MILES DE ALMAS QUE SUBEN AL CIELO Y CONTINUA DURANTE LA OCTAVA DE NAVIDAD

NAVIDAD ES UNA FECHA ESPECIAL EN EL PURGATORIO YA QUE EN ESTE DIA SE LIBERAN MILES DE ALMAS QUE SUBEN AL CIELO Y CONTINÚA DURANTE LA OCTAVA DE NAVIDAD

Se le pregunto a María Simma.

¿Hay días especiales en los cuales Dios libera más almas del purgatorio ?

SÍ, sobre todo el día de Navidad, el día de Todos los Santos, el Viernes Santo; las libera también el día de su Asunción y en el de la Ascensión de Jesús.

Pero, María, ¿por qué se va al Purgatorio? ¿Cuáles son los pecados que conducen con frecuencia a las almas al Purgatorio?

Son los pecados contra la caridad, contra el amor hacia el prójimo, la dureza del corazón, la hostilidad, la calumnia; sí, todas estas cosas.

Sé que la maldición y la calumnia se cuentan entre las culpas más graves que necesitan una larga purificación. María concluyó: «Nunca se debe juzgar según las apariencias».

Otros pecados contra la caridad son, por cierto, todos nuestros repudios hacia algunas personas que no amamos, nuestro rechazo en hacer las paces, en perdonar, y todos los rencores que encerramos en el corazón.

Al respecto María nos reveló un testimonio que nos hace reflexionar.

Es la historia de una persona que ella conocía muy bien. Esta persona había muerto. Era una mujer y se encontraba en el Purgatorio, padeciendo sufrimientos atroces. Y cuando esa alma visitó a María, ella le preguntó el porqué; y el porqué era que ella tenía una amiga, sí, una amiga con la cual surgió una enemistad muy grande; y esa enemistad había sido causada por ella misma y, a pesar de todo, había conservado su rencor por años y años; y cuando su amiga, en varias circunstancias, había venido a pedirle de hacer las paces, de reconciliarse, ella la rechazaba; y cuando cayó gravemente enferma, había continuado a tener cerrado su corazón, a rechazar la paz que se le proponía; y hasta en el lecho de muerte, aquella amiga había venido a suplicarle de hacer las paces; pero aún en su lecho de muerte ella había rechazado reconciliarse.

Por ese motivo se encontraba aún en un purgatorio muy doloroso, y por eso había venido a pedir ayuda a María.

Este testimonio sobre la gravedad de conservar el rencor es muy significativo.

Cuando un familiar nuestro fallece, debe ser motivo de inmensa alegría pensar que el alma está en el Purgatorio, que se ha salvado.

Pero también, y mucho más importante aún, es la necesidad urgente y apremiante de orar e implorar a Dios por esta alma, para que sea liberada.

Cuando un alma tiene que purgar las penas derivadas de lo que le hizo a alguien que aún está vivo (falta de amor u ofensas), tiene en el perdón de esa persona el modo directo de acortar el sufrimiento. Por eso es que las almas están particularmente atentas a la oración de estos familiares o amigos con los que mantienen ataduras originadas en la falta de amor que tuvieron en vida.

Buscan el perdón, el restablecimiento de la cadena de amor que no sólo ayuda al alma purgante, sino al que está en la tierra aún, porque el rencor, el resentimiento y el odio dañan a esa alma también.

En definitiva, lo que une a las almas purgantes con nosotros es el amor.

Nuestro amor hacia ellas acorta sus penas, y el amor de ellas hacia nosotros obra ante Dios, para que El nos ayude en las pruebas físicas y espirituales que enfrentamos en la vida terrenal que aún debemos recorrer.

¡Ayudemos a las almas!

Es nuestra obligación suprema, como cristianos, ayudar a las almas purgantes a ser liberadas con prontitud. No sólo las de nuestros familiares y amigos están allí esperando nuestra ayuda, sino las de millones de almas que agradecerán multiplicando por mil los favores recibidos, cuando entren al Reino y puedan interceder por nuestras propias almas ante Dios.

Debemos ser conscientes que los sufrimientos del Purgatorio son indecibles, como paso previo al entendimiento de la necesidad de acortar su pena.

Ofrezcamos al Padre, por medio del Santo Sacrificio, a Su Hijo Dilecto, junto con todos los méritos de Su Pasión y Muerte, así no podrá rechazarnos nada.

También es efectiva la oración por ellas del Santo Rosario o repetir la oración de Santa Gertrudis. Aunque más no sea acordarse de ellas, conversar interiormente, pedir a Dios repetidas veces por ellas, es efectivo. Cuando se pasa cerca de un cementerio, saludarlas y pedir a Dios por ellas, es también muy importante.

Difundir la importancia de reconocer y ayudar a las almas, reducir la enorme ignorancia que existe sobre tan fundamental tema, es también un modo poderoso de socorrerlas.

De esto modo, toda ocasión es buena; se puede decir que:

QUIEN VIVA CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO PRESENTES EN SU CORAZÓN DURANTE TODA LA VIDA, tendrá a la hora de la muerte una MULTITUD de ALMAS SANTAS que lo vendrán a buscar para INTERCEDER ante Dios por el acortamiento de su purificación, o quizás para ir directamente al Reino.

¡FELIZ NAVIDAD! Si tenemos algo que perdonar a nuestros hermanos vivos o difuntos aprovechemos esta Navidad donde el Señor derrama abundantes bendiciones, no dejemos de confesarnos y de recibir a Jesús Sacramentado para vivir en plenitud su nacimiento… Jesús llega, Jesús nace, pero que realmente nazca desde nuestro interior… pidamos la gracia de vivir y esperar a Jesucristo en plenitud desde nuestro corazón contricto, ASÍ SEA.

Fuente: torrededavid; gloriatv diciembre 2018.

Letanías por las Almas del Purgatorio.



Oh Jesús, que sufriste y moriste para que toda la humanidad pudiera ser salvada y traída a la felicidad eterna. Oye nuestras súplicas, apiádate de las benditas almas del Purgatorio.

Ayuda a mis familiares y amigos, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a cuantos debo amor y oración, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a cuantos he perjudicado y dañado ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que me han ofendido, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a aquellos a quienes profesas predilección, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que están más próximos a la unión contigo, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que te desean más ardientemente, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que sufren más, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que están más lejos de su liberación, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los más olvidados, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que menos auxilio reciben, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que más méritos tienen por la Iglesia, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los poderosos, que ahora son como viles siervos, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los ciegos que ahora reconocen su ceguera, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los vanidosos que malgastaron su tiempo, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los pobres que no buscaron las riquezas divinas, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los tibios que muy poca oración hicieron, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los perezosos que no hicieron obras buenas, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los de poca fe que descuidaron los santos sacramentos, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los padres que no vigilaron bien a sus hijos, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los pobres, que sólo se preocuparon del dinero y del placer, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el servicio de Dios, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que juzgaste más severamente, debido a las grandes cosas confiadas a ellos,¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los pontífices, reyes y príncipes, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los obispos y sus consejeros, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a mis maestros y guías espirituales, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los fallecidos sacerdotes y religiosas,¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los sacerdotes y religiosas de la Iglesia católica, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los defensores de la santa fe, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los caídos en los campos de batalla, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los sepultados en los mares y tierra, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que murieron en accidentes, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que sufrieron y murieron de enfermedad, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los muertos repentinamente, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a los que van a morir en este día, ¡Jesús mío, misericordia!

Ayuda a mi pobre alma cuando vaya a ser juzgada ante Dios Nuestro Señor, ¡Jesús mío, misericordia!

Amén

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