“Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes”
Martes Santo

No me entregues, Señor, a la furia de mis adversarios, porque se levantan contra mis testigos falsos, hombres que respiran violencia.
Sal 26, 12
Audios originales tomados de: panversia.com
Primera Lectura
LECTURA DEL LIBRO DEL PROFETA ISAÍAS
Isaías 49, 1-6
Escúchenme, islas lejanas, pongan atención, pueblos. Yavé me llamó desde el vientre de mi madre, conoció mi nombre desde antes que naciera.
Hizo de mi boca una espada cortante y me guardó debajo de su mano. Hizo de mí una flecha puntiaguda que tenía escondida entre las otras. El me dijo: «Tú eres mi servidor, Israel, y por ti me daré a conocer.»
Mientras que yo pensaba: «He trabajado en balde, en vano he gastado mi fuerza.» Yavé, sin embargo, protegía mis derechos, mi Dios guardaba mi salario, pues soy importante para Yavé, y mi Dios se hizo mi fuerza.
Y ahora ha hablado Yavé, que me formó desde el seno materno para que fuera su servidor, para que le traiga a Jacob y le junte a Israel: «No basta que seas mi siervo para restablecer a las tribus de Jacob, o traer sus sobrevivientes a su patria. También hago de ti una luz para las naciones, para que mi salvación llegue hasta el último extremo de la tierra.»
P/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor

Salmo Responsorial
Sal 70
R/. Mi boca contará tu salvación, Señor
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre.
Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído y sálvame. R/.Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R/.Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan
Jn 13, 21-33.36-38
“Adonde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás”
En aquel tiempo, Jesús se conmovió en su espíritu y dijo con toda claridad: «En verdad les digo: uno de ustedes me va a entregar.» Los discípulos se miraron unos a otros, pues no sabían a quién se refería. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba recostado junto a él en la mesa, y Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara de quién hablaba. Se volvió hacia Jesús y le preguntó: «Señor, ¿Quién es?».
Jesús le contestó: «Voy a mojar un pedazo de pan en el plato. Aquél al cual se lo dé, ése es.» Jesús mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. Apenas Judas tomó el pedazo de pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto.» Ninguno de los que estaban a la mesa comprendió por qué Jesús se lo decía. Como Judas tenía la bolsa común, algunos creyeron que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta.», o bien: «da algo a los pobres.» Judas se comió el pedazo de pan y salió inmediatamente. Era de noche. Cuando Judas salió, Jesús dijo: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre y Dios es glorificado en él. Por lo tanto, Dios lo va a a introducir en su propia Gloria, y lo glorificará muy pronto.
Hijos míos, yo estaré con ustedes por muy poco tiempo. Me buscarán, y como ya dije a los judíos, ahora se lo digo a ustedes: donde yo voy, ustedes no pueden venir.
Simón Pedro le preguntó: «Señor, ¿adónde vas?» Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde.» Pedro le dijo: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida por ti.» Jesús le respondió: «¿Dar tú la vida por mí? En verdad te digo que antes de que cante el gallo me habrás negado tres veces.»
P/ Palabra del Señor
R/ Gloria a ti, Señor Jesús

MEDITACIÓN
“Así como Pedro negó a Jesús tres veces, también nosotros lo negamos cuando nos vamos detrás de otros dioses del momento”
Después del lavatorio de los pies, Jesús les anuncia la traición de uno de ellos. Dos de sus discípulos lo niegan, uno lo entrega para que lo maten: Judas Iscariote; y Pedro lo niega cuando todo está complicado. Juan aprovecha la escena para demostrar a sus lectores que Jesús tenía un conocimiento sobrehumano de cuanto iba a pasar. Conoce el nombre del traidor, quien no puede actuar sino sólo cuando Jesús le ordena hacerlo. Acá se nota que detrás de Judas estaba Satanás, quien lo impulsa a concretar lo planeado. Siempre detrás de la traición, del pecado, estará Satanás tentándonos para concretar esa intención. Pues al final, cada quien es libre de decir sí o no. Judas era libre de renunciar a caer en ser traidor, pero decidió traicionar y eso lo llevó a la amargura y a la muerte.
Judas abandona el lugar donde está Jesús con su comunidad y termina presa de las tinieblas de la noche (cf. Jn 13,30). Indica que al alejarse de Dios y de la comunidad, se entra en la oscuridad, bajo el dominio de Satanás, que llevará a quien esté bajo su dominio, a destruir todo proyecto de Dios, y destruirse finalmente. ¡Qué fácil es traicionarte Señor!¡Cuántas veces hemos traicionado a un amigo, a un hermano, a un compañero delatándolo o difamándolo!¡Cuántas veces traicionamos a la patria, siendo infieles a través de la corrupción, muy actual en todos los tiempos!
Se da el nombre de noche a una experiencia espiritual profunda y prolongada, caracterizada por la sensación de aridez, oscuridad, vacío, vivida e interpretada como ausencia y abandono de Dios. San Juan de la Cruz trata del tema en todos sus escritos, y, de manera sistemática, en el poema y libro de la Noche oscura. Él analiza y organiza con originalidad los varios planos: simbólico, místico, teológico, pedagógico. La noche encierra oscuridad, inactividad, peligros, purificación e iluminación. Cabe resaltar que la cena era de noche y cuando Juan habla de la noche hace referencia a la falta de la luz, pues Jesús es la Luz del mundo (cf. Jn 8, 12). La noche es ámbito del mal, de la inseguridad, relacionado a la falta de fe. Cuando alguien nos dice en guaraní “iñypytû, ndahecháimba’eve” (todo está oscuro, no veo nada), nos expresa que se siente incapaz de ver una salida, incapaz de decidir adecuadamente. Cuando prevalece la noche, no puede salir bien algo que se piensa proyectar, porque no hay claridad en el camino y tampoco se puede ver la meta.Delante de la oscuridad en un mundo utilitarista, donde prima el “use y tírelo”, Jesús nos llama a ser “luz del mundo” (Mt 5,14), iluminando el ambiente que le toque vivir a cada uno. Todos iluminamos con nuestra actitud positiva, soñadora, respetuosa, bondadosa, generosa y esperanzadora. Es la actitud de tantos hermanos en este tiempo de adversidad, quienes no se dejan vencer por el desafío que implica estos tiempos, sino que explotando toda la inteligencia y creatividad que Dios les regaló ponen al servicio del bien de la humanidad, ayudando con un “sí se puede” a pesar de que parezca imposible. Es la actitud de todo creyente, quien ya recibió la luz del Espíritu Santo, y sabe que Dios nunca lo abandona, pues Él nunca abandona a sus hijos.Compartiendo con los hermanos nuestra vida, gozos, esperanzas, alegrías como dolores, angustias y tristezas, se ilumina la vida de cada uno al sentirnos partes de las experiencias maravillosas que Dios nos regala.
Se encuentra mucha diferencia entre las negaciones de Pedro y la traición de Judas; Pedro más bien tuvo miedo y eso lo impulsó a negar a su Señor, sin embargo, Judas pensó, planificó de antemano con malicia para traicionarlo. Aunque en ambos casos, se manifiesta la debilidad del ser humano, tentado y cayendo en la tentación del pecado traicionando y negando. Es un gran llamado a evaluar nuestra vida de fidelidad a Dios y perseverancia en la vida de fe. Con la traición de Judas, todos nos quedamos cuestionados y desafiados, porque somos débiles y limitados, porque también nosotros podemos caer como él traicionando al amigo.
Pedro, no tiene conciencia de su debilidad y promete fidelidad (cf. Jn 13,37). Jesús le dice que lo negará y así pasó, protesta porque dice que lo seguirá hasta dar la vida por Él y, sin embargo, pocas horas después lo negará. Sabemos que la gran diferencia de Pedro con Judas es haberse arrepentido y así como gran pecador que es, al aceptar al Mesías en su vida, el Señor le confió su Iglesia. Así como Pedro negó a Jesús tres veces, también nosotros lo negamos cuando nos vamos detrás de otros dioses del momento, detrás de los placeres, detrás del dinero, del prestigio, del poder, detrás de los bienes materiales, olvidándonos de Él, dejándole al mismo Dios en segundo plano, cuando sentimos vergüenza de manifestar que somos cristianos.
Es de destacar la actitud del discípulo amado, amigo cercanísimo de Jesús, quien se recuesta en su pecho. Es visible que, en medio de una situación complicada, de negaciones y traiciones, la confianza y la cercanía de una persona amiga reconforta el alma. Es un amigo que pregunta, dialoga, se recuesta, es alguien en quien apoyarse totalmente. El discípulo amado nos anima a valorar al amigo que Dios nos regaló y a dejar que se acerque porque el amigo comprende y acompaña en las buenas y en las malas.


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