Carlo Acutis, una vida que alcanzó la santidad

Un chico normal, con sus defectos y virtudes, que luchó por colocar a Dios en primer lugar y que usó internet para evangelizar. 

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9 de mayo

Hay Santos para todos los gustos, patrones para todas las profesiones, pero faltaba un Santo patrono de Internet. Este sábado, Carlo Acutis será declarado beato en Asís, su “lugar favorito en el mundo”. 

 

Un chico normal, con sus defectos y virtudes, que luchó por colocar a Dios en primer lugar y que usó internet para evangelizar. Antonia Salzano, madre de Carlo, abre su corazón sobre aquello que más le impactó de su hijo, y su gran amor a la Eucaristía. Amor que le llevó a pasar horas y horas de trabajo de investigación para crear una página web y una exposición con los principales milagros eucarísticos que, hoy todavía sigue siendo visitada por miles de personas de todo el mundo. Y no es para menos, como él decía, “La Eucaristía es mi autopista hacia el cielo”.

Carlo fue mi salvación

“Carlo fue mi salvación”, revela su madre. El amor apasionado que su hijo sentía por Jesús, llevó a que esta mujer, joven, exitosa, de una familia intelectual y alejada de la fe, se cuestionara su forma de vivir. Había ido tres veces a Misa en su vida: su Bautismo, su primera Comunión y la boda. Hasta que el pequeño Carlo, de cuatro años, la llevó a “entrar en las iglesias para decirle ‘hola’ y mandarle ‘besos’ a Jesús en la Cruz”. Se apuntó a unas clases de teología para responder a las miles de preguntas de su inquieto hijo y poco a poco tuvo una conversión. Habría que matizar aquí que fue su niñera polaca, Beata, quien le habló primero de Dios. Quizá fue ella la responsable de todo.

La piedad del pequeño no hacía más que crecer y a los 7 años recibió su primera comunión en el silencio del monasterio de Bernaga en Perego, para evitar distracciones.  Desde entonces, Carlo asistía a Misa diaria, rezaba el Rosario y dedicaba un rato de adoración antes o después de la Eucaristía. “No hablo con palabras, solo me recuesto sobre su pecho, como San Juan en la Cena”, así describía su forma de orar.

Hoy, Carlo sigue evangelizando a la familia. Antonia tuvo mellizos en 2010, Francesca y Michele, cuando ya había cumplido 44 años, cuatro años después de la muerte de su hijo. Los mellizos siempre han escuchado hablar de su hermano, así que para ellos es natural tener un Santo en la familia. “Son niños muy devotos y aunque se pelean por ver quien reza el rosario, son muy especiales. Estoy segura de que Carlo está intercediendo por ellos desde el cielo” dice su madre.

Su gran amor por la Eucaristía

La Feria de Rimini, el mayor evento cultural católico italiano, organizado por Comunión y Liberación, con una masiva participación de jóvenes, fue donde Carlo se inspiró para su gran proyecto. En este festival de exposiciones y encuentros que profundizan sobre la sociedad, la cultura y la fe, nace en Carlo el deseo de crear una exposición sobre los distintos milagros eucarísticos que tuvieron lugar en la historia. Su trabajo de investigación, que comenzó cuando tan solo tenía 11 años, dio como resultado una obra que explica los hechos milagrosos en torno a la Eucaristía en 20 países, con 160 paneles que pueden descargarse de Internet en su web http://www.miracolieucaristici.org y que han recorrido más de 10.000 parroquias en todo el mundo. Su madre no oculta su emoción al contar lo impresionante que era “ver a un niño tan joven pasar horas y horas trabajando con el ordenador en vez de jugar a los videojuegos o con sus amigos. Quería que todos amasen a Dios y comprendieran que “la Eucaristía es lo más increíble que hay en el mundo”. Y más que impresionante, porque para su obra agotó 3 ordenadores y pidió a sus padres acompañarle por un viaje por toda Italia y parte de Europa para recabar material fotográfico.

Las luchas de Carlo

Carlo era un poco “glotón y goloso, porque le encantaba comer Nutella y helados” dice su madre entre risas, porque cuando se le pregunta sobre Carlo, tiene muchísimas anécdotas que contar. Recuerda que hubo un momento que comer tanto hizo que ganara eso y engordó, lo que le llevó a adquirir un sentido del equilibrio y luchó por la virtud de la templanza. Le habían regalado un diario que utilizó para su mejora personal, colocando notas por su comportamiento, por ejemplo, “cómo me comporto con mis padres, compañeros y profesores”. Esto demuestra “la lucha que tuvo consigo mismo, era muy estricto y no dejaba pasar ni una” dice Antonia, mezclando italiano, español e inglés.  Carlo tenía también detalles con las señoras que venían a limpiar la casa. Algunos de los cuales están grabados en la memoria de Antonia: “A pesar de que era su trabajo, a Carlo no le parecía bien que tuvieran que recoger su desorden. Intentaba despertarse un poco antes para tener la habitación limpia y hacer la cama”. La revista Huellas recoge el testimonio de uno de los empleados del hogar: “Rajesh era hindú. Entre él y Carlo nació una profunda amistad, hasta el punto de que Rajesh se convirtió y pidió recibir los sacramentos. Cuenta Rajesh que: «Me decía que sería más feliz si me acercaba a Jesús. Pedí el Bautismo cristiano porque él me contagió y cautivó con su profunda fe, su caridad y su pureza. Siempre le consideré como alguien fuera de lo normal, porque un chico tan joven, tan guapo y tan rico normalmente prefiere llevar una vida distinta».

Cosas sencillas, pequeños detalles que mejoraban la vida de los demás. En este sentido, su madre cuenta impresionada la “caridad y la generosidad que Carlo tenía con todos” que es lo que contesta cuando se le pregunta sobre lo que más le impactaba de su hijo. Con sus primeros ahorros le compró un saco de dormir a un mendigo que siempre veía camino de Misa. En su cuaderno de apuntes personales escribió: “La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios. La conversión no es otra cosa que desviar la mirada desde abajo hacia lo alto. Basta un simple movimiento de ojos”.

Paralela a la gran labor entre sus compañeros, Carlo también tenía que luchar por una tendencia natural a hacer “el payaso” y hacer reír a la clase, incluso a sus profesores. Pero se daba cuenta que molestaba, de modo que se esforzó en mejorar en este aspecto también. Solía decir: “De qué sirve ganar 1.000 batallas si no puedes vencer tus propias pasiones. La verdadera batalla tiene lugar dentro de nosotros mismos”.

Sobre el tema de la castidad, la madre cuenta como Carlo “tenía muchas chicas que estaban enamoradas de él: era un joven guapo, rico y con éxito. No le hubiese sido difícil tener muchas novias si hubiese querido”. Pero era consciente de la “gran dignidad de cada ser humano y de que cada persona refleja la luz de Dios”. Estaba verdaderamente convencido de que “el cuerpo es templo del Espíritu Santo”. En esa línea tenía claro, reflexiona Antonia, “que la sexualidad era algo muy especial y que tenía que ser para el propósito que Dios la había creado”. Así que solía hablar con sus compañeros de clase y los animaba a la castidad. Le dolía mucho ver cómo los jóvenes usaban la pornografía para su propio placer, lo que era una falta de caridad y de alguna manera, “era traicionar el proyecto que Dios tenía para ellos”. Su madre explica que Carlo se confesaba con frecuencia, ya que “igual que para viajar en globo hay que descargar peso, también el alma para elevarse al Cielo necesita quitarse de encima esos pequeños pesos que son los pecados veniales”.

Un milenial muy Santo

“Hay algo muy oscuro de Internet que puede ser transformado si la tecnología es usada para un buen propósito” dice Antonia, “Carlo lo hizo para evangelizar y es un gran signo de esperanza”. No puede más que enorgullecerse de la gran labor que hizo su hijo con la tecnología y por ser ejemplo para tantos jóvenes de su generación. Carlo les decía a sus amigos que para ellos también había “un propósito especial de Dios desde la Eternidad”. Y que ellos también pueden hacer mucho más de lo que él hizo, “pueden ser Santos, lo importante es quererlo”, les decía.

El Papa Francisco habla del futuro beato en su exhortación apostólica “Christus Vivit”. En este documento, publicado tras el sínodo de los Obispos que tuvo como eje central a los jóvenes, su Santidad menciona el riesgo del mundo digital que puede colocar a los jóvenes “en el riesgo del ensimismamiento, aislamiento o del placer vacío”. En ese sentido, cita a un joven “creativo y genial”, el venerable Carlos Acutis, quien “sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo u obsesionados con el tiempo libre”. En cambio, él fue capaz de usar las “nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio y para comunicar valores y belleza”.

El Papa Francisco alaba en ese sentido al nuevo beato que “no cayó en la trampa. Veía a muchos jóvenes que terminan siendo más de lo mismo, corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de mecanismos de consumo y atontamiento. De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor les ha dado”. Y efectivamente, Carlo decía refiriéndose a esto que “todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”.

Inesperadamente…

Verano de 2006 y Carlo le pregunta a su madre: “¿Crees que debo ser sacerdote?” Ella le responde: “Lo irás viendo tú solo, Dios te lo irá revelando”. Ese comienzo de curso no se encontraba bien… parecía una gripe normal. Nadie se lo esperaba. Al entrar en el hospital, confió a su madre: “De aquí ya no salgo”. Efectivamente, se le diagnosticó una de las peores leucemias, de tipo M3. Diría a sus padres: “Ofrezco al Señor los sufrimientos que tendré que padecer por el Papa y por la Iglesia, para no tener que estar en el Purgatorio y poder ir directo al cielo”. Pidió la Unción de Enfermos y murió el 12 de octubre. En el funeral no cabía nadie más: muchas personas que la familia no había visto en la vida. Y es que Carlo, a escondidas, había ayudado a un innumerable número de almas, como inmigrantes y personas sin techo en la calle, con quienes compartía su comida. ¡En el funeral había muchísimas personas sin recursos! “Un montón de gente me hablaba de Carlo, y yo no sabía nada. Me daban testimonio de la vida de mi hijo, y yo me sentía huérfana”, confiesa Antonia.

El milagro

“¡Quiero parar de vomitar!”. La petición de un niño brasileño de seis años que debido a una malformación no podía dejar de vomitar y su total e inexplicable curación, en el momento de hacer la oración al venerable Carlos Acutis es considerado milagro suficiente para que el venerable pase a la fase II, la beatificación. El 18 de octubre de 2019, el equipo técnico de médicos de la Congregación para la Causa de los Santos recibió el dossier del presunto milagro acaecido en Brasil. El 14 de noviembre de 2019, dio un dictamen positivo.

Los hechos tuvieron lugar el 12 de octubre de 2010 en la capilla de Nuestra Señora Aparecida de Campo Grande, Brasil. Exactamente cuatro años después de la muerte de Carlo. Un niño que sufría un páncreas anular se acercó a besar una reliquia del futuro beato. El Padre Tenorio, vice postulador de la Causa de Carlos Acutis señaló que “la enfermedad causaba que el niño vomitara todo el tiempo, lo que le debilitaba mucho puesto que todo lo que comía lo devolvía”.  En la fila para la bendición de la reliquia, el niño le preguntó al abuelo lo que debía pedir a lo que éste contestó: “dejar de vomitar”. Desde ese momento ya no vomitó más y las pruebas médicas demostraron que estaba completamente curado.

Monseñor Ennio Apeciti, responsable de la Oficina para las Causas de los Santos de la Archidiócesis de Milán, dijo: “su fama de Santidad se ha difundido por todo el mundo, de forma misteriosa, como si Alguien quisiera darlo a conocer. En torno a su vida ha sucedido algo grande, frente a lo cual me arrodillo”. “Está siendo sacerdote desde el cielo”, dice su madre, “él, que no conseguía entender por qué los estadios estaban llenos de gente y las iglesias vacías, repetía: ‘tienen que ver, tienen que entender’”.

Las frases motivadoras

Muchas son las frases motivadoras que el Beato Acutis dejó y que hoy sus fieles repiten e incluyen entre sus oraciones. Su pasión por la tecnología y su fe hicieron que se lo conociera como el “ciberapóstol de la Eucaristía” y que se lo mencionara como el “primer influencer de Dios”, ya que utilizaba el poder de internet para llevar su Palabra a todos lados.

De ese modo, y a través de las clases de catequesis que dictaba a niños y jóvenes, logró ser el nexo entre la fe religiosa y las nuevas generaciones.

Carlo Acutis, el primer beato que yace en su tumba vestido con jeans, zapatillas y campera deportiva (Photo by IPA/Sipa USA)

1) “Estoy feliz de morir, porque he vivido mi vida sin perder un minuto en aquellas cosas que no agradan a Dios”

Carlo Acutis tenía 15 años cuando un día despertó sintiéndose mal. Pensó que se trataba de una gripe, pero los síntomas empeoraban con el correr de las horas. Tuvo que ser internado de urgencia y, a los tres días, llegó el resultado de uno de los estudios médicos: leucemia, en su grado más agresivo y en estado terminal. Lejos de desesperarse y de centrarse en él, calmó a sus padres y se preocupó porque ellos estuvieran tranquilos.

2) “De aquí, ya no salgo”

Sus padres revelaron que esas fueron sus palabras apenas ingresó al Hospital San Gerardo de Monza, en Italia. A pesar de que al principio parecía ser un cuadro simple, Carlo tenía en claro que su vida se estaba apagando y que no volvería a salir con vida de esa internación.

3) “Hay gente que sufre mucho más que yo”

Con esa frase, Acutis quiso tranquilizar a sus padres y, también, a los médicos y enfermeras, que sabían con certeza los dolores insoportables que padecía por la leucemia y el calvario que soportó mientras duró su enfermedad.

El adolescente murió en menos de 10 días. Antes, había pedido que un sacerdote le diera la Unción de los Enfermos.

4) “Estoy predestinado a morir”

Varios meses antes de su muerte y cuando se encontraba en perfectas condiciones de salud, el Beato Acutis grabó un video con su celular, donde anunció su muerte. Sin embargo, esas imágenes no fueron vistas por nadie hasta después de su fallecimiento.

Una noche, su madre se despertó con una voz. Corrió al cuarto de su hijo pensando que podría tratarse de alguna señal de su hijo, prendió la luz y no vio nada. Pero encendió la computadora: allí, apareció el video -que se viralizó en las redes sociales- ante la atónita mirada de Antonia, que no podía creer lo que sus ojos veían y sus oídos escuchaban, porque varias veces la había revisado luego de su muerte, para conocer aún más la intimidad de su hijo.

5) “Ofrezco todo el sufrimiento que tendré que sufrir por el Señor, por el Papa y por la Iglesia para no tener que estar en el Purgatorio e ir directo al Cielo”

Se trató de la última frase que Carlo Acutis dijo antes de morir acompañado por sus padres. Con esas palabras, buscó ser recibido en los brazos de Dios y le ofreció todo el dolor que padeció durante la enfermedad, para no tener que pasar por el Purgatorio.

6) “La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios. La conversión no es otra cosa que desviar la mirada desde abajo hacia lo alto. Basta un simple movimiento de ojos”

Esta frase fue encontrada por su madre, Antonia Salzano, mientras revisaba el diario íntimo de su hijo fallecido. Con apenas 3 años, le pedía que lo llevara a la Iglesia a “saludar a Dios” y, apenas unos años después, se enfocó de lleno en la caridad, pero sin que sus padres de enteraran hasta después de su muerte.

Con la mensualidad que recibía, el Beato Acutis, compraba colchones y alimentos para las personas que vivían en la calle. La totalidad del dinero que su familia le regalaba lo destinaba a los pobres como una manera de acercarse aún más a Dios.

7) “¿De qué sirve ganar mil batallas si no puedes vencer tus propias pasiones? La verdadera batalla tiene lugar dentro de nosotros mismos”

Esta frase, escrita de su puño y letra, también fue encontrada por su madre, quien explicó que su hijo intentaba mejorar en todos los aspectos de su vida, de manera constante e, incluso, hasta en las cosas más simples.

Se proponía desde  “comer menos Nutella” -ya que le fascinaba la pasta de avellanas pero lo había hecho engordar algunos kilos- hasta evitar hacer chistes en clase para no distraer a sus compañeros.

La imagen de Carlo Acutis que fue descubierta el día de su beatificación en Asís (AP Photo/Gregorio Borgia)

8) “La Eucaristía es mi autopista hacia el Cielo”

Su madre cuenta que, desde que comenzó a ver en su hijo la profunda fe religiosa que profesaba, creyó que se convertiría en sacerdote. Antonia recuerda el gran amor que su hijo sentía hacia la Eucaristía, al punto que desarrolló varios proyectos informáticos en internet en los que, por ejemplo, se ocupó de investigar 136 milagros eucarísticos en 20 países y organizó una exposición virtual que recorrió el mundo.

A pesar de que mantenía la rutina de un adolescente y que, después de la escuela se encontraba con sus amigos, no faltaba nunca a misa, donde rezaba el Rosario y se tomaba su tiempo para hacer adoración, antes o después de la Eucaristía, a la que solía definir como su “autopista al Cielo” y “lo más increíble que hay en el mundo”.

9) “No hablo con palabras, solo me recuesto sobre su pecho, como San Juan en la Cena”

Cuando apenas sabía hablar, Carlo Acutis le contó a su madre que rezaba a diario. Con esa frase, le pudo explicar su manera de conectarse con Dios. Antonia, que nunca había sido una mujer de fe, al igual que su marido, dejaba que su hijo siguiera el camino de la religión.Con apenas 7 años, le había pedido autorización para hacer su Primera Comunión y, por supuesto, se la dio.

Ya en su adolescencia, a todos lados llevaba su mensaje para que todas las personas pudieran descubrir el poder de la oración. Solía decir: “Después de la Eucaristía, el Santo Rosario es el arma más potente para combatir al demonio”.

Carlo Acutis fue hijo único pero antes de morir le dijo a su madre que volvería a dar a luz. En la foto, sus hermanos mellizos, Michele y Francesca, que nacieron en 2010, cuatro años después de su muerte, acompañados por sus padres Antonia Salzano y Andrea AcutisCarlo Acutis fue hijo único pero antes de morir le dijo a su madre que volvería a dar a luz. En la foto, sus hermanos mellizos, Michele y Francesca, que nacieron en 2010, cuatro años después de su muerte, acompañados por sus padres Antonia Salzano y Andrea Acutis

10) “Lo único que tenemos que pedirle a Dios, en oración, es el deseo de ser santos”

Rezar el Rosario, ir a Misa y tomarse unos momentos de adoración -antes o después de la Eucaristía- formaban parte de su rutina diaria. “El Rosario es la escalera más corta para subir al Cielo”, solía repetir frente a sus amigos para invitarlos a orar con él.

El 10 de octubre pasado, Carlo se convirtió en Beato luego de que el Vaticano comprobara el milagro del niño brasileño, Matheus. De ahora en más, si se prueba un segundo milagro, podría ser santificado.

Por su gran pasión por la tecnología, y por darle a internet un uso útil y noble para llevar la Palabra de Dios, se lo conoce como “Patrono de internet”. El papa Francisco lo puso como un ejemplo para los jóvenes.

Nicola Gori, el postulador de la causa de beatificación de Carlo AcutisNicola Gori, el postulador de la causa de beatificación de Carlo Acutis

11) “La Virgen María es la única mujer de mi vida»

A pesar de que era un joven apuesto, divertido y carismático, se empeñó en dejar en claro que su vida estaba enfocada en el amor puro que sentía por la Madre de Dios. Antonia  reveló que Carlo hablaba con sus compañeros de la escuela, para que también vivieran la experiencia de la castidad,  ya que -según su punto de vista- la sexualidad tenía que ser vivida como Dios la había pensado: con el fin de colaborar con la Creación.

12) ″Pide ayuda continuamente a tu ángel de la guarda. Tu ángel de la guarda tiene que convertirse en tu mejor amigo»

El Beato Acutis sentía devoción por su ángel de la guarda, a quien invocaba permanentemente de manera verbal, en su diario íntimo y en sus manuscritos. El interés sobre esa figura se despertó en él luego de leer varios libros sobre las apariciones del ángel a los pequeños pastores.

Este ángel protege a cada persona, ya que Dios le da la misión de guardarla y guiarla durante su vida, para facilitarle el ascenso al Cielo.

Miles de personas llegan a su tumba en Asís, donde descansan sus restos (AP Photo/Gregorio Borgia)

13) “La vida es un regalo porque mientras estemos en este planeta, podemos incrementar nuestro nivel de caridad»

Con esta frase dejaba en claro la importancia que tenía en su vida poder ser útil a los demás. A pesar de que su familia tenía una muy buena posición económica, Carlo no se dejaba llevar por los valores materiales como lo hacen muchos jóvenes a su edad. No solo reservaba su mensualidad para ayudar a los pobres y a las personas sin techo, sino que también, colaboraba en varios comedores llevando muchas veces la comida que dejaba en su plato o la que sobraba en la mesa familiar.

El día de su entierro, su madre dijo que le sorprendió la cantidad de gente que se acercó a despedirlo con lágrimas en los ojos y que eran todas personas a quienes su familia no conocía. Fue ahí cuando se enteró que su hijo había estado ayudando a cientos de personas durante toda su vida, sin que nadie lo supiera.

Sus padres junto al Cardenal, Agostino Vallini (AP Photo/Gregorio Borgia)Sus padres junto al Cardenal, Agostino Vallini

14) “Sólo los que hagan la voluntad de Dios serán verdaderamente libres”

Para Acutis, su enfermedad era parte del plan que Dios tenía para él, su voluntad. Cuando fue internado y le diagnosticaron la leucemia en estado terminal, lejos de quejarse la aceptó. Siempre decía: “¡Criticar a la Iglesia significa criticarnos a nosotros mismos! La Iglesia es dispensadora de tesoros para nuestra salvación”.

La dulzura de su sonrisa y la paz de su mirada, en una de las últimas fotografías antes de su repentina muerteLa dulzura de su sonrisa y la paz de su mirada, en una de las últimas fotografías antes de su repentina muerte

15) “Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”

Fue su frase más famosa, la que Carlo mas repetía y la que más se comparte hoy en las redes sociales, un fenómeno que no llegó a ver, ya que murió en 2006, pero que habría potenciado aún más su trabajo informático para llevar la Palabra de Dios a cualquier sitio y a todas las personas que desearan conocerla.

Con esta frase, quería que los jóvenes reflexionaran y buscaran en su interior los talentos que Dios les había dado. Deseaba que cada persona viviera su propia vida e hiciera su verdadero camino, sin copiar casi de manera mecánica, todo lo que hacían los demás.

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CÓMO SOLICITAR LA RELIQUIA EN PEREGRINACIÓN

COMUNICADO DE LA POSTULAZIONE

10/01/2022   
Se han registrado varias denuncias de reliquias del beato Carlos Acutis que no cumplen con los requisitos canónicos ni con la Instrucción de la Congregación para las Causas de los Santos sobre «Las reliquias en la Iglesia: autenticidad y conservación», del 16 de diciembre de 2017.
En particular, reiteramos que para que las reliquias sean auténticas deben llevar un sello de cera y un documento de autentificación con la firma del Postulador. Hay que asegurarse de que no han sido manipuladas o falsificadas.
Nadie más está autorizado a autentificar las reliquias de Carlos Acutis, haciendo una excepción del Obispo de Asís.
Además, le recordamos que las reliquias se conceden gratuitamente, sin ninguna cantidad de dinero a cambio.
Por ello, invitamos a los pastores de la Iglesia a estar atentos al fenómeno de las falsas reliquias, y pedimos la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos para denunciar los casos de fraude o abuso a la Postulación.
Agradecemos a todos los que nos ayuden a frenar un fenómeno tan desafortunado.
 

Dr.Nicola Gori
Postulatore della Causa.

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