (cf. Dt 22,20-21). El autor clarifica que el hijo no es fruto de la unión carnal, sino por obra del Espíritu Santo (cf. Mt 1,20), evidenciando que además de cumplirse las promesas, se desbordan todas las expectativas con la concepción y el nacimiento de Jesús. Lo que pasa con la concepción y nacimiento de Jesús, por obra del Espíritu Santo, siendo el Mesías, el Salvador, no había ocurrido nunca en la historia de la humanidad. Es pura iniciativa, intervención y poder divinos que priman en el acontecimiento que marca un antes y un después.
Con relación a José, existe una intervención sobrenatural con la aparición del ángel, clarificando el hecho, pues deberá poner nombre al niño, tiene que ser su padre legal (porque era el papá quien ponía el nombre del niño), y al saber su rol en el matrimonio, termina su turbación o duda, asumiendo plenamente lo que Dios le estaba pidiendo. Del anuncio del ángel a José encontramos un resumen del Nuevo Testamento, pues Jesús salvará al pueblo de sus pecados. El Antiguo y el Nuevo Testamento mencionan “perdón de los pecados”, queriendo decir no la falta concreta sino el resumen de toda la acción salvadora de Dios. La aparición de Jesús une entre Dios y los hombres, su vida y actividad fueron y sigue siendo el “Dios con nosotros”.
De esto se valdrán las comunidades cristianas para afirmar la fe en la virginidad perpetua de María. Que José es el varón justo, nos quiere decir que es santo. Así, nos ilumina para que seamos justos, santos con Dios y con el prójimo, seamos sencillos en el servicio de acompañar a las personas. Celebrando su gran día, como esposo de la Virgen María, pidámosle que interceda por cada uno de nosotros, por nuestras familias, así como él cuidó de María y Jesús, siendo fiel totalmente a la voluntad de Dios.


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